Con la aportación a la fotografía de la obra del estadounidense LEWIS WICKES HINE podemos afirmar, sin la menor duda, que comienza una corriente que llega a denominarse "fotografía documental".
Lewis Hine nació en Oshkosh, el 26 de septiembre de 1874 y falleció en Hasting-on-Hudson, el 3 de noviembre de 1940, siendo la suya una etapa histórica en la que la fotografía trataba de ser reconocida como un arte, y en la que se aceptaba más la estética que el mensaje. Con Lewis Hine se desarrolla una trayectoria que es de tradición humanística, acertando en dar especial importancia a la situación social, aportando la visión de quien, a través del objetivo de una cámara, es capaz de captar las penurias, la miseria y la falta de condiciones de trabajo dignas, especialmente, para los niños.
Es así que gracias a Lewis Hine muchas "historias" de personas del todo anónimas cuyas vidas pueden resultarnos anodinas o insulsas, devienen protagonistas del día a día.
La obra de Lewis Hine es todo un alegato contra la injusticia.
Su trayectoria personal se inicia en base a la formación que recibe en Wisconsin y Chicago, en tanto estudia y trabaja, siendo profesor de Geografía y Ciencias Naturales en la Ethical Culture School de Nueva York, una institución de tendencia izquierdista en la que eran atendidos jóvenes inmigrantes, sobre todo, judíos alemanes, apoyando actividades manuales, artísticas y también fotográficas. A raíz de ser Graduado en Trabajo Social y Pedagogía, se une a un movimiento reformista, bajo el nombre de Progressive Movement, de la que formaban parte una serie destacada de intelectuales entre los que había filósofos, periodistas, escritores y profesores, todo ellos pidiendo la mejora de las condiciones sociales y de vida de la población trabajadora, y de un grupo muy numerosos por entonces, la infancia.
Todas estas vivencias personales hicieron crecer y reforzar en Lewis Hine lo que ya era un interés inicial: el hacer uso de la fotografía como medio de dar a conocer, mostrar la vida de las personas más humildes, señalando sus carencias y la explotación de que eran objeto en numerosos casos: en el trabajo, en la sociedad, en la escuela.
Sus más conocidas fotografías las encontramos en The Pittburgh Survey que se convirtió en una herramienta fundamental para dar a conocer la vida de precariedad y peligrosidad con la que convivían, en su día a día, los trabajadores.
En el caso de muchas de las fotografías cuyos protagonistas son los niños, las imágenes de éstos que nos capta Lewis Hine van más allá de lo que es mostrarnos su condición de víctimas, sino acercarnos, a través de las miradas, las poses, las expresiones de rostros, todo una situación de desigualdad social.
Cuando estalla la I Guerra Mundial Lewis Hine se traslada a Europa contratado por la Cruz Roja, siendo testigo directo de lo que son las consecuencias de la guerra: muerte, desolación, ruinas, hambres, refugiados; tanto le impactó esta situación vivida que a su regreso a Nueva York su trabajo da un giro radical y se centra en la capacidad del ser humano de soportar, reponerse y ver la posibilidad de un nuevo futuro.
Son de esta etapa vital cuando abundan sus fotografías que nos muestran obreros y obreras en sus puestos de trabajo, siendo su obra más alabada la que realizó en el reportaje a los obreros que trabajaron en la construcción del Empire States Building, entre 1930 y 1931.
De toda esta serie de fotografías, Lewis Hice se decide por publicar el que será su único libro MEN AT WORK.
Pese al éxito del trabajo de Lewis Hine, y siendo considerado uno de los mejores fotógrafos norteamericanos, es requerido para la realización de pocos reportajes, pues algunas agencias consideraban su obra un tanto anticuada y daban prioridad a otras formas de entender la fotografía; es relegado a un segundo plano y habrán de pasar muchos años, incluso después de su fallecimiento, para que la obra magnánima de este gran fotógrafo humanista sea justamente reconocida.
Lewis Hine murió prácticamente en la miseria el 3 de noviembre de 1940, recibiendo un pequeño homenaje por parte de los más jóvenes de la Photo League que organizaron una exposición retrospectiva en el Riverside Museum de Nueva York; precisamente, la Photo League conservó todos los archivos de Hine, incluso anotaciones, cuadernos, hasta que en 1955 pasaron a la George Eastman House que, a día de hoy, alberga una documental extraordinaria de este artista.
Todas y cada una de las imágenes captadas por Lewis Hine son más que un testimonio de su época o expresión de un determinado momento; en todo caso son un posicionamiento firme, un total compromiso para con la denuncia de situaciones tan difíciles como la de los trabajadores/as, adultos, niños, ancianos que solo conocían de la injusticia social, y cuya única finalidad era la de "sobrevivir".
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