MARUYAMA OKYO: La Escuela Maruyama-Shijo, en Kioto

Buen día.

MARUYAMA OKYO, fundador de la Escuela Maruyama, fue, a su vez cofundador junto con el que sería su discípulo Matsumura Goshum, de la conocida ESCUELA SHIJO, hacia finales del siglo XVIII.

Esta escuela pictórica era una de las más decisivas que venían a conformar la que se vino a llamar la escuela de arte de Kioto, si bien cambió su denominación por el nombre de Shijo (que significa la cuarta avenida) en honor a una calle de Kioto, en la que tenían cita gran cantidad de artistas de la época.

Entre sus principales patrocinadores estaban mercaderes que habitaban en las ciudades de Kioto y Osaka, a la vez que fue mecenazgo de los Kamigata, una clase formada por familias aristócratas y artesanas de la que fue capital imperial durante los siglo XVIII y XIX.

En resumen, el género Shijo puede considerarse como la síntesis de las tendencias pictóricas occidentales y los estilos considerados tradicionalistas de la pintura japonesa.

Nuestro protagonista de hoy MARUYAMA OKYO fue un pintor muy versátil, experto que lo que se denomina sumi-e o dibujo monocromático realizado en tinta, su obra consiguió un gran nivel de realismo, todo ello gracias a que lo llevaba a cabo partiendo de su observación directa.

El estilo de la escuela Shiyo puede enmarcarse dentro de lo que se considera un estilo de realismo objetivo. No tanto encaminado a representar con exactitud el objeto, sí que buscaba expresar la esencia interna del mismo.

Sus temas preferidos fueron los paisajes sumidos en una gran tranquilidad, la poesía china tradicional y las costumbres confucionistas.

MARUYAMA OKYO (1733-1795) está considerado como un artista precursor del arte contemporáneo.

Nacido en el seno de una familia de granjeros, se decidió por trasladarse a Kioto, trabajando en una juguetería.

Quedó fascinado por los resultados que se obtenían, en los retratos, con cámara oscura. Es así como se inició en las técnicas pictóricas occidentales, confeccionando una serie de retratos denominados megane-e o "retratos con lentes", en los que nos mostraba escenas de la ciudad de Kioto a modo de cosmorama.

Para completar su formación estudió el estilo Kano, así como la pintura china, siendo su fuerte la técnica tradicional del pincel.

Son frecuentes, entre sus trabajos, encontrarnos con delicados esbozos de la flora y la fauna.

Y si bien es cierto que sus dibujos están marcados por el realismo, también nos ofrece escenas que incluyen criaturas fantásticas, entre ellas dragones o fantasmas.

Fue el primer artista japonés que dibujó desnudos del natural; asimismo, también llevó a cabo la ejecución de rollos y biombos con paisajes y fondos dorados.

Su hijo, Maruyama Ozui, fue también pintor.

Deleitémonos pues con la pintura de Maruyama Okyo que bien lo merece.

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Fuentes: Wikipedia.

1001 Pinturas que hay

que ver antes de morir. Grijalbo.