Buen día.
Dedicamos el artículo de hoy a la fotografía, no a una técnica, ni a un movimiento o forma determinada de expresión, sino a una fotografía determinada, y si me preguntáis el por qué de esta elección lo sabréis en cuanto escriba el nombre de la niña que es la imagen que la foto refleja.
Alice Liddell
Ella es ALICE LIDDELL, y doy por supuesto que gran parte de vosotros sabe quién fue esta niña, pues sirvió de inspiración para dos de las obras más sobresalientes y singulares de la literatura universal "ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS" y "ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO".
El autor de la fotografía es el mismo que el que escribió ambos libros, CHARLES LUTWIDGE DODGSON, conocido popularmente como LEWIS CARROLL.
Charles Lutwidge Dodgson nació en Daresbury, Cheshire (noroeste de Inglaterra), siendo el hijo mayor de los once -tres chicos y siete chicas-, del párroco de dicha localidad. Su tartamudez le llevó a servir de burla de sus compañeros de escuela, lo cual le traumatizó profundamente, haciendo de él un joven de carácter débil y dócil, amén de que su expresión denotaba siempre una profunda tristeza. A ello le acompañaba su vestimenta, del todo austera, la propia de un diácono, a lo que le obligó su padre a dedicarse.
Se cree, y lo es de fuentes fidedignas, que cuando falleció a la edad de sesenta y cinco años, era virgen, pues el único "amor" que había conocido en su vida lo fue por una niña ALICE LIDDELL.
Charles, o Lewis Carroll, para llamarle por el nombre que todos conocemos era catedrático de matemáticas, con solo 24 años en Oxford, que compaginaba con su afición por la fotografía, que comenzó en 1856.
Fue precisamente este año de 1856 cuando conoció a la familia de Alice Liddell, la cual se había instalado en el decanato de Christ Church, en la facultad de Oxford. La amistad que inició con Harry Liddell, hermano de Alice, la fue trasladando de manera obsesiva hacia ésta última, si bien la pequeña tenía otras dos hermanas Lorina y Edith. Más para Lewis Carroll fue Alice su preferida, y a la que retrató, al igual que a sus hermanas, en innumerables ocasiones, vestidas con trajes de época y también disfrazadas.
Las hermanas Liddell
La foto que hoy contemplamos de Alice Lidell nos la presenta bajo el nombre de "La niña mendiga", inspirada en el poema "La muchacha mendiga", de Alfred Tennyson, que a su vez se basa en una leyenda medieval, que nos habla de la historia del rey Cophetua, quien se encontró con una mendiga descalza tan hermosa que la desposó.
Esta foto es una copia en albúmina a partir de colodión húmedo sobre negativo en vidrio, con unas dimensiones de 16,5 x 11 cm, y forma parte de la Gilman Collection, del Metropolitan Museum of Art, New York.
Un estudio de la foto nos lleva a detenernos en la mirada de la pequeña, que demuestra energía y mira directamente a la cámara, con un corte de pelo masculino, que no era habitual para la época.
Los harapos que viste la niña nos permiten observar un hombro de ésta, y parte de un pecho. Su mano derecha en posición ahuecada es lo que nos aproxima a la idea de la mendicidad, más es de especial importancia el hecho de que se aperciba un pezón de la pequeña, algo que está relacionado con la circunstancia de que era habitual el comercio sexual en las niñas y niños que ejercían la mendicidad por entonces.
Otro dato a tener en cuenta es el hecho de los pies descalzos, algo sobre lo que insistía siempre Carroll cada vez que se decidía por fotografiar a sus niñas modelo, y no erramos si consideramos el aspecto sexual que conllevan unos pies desnudos.
Por último el decorado de la fotografía es una pared vieja, cubierta de musgo, que es precisamente el muro exterior del decanato de Chirst Church, la casa de la familia Liddell.
La comunicación siempre presente y la cordialidad con la familia Liddell, quedó repentinamente interrumpida cuando Lewis Carroll, contando treinta y un años, pidió formalmente a la madre de Alice, que a la sazón tenía solo once años, la mano de su hija. La mujer, horrorizada, forzó una ruptura repentina y brutal, lo que vino a confirmar sus sospechas de que algo extraño existía en la relación de Lewis Carroll con sus hijas, y especialmente, con Alice, pues gustaba mucho de acariciarlas, besarlas, y curiosamente, les escribía cartas, propias de un enamorado.
Durante toda su vida, Lewis Carroll siguió fotografiando niñas, y poco antes de morir ordenó que se quemara toda su obra, de la que se salvó una única fotografía, la de una pequeña llamada Evelyn Hatch, con tan solo 9 años, y a la que retrató desnuda.
Alice Liddell, por Julia Margaret Cameronb
Sin perjuicio de la belleza de la imagen captada por Lewis Carroll a la joven Alice Liddell, así como de la grandeza de su obra literaria, la personalidad de este hombre nos hace considerar que fue el suyo un mundo emocional totalmente vetado, -siempre negó sentir atracción sexual por las niñas-, y todo ello le llevó a vivir una existencia plagada de fantasmas.
BUEN DÍA A TODOS
PURA KASTIGÁ
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
Fotografía. Toda la Historia. Blume.
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