Nuevamente nos volvemos a encontrar en este espacio con la pintura, y creo que mi elección de hoy es más que interesante, pues nos ofrece la visión de FRANCIS PICABIA, uno de los artistas más destacados de principios del siglo XX, asociado al movimiento Dada , que tuvo su inicio en Zurich, hacia 1916, -que sirvió de plataforma de formación de muchos artistas clave del que vino a denominarse "Movimiento Surrealista"-, y es su obra NOCHE ESPAÑOLA la que marca un cambio en su trayectoria artística, vinculándole al dicho movimiento, oficialmente en el año 1924 y animado por la publicación del primer Manifiesto Surrealista, liderado por André Breton, si bien fue Guillaume Apollinaire, quién acuñó el concepto de "surrealismo", en 1917, en el programa del ballet de Erik Satie: Parade, aunque tiempo después le calificó como "drama surreaista", la que fuera su pieza teatral "Les mamelles de Tirésias".
"Creo que en el futuro, sueño y realidad, dos estados aparentemente tan dispares, se aunarán en una especia de realismo absoluto, un surrealismo"
(André Breton)
Si inicialmente nos atenemos a los nombres que Breton reconoce como representantes del surrealismo absoluto, podríamos afirmar que se trata de un movimiento exclusivamente literario, más nada más lejos de la realidad, el surrealismo se aproxima a los artistas plásticos en general, buena muestra de ellos tenemos en Seurat, Moreau, Picasso, Matisse, Braque, Klee, De Chirico, y PICABIA.
En puridad, nos encontramos ante un movimiento que fue el producto de un determinado periodo de nuestra historia, reacción a las terribles consecuencias de la Primera Guerra Mundial, y a la vez, la aparición de grandes innovaciones en el mundo de las artes, la literatura, y por supuesto, la ciencia.
Con Francis Picabia nos encontramos no solo ante un pintor, sino también ante un poeta, un anarquista y un teórico de su ideología, un hombre mundano, que gustaba de las mujeres y de lo que supone disfrutar de la vida.
Su posición le sitúa en la vanguardia europea y americana, siendo un gran aficionado a la escritura de Friedrich Nietzsche.
Picabia se sintió fascinado por el mundo de la tecnología y por el cuerpo humano.
La obra que os presento hoy es conocida bajo el nombre de NOCHE ESPAÑOLA, y está datada en 1922, estando actualmente en una colección privada.
Su estilo nos acerca a una ejecución con un grafismo muy moderno, y en ella se nos muestra la silueta de un hombre y una mujer, bailando flamenco.
Curiosamente, para Picabia el flamenco era un baile que le suponía una gran fascinación, heredada de la que sintió su padre por las tradiciones de la vida española.
Más, pese a que el título de la obra nos podría acercar a una escena en la que dominase el movimiento, el color, Picabia nos muestra unos bailaores de flamenco en los que el simbolismo marca la pauta de su interpretación. Ambos son personajes anónimos, no tienen identidad, y si descartamos la actitud del personaje masculino, el femenino no nos identifica con recurso alguno de lo que viene a aludir a su nombre. Es mas, sendos agujeros de bala atraviesan el cuerpo femenino, lo que la convierte en una ficción, una imagen que nos recuerda un sencillo recorte de los utilizados para tirar al blanco, en definitiva, la deshumanización total.
NOCHE ESPAÑOLA supone un cambio que surge tras la desaparición de Dada. a principio de los años veinte, siendo mostrada al público, por vez primera, en el año 1922, en el Salón de París, siendo reproducida para la revista de Breton, Littérature, en 1923.
Observando detenidamente la obra de Picabia, éste ha dividido el cuadro en sendas mitades, una blanca y otra negra. El espacio en negro nos muestra la silueta de un bailaor, en tanto, a la derecha se dibuja la figura de una mujer en situación pasiva, podríamos incluso afirmar que se advierte cierta tensión, que se magnifica con los agujeros negros de balas sobre su silueta.
Picabia realizó esta obra directamente sobre un fondo blanco, pintando en negro la figura del hombre, así como el fondo, para a continuación definir las zonas blancas y el resto de detalles, como las manchas de color. Al final, pintó los puntos negros de los tiros.
Destacan las diferentes capas de pintura gruesa, en diferentes direcciones y con rápidas pinceladas, que nos demuestra el hecho de que Picabia trabajaba con gran agilidad, y utilizaba un pincel grueso para definir las grandes áreas, en tanto acudía a un pincel pequeño para los diferentes detalles.
El hecho cierto es que Francis Picabia se atrevió con muy diferentes estilos, en poco tiempo, si bien a principios de los años veinte sus composiciones eran un tanto monótonas, en las que utilizaba tres o cuatro colores, exclusivamente. Esta limitación del color la hizo participar con formas geométricas muy variadas, algo que sirvió de inspiración para el que después vino a llamarse movimiento Op Art, pero eso fue bastantes años más tarde.....
Francis Picabia expuso por vez primera en Nueva York en 1913, triunfando rotundamente al introducir el arte moderno en América.
BUEN DÍA A TODOS
PURA KASTIGÁ
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