miércoles, 10 de octubre de 2018

JOHN ATKINSON GRIMSHAW.- EL PINTOR DE LA NOCHE MÁS DELICIOSA.


John Atkinson Grimshaw


La pintura como expresión de emociones, estados, sentimientos, incluso denuncias de la más variada índole, nos lleva a considerar a aquellos que se sirven de este medio, como valedores de una sociedad que necesita ser no sólo conocida, sino reconocida en lo que es, amén de sus reivindicaciones, también de su belleza.
Es así que hoy me he decidido por traer a este pequeño espacio a un pintor británico del todo notable, ubicado en la época victoriana y que se hizo un nombre gracias a sus magníficas escenas de paisajes, en las que abundaban los nocturnos.




Su nombre JOHN ATKINSON GRIMSHAW, nacido en Leeds, el 6 de septiembre de 1836 y fallecido en su ciudad natal, el 31 de octubre de 1893.
La obra de John Atkinson nos acerca a la sociedad de su época, incidiendo en lo que la belleza nos regala, sobre todo, en escenas que proyectan imágenes iluminadas por la luna, sirviéndose de la lluvia, la bruma, la niebla, lo que es toda una evocación lírica de la era industrial victoriana.
Las mañanas brumosas, en las que la humedad nos cala hasta en la memoria de nuestros recuerdos, penetra en lo que es la comprensión de la esencia de la vida.

Reflejos en el Times



La carrera artística de John Atkinson no es que fuera del gusto de sus progenitores, pues su padre era policía y nunca prestó ayuda a su hijo favoreciéndola. Su matrimonio con una prima lejana Frances Hubbard tampoco fue del agrado de aquellos, así que ante esta situación y su gusto por la pintura, se decidió a dedicarse a  este digno oficio.
Sus inicios, y de ello nos dan buena cuenta sus exposiciones, a partir de 1862, lo fueron mediante retratos de aves, frutas y flores. Su posterior evolución, influenciada por los prerrafelitas le llevaron a tratar el paisaje, y fundamentalmente, la expresión nocturna de éste.
Su obra fue reconocida durante su vida y ello le llevó a vivir, holgadamente, de sus trabajos. 
Su vocación sí que la heredaron sus hijos, pues cuatro de ellos también fueron pintores.




La técnica de su pintura se ve claramente influenciada, como ya he indicado, por los prerrafaelitas, abundando en sus paisajes los colores luminosos en los que el detalle era parte fundamental, por lo que, en ocasiones, recurría a fotografías como base para pintar los mismos. Es así como podemos descubrir imágenes del todo deliciosas de los suburbios y muelles de la ciudad de Londres, Leeds, Liverpool o Glasgow. Es su más que cálida y cuidada pincelada la que viene a ofrecernos esa especial visión de la noche.




Entre sus obras más destacadas podemos citar Dulce Domun o Hampstead Hill, e incluso nos regaló escenas de la Antigua Grecia, así como temas literarios de Longfellow y Alfred Tennyson, entre ellos, Elaine y La Dama de Shalott.
Su relación con James Abbot McNeill Whistler le llevó a instalarse en un taller cercano al de éste, quién destacó en numerosas ocasiones la belleza de los nocturnos del primero.





En definitiva, la obra de John Atkinson Grimshaw es pura poesía que nos arrastra hasta el descubrimiento de la belleza que encierra la noche y esa soledad que en la misma habita.
El legado de John Atkinson resurgió de cara al conocimiento por parte del público en general gracias a sendas retrospectivas, una de ellas en septiembre de 2011 en la Mercer Art Gallery de Harrogate, y otra en la Guildhall Art Gallery, en Londres.

Elaine

Y es que el arte que permite tantas formas de expresión, en ocasiones, viene a hermanar la poesía con la pintura: así lo vio J.A.G. y así nos lo legó en sus más que deliciosas obras.




Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.
www.museothyssen.org

2 comentarios:

  1. Descubrir a Atkinson, el pintor de l anoche, ha sido uno de mis mayores gozos pictóricos.

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  2. ¡Genial! Magnífico artículo, muchas gracias.

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