sábado, 22 de febrero de 2020

GIAN LORENZO BERNINI.- EL RAPTO DE PERSÉFONE


Gian Lorenzo Bernini

GIAN LORENZO BERNINI (Nápoles, 1598- Roma, 1680) está considerado como uno de los más grandes escultores del barroco italiano, heredero de la fuerza escultórica que observamos en Miguel Ángel, y que nos mostró la principal innovación que la Edad Moderna nos brindó: la ausencia del hieratismo, en definitiva, el hecho de que las esculturas empezaron a formularse de tal forma que pudieran ser vistas desde múltiples puntos.


Su obra "El rapto de Perséfone" está considerada como una obra maestra del llamado "manierismo".
Más Bernini extendió su prodigioso talento más allá de la escultura, pues fue autor de obras tan significativas como el diseño de la plaza de San Pedro del Vaticano, así como de parte de la que es su Basílica.
Su gran pasión fue la arquitectura, seguida por la literatura, y el resultado de su trabajo es consecuencia de una profunda observación de la realidad, de forma tan detallada que reproducía en su obra la vida con todo lujo de matices.




Bernini aprendió los rudimentos de la escultura en el taller de su padre, Pietro (1562-1629), quien también le presentó a importantes mecenas de la época, de forma que con tan sólo 23 años Gian Lorenzo esculpió esta bellísima obra: El rapto de Perséfone, una escena basada en la mitología y en la que destaca su realismo hasta el punto de que el mármol da la sensación de ser piel.



Características como el intenso dramatismo, la grandiosidad y la búsqueda de efectos escenográficos, que aparecen visiblemente en esta escultura.
En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII, y desde entonces hasta su muerte trabajó sin descanso atendiendo a las peticiones de todos los que le sucedieron, a excepción del pontificado de Inocencio X, quién se decantó por otro de los grandes artistas de este periodo, Francesco Borromini.


Bien es cierto que Bernini también trabajó para mecenas privados, siendo una de sus obras más significativas el grupo escultórico El Éxtasis de Santa Teresa.


Más volvamos al motivo de este artículo que no es otro que la escultura EL RAPTO DE PERSÉFONE, para lo cual debemos conocer la historia de la que nos habla la mitología.
Perséfone -o Proserpina para la mitología romana- era una diosa griega, hija de Zeus y Deméter, de la que Hades, el dios de la muerte y del mundo subterráneo, quedó prendado, a raíz del embrujo de una de las flechas de Cupido.

Hades

Hades la pidió a su padre en matrimonio y Zeus se la concedió, más sin el consentimiento de su madre, Deméter. Un día, la joven doncella recogía flores en Sicilia donde  fue raptada por Hades; el grito de la muchacha se escuchó por todas partes, más Deméter no pudo impedir que Hades se hiciera con la joven.
El dios del inframundo  convenció a Perséfone para que comiera unas semillas de granada y así poder retenerla durante cierto tiempo; más Deméter, diosa agrícola, se negó a que la tierra diera su fruto si su hija no regresaba, los campos se secarían y acarrearían hambre y pobreza.

Perséfone o Proserpina, por Rossetti

Fue entonces cuando Zeus intervino, por su calidad de dios absoluto y fue decisión suya la que la joven pasara una parte del año con su madre, dando de esta forma cosechas, y la obra con su esposo, Hades, en tanto el mundo conoce del invierno.
Esta sería la explicación mitológica  de la sucesión de las estaciones del año en la Antigua Grecia.




La escultura de Bernini nos ofrece el momento en el que la joven es raptada por Hades, regalándonos una obra de un realismo total, pues podemos observar cómo la piedra ha sido labrada hasta el punto de "verse" las venas, los músculos y todo ello con la sensación del movimiento consigue reflejar la tensión de la escena.
Y es bien cierto que observando esta estatua desde diferentes puntos somos conscientes de todos y cada uno de los minuciosos detalles que hacen de un trozo de piedra una obra de arte maravillosa.



Haciendo un repaso detallado de la escultura, en su parte inferior, aparece un perro con tres cabezas, el conocido como Cerbero, can del dios Hades, cuya misión era la de proteger la puerta del inframundo.
El detallismo con el que Bernini esculpe el mármol es del todo significativo, bastando con observar cómo las manos de Hades hacen presión sobre el cuerpo de Perséfone, sobre su cuerpo y muslos, hundiéndose de tal forma que parece todo ello carne real.
Bellísimo resulta el rostro de la joven Perséfone, recorrido por lágrimas que denotan todo su dolor.
El conseguido contrapposto, -término italiano que designa la oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana, lo que la dota de movimiento y contribuye a romper la ley de la frontaliddad- es un claro ejemplo del manierismo de la época, consiguiendo una sensación de movimiento y dinamismo.
Bellísima resulta también la trabajada cabellera de Hades, cuya cabeza aparece con una corona, la del rey del inframundo.


Es de significar que para Bernini la perfecta expresión de las figuras se podía conseguir si se llegaban a captar los fuegos interiores de cada personalidad o situación a representar, y es así como esta obra, en concreto, observada desde diferentes puntos o enclaves, nos ofrece detalles diferentes, que hacen de su contemplación un auténtico deleite para los sentidos.



Disfrutadla....

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes

Fuentes: 
El libro de la Mitología. Ángel Erro.
Muy Historia.
www.biografiasyvidas.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario