lunes, 11 de noviembre de 2019

HISTORIAS DE LA HISTORIA.- LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS.



La Historia, tal y como se conoce, tal como ha sido escrita por la humanidad en base a los más diferentes acontecimientos, acciones y hechos, debería ser una forma de hacernos aprender qué no volver a repetir, más no ha sido, ni nunca lo será.
Entre los muchos sucesos que precedieron y sentaron las bases de lo que sería el Holocausto, la conocida como "La noche de los cristales rotos" (en alemán, Kristallnacht) que se produjo en Alemania, el 9 de noviembre de 1938, fue el primer paso en la persecución y masacre del pueblo judío en toda Europa.



Esa terrible noche una ola de salvajismo y violencia acabó con más de 100 muertos, sinagogas arrasadas y quemadas, casas y comercios asaltados y destruidos, más de 30.000 personas fueron detenidas para, años después, ser internadas en los conocidos campos de concentración alemanes, siendo posteriormente eliminadas, en un número total que se estima en seis millones de personas.




Al frente de esta luctuoso hecho la Alemania nazi, en la que el partido nazi había manifestado su malestar ante la que consideraban blanda política contra los judíos.
Todo ello aprovechando el asesinato de Ernst von Rath, el 7 de noviembre de 1938, secretario de la embajada alemana en París a manos de un joven judío polaco de origen alemán, Herschel Grynszpan.


Josef Goebbels, ministro de propaganda nazi, se encontraba el 9 de noviembre en una reunión en una cervecería de Munich junto a miembros de la dirección del partido cuando conoció del asesinato de von Rath, lo que les sirvió de excusa para atacar a la comunidad judía, por considerarla culpable, en primer lugar, de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, en segundo  lugar, de la crisis económica que supuso para el país.




Después de la llegada al poder de Adolf Hitler las condiciones de la población judía, que se estimaba en unas 600.000 personas, se vieron seriamente perjudicadas, iniciándose con el boicot a los negocios de los judíos, y que siguió con la aprobación de una serie de leyes anti-judías, entre ellas la Ley para la Protección de la Sangre y el Honor Alemán y la Ley de la Ciudadanía del Reich; todo ello no tenía otra finalidad que privar a los judíos de la ciudadanía alemana, y arrebatarles todos los derechos políticos, sociales y económicos, cancelando permisos de residencia y expulsando de sus hogares a muchos de ellos, confiscándoles sus bienes como botín.



A todo ello se unió el hecho de que se hicieron trabajos de ampliación en los campos de concentración de Buchenwald, Sachsenhausen y Dachau, en los que hasta 1938 sólo se habían recibido presos políticos,  dándose la orden de confeccionar miles de uniformes con estrellas de David como insignia.





Herschel Grynszpan, el joven asesino de von Rath, vivía por entonces junto a un tío suyo en París, pocos días antes había recibido una carta de su hermana en la que aludía a la situación que estaba viviendo su familia residente en Alemania. Así que cogió un revólver y marchó hacia la embajada alemana en París, donde pidió ser recibido por Ernst von Rath y sin más le disparó por tres veces en el abdomen. Se entregó sin oponer resistencia. 



En respuesta a ello, el gobierno alemán inició el mismo 8 de noviembre la aplicación de una serie de medidas contra el pueblo judío, animando los ciudadanos a enfrentarse con dicha comunidad.
Y de esta forma encubierta, tras confirmarse la muerte de von Rath (hay tesis que afirman que el diplomático fue dejado morir por orden de Hitler a fin de tener un mártir de la causa), el pueblo alemán se lanzó a la calle y empezó a destrozar las ventanas y puertas de todo tipo de viviendas y negocios en las que habitaban judíos, sinagogas y almacenes, durante más de dos días de continuos ataques.
En Austria también se vivió un ataque similar, siendo sometidas las personas a todo tipo de vejaciones.



Con independencia de los ataques contra familias enteras de judíos alemanes, fueron también muchas las que se decidieron por el suicidio colectivo, antes de que las SS pudieran capturarlas.



Este hecho histórico marcó el primer paso de lo que sería el Holocausto, provocando que muchos judíos que podían permitírselo escaparan del país, refugiándose en otros e incluso en embajadas extranjeras. 
Un hecho aislado fue aprovechado por Hitler para animar a todo un país a levantarse contra el pueblo judío, a tomar venganza por si mismo.


Es así como la Historia se escribe en base a actos que no son contrastados y a los que se les presta una fiabilidad por masas enfervorecidas alentadas por quienes llevaron a la Humanidad a uno de los genocidios más terribles.


Fuentes:
Wikipedia.
www.perfil.com/noticias.

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