lunes, 15 de febrero de 2021

HENRI LE SIDANER.- DELICIOSA PINTURA POSTIMPRESIONISTA.



El protagonista de nuestro espacio de hoy es uno de los máximos representantes del movimiento o estilo llamado "Neo impresionismo" o también "Post impresionismo", el cual vio la luz en Francia hacia finales del siglo XVIII, y que tomando ciertos elementos del impresionismo, rechazó los límites impuestos por éste. En definitiva, de este estilo surgen los que serían considerados como modernos o contemporáneos.




La característica principal de su técnica es, sin lugar a dudas, la pincelada corta y precisa, el empleo de colores puros, en un afán de unir el movimiento de las imágenes con la textura, consecuencia de ello es que las obras postimpresionistas están llenas de dinamismo, reflejo de los nuevos tiempos que se avecinan.





HENRI LE SIDANER nació en Port Louis, Isla Mauricio, el 7 de agosto de 1862 y falleció en París, el 16 de julio de 1939. Siendo niño se trasladó junto con su familia a Francia, viviendo en Dunquerke hasta los 18 años hasta que se mudó a París con la finalidad de estudiar en la École des Beaux-Arts, siendo alumno de Alexandre Cabanel.





El ambiente artístico y bullicioso de París llenó de entusiasmo a Henri Le Sidaner y sobre todo el trabajo artístico de los impresionistas y postimpresionistas. Con el tiempo y agotado de esta agitada vida, se trasladó a un pequeño pueblo próximo al paso de Calais, Étaples, donde siguió perfeccionando su obra de forma autodidacta. Es precisamente durante esta etapa, años 1880-1893, de su carrera artística cuando cultiva un característico realismo sentimental y se siente muy influido por Camille Corot. De todo ello queda expresión en sus obras: paisajes septentrionales en los que se ven reflejados humildes personajes.




En 1887, Henri Le Sidaner expone en el Salon des Artistes Français, y a partir de 1892, en la Société Nactional des Beaux-Arts.

Durante dos años Henri Le Sidaner viaja por Holanda y Francia, para a continuación regresar a París, retomando sus relaciones con los ambientes artísticos parisinos; por entonces, el movimiento simbolista estaba en todo su apogeo, cuya influencia se deja notar en Le Sidaner. Este periodo termina en 1898, cuando Henri Le Sidaner se traslada a la ciudad de Brujas; el hecho cierto es que Le Sidaner no llegó a sentirse del todo cómodo con el afán narrativo y literario que manifestaban, en sus obras, los simbolistas, ya que sus preferencias se decantaban por el género del paisaje, mayormente sin presencia de figuras, abundando en los amaneceres y ocasos.




Y aunque, en un inicio, Le Sidaner parece situarse en lo que es puro impresionismo, sus composiciones son el resultado de una elaboración lenta y cuidadosa, en la que apuesta por los colores caprichosos en armonías sordas.




Progresivamente, a partir de 1920, sus paisajes se vuelven llenos de luz, y su pincela es del toco clara y pura.

Las obras de Henry Le Sidaner están presentes en numerosas galerías particulares, como la Galerie George Petit, en París, de la misma forma que han protagonizado exposiciones tanto en Europa como en los Estados Unidos.




La colección Carmen Thyssen-Bornemisza tiene entre sus fondos tres de sus cuadros, La choza en los lindes del bosque, Étaples, Tarde de otoño y La calle de la iglesia, Villefranche-sur-Mer.



Al final de su vida Le Sidaner se trasladó a Versalles, donde falleció en 1939.

                                    Retrato de Le Sidaner por Marie Duhem


Fuentes:
Wikipedia.
https://www.museothyssen.org



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