En la historia de la pintura, como en muchas otras formas de expresión artística, el reconocimiento al valor de creadores y sus obras lo ha sido después de su fallecimiento, y generalmente a virtud de exposiciones organizadas por grandes galeristas. Es así como ocurrió con JACQUES LINARD, considerado como pionero en la pintura de bodegones en la Francia del siglo XVII y cuya popularidad dentro del mundo del arte le llegó en 1934, a raíz de que un galerista parisino le incluyó en una muestra Les peintres de réalité.
Pues esta es su historia y su legado.
JACQUES LINARD nació en Troyes en 1597 y falleció en París en 1645, siendo pocos los datos biográficos que se poseen del mismo, aunque sí se sabe que su padre, a tenor de su partida de bautismo, fue Jehan Linard, también pintor, del que no queda constancia de obra suya alguna.
Es del todo cierto que vivió en París, hacia 1626, en el tradicional barrio artístico de Saint-Germain-des-Prés, conocido por la circunstancia de que en el mismo también vivían muchos pintores que cultivaban las naturalezas muertas, entre ellos, Louise Moillon o Lubin Baugin.
En 1631 fue nombrado Peintre et Valet de Chambre du Roi, de Luis XIII, lo que le permitió una cierta solidez económica durante su vida, y el poder dedicarse a su gran vocación: la pintura.
Y es esa pintura la que nos ofrece las más deliciosas estampas de frutas y flores, es más, curiosamente, Jacques Linard fue uno de los primeros pintores en introducir la figura femenina en el género, envolviéndola y rodeándola de todo tipo de flores y frutas.
Otra de las temáticas que aborda en sus bodegones son las conchas, en una época en la que las más variadas eran traídas a Europa desde el Pacífico por los buques mercantes holandeses y que fueron objeto de colección por su belleza.
Con independencia de la influencia del bodegón francés en sus trabajos también se observa una fuerte influencia de la escuela flamenca, especialmente de los bodegones firmados por Jan Brueghel, y es también en sus naturalezas muertas en las que incluye significados morales en la forma de vanitas. (La vanitas es una obra de arte de carácter simbólico que viene a mostrarnos lo que es la frugalidad de la vida, la inutilidad del placer y la única certeza: la muerte).
Jacques Linard nos ofrece una visión precisa empleando formas sencillas, al igual que se aproxima a la tendencia naturalista, recordándonos en muchos aspectos a maestros españoles del bodegón, como Juan Sánchez Cotán.
Con el tiempo la alegoría cobra protagonismo en su trabajo, como su magnífica obra Los cinco sentidos, que podemos descubrir en el Musée de Beaux Arts, en Estrasburgo, ya que en la misma lleva a cabo una excepcional composición con un espejo, un juego de cargas y unas monedas, junto con flores, frutas y una caja de música, alegoría de los diferentes sentidos.
Jacques Linard falleció en París el 12 de septiembre de 1645.
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