El pintor florentino AGNOLO DI COSIMO DI MARIANO, más conocido, como BRONZINO (1503-1572) fue, sin lugar a dudas, uno de los máximos representantes junto con el maestro Pontormo, de la pintura manierista en la Florencia del siglo XVI.
La mayor parte de las obras de BRONZINO son retratos, en los que puede observarse su estilo amanerado, refinado e incluso un tanto artificial, si bien ello era muy apreciado en las cortes italianas y francesas, en las que estos artistas formaban parte integrante de las mismas. Mayormente, los retratos se correspondes con integrantes de la familia de los Médici, destacando el sofisticado estilo cortesano, así como la abundancia en el exorno, tanto en joyas como en los vestidos. También son suyas algunas obras de carácter religioso, sobre todo, frescos que podemos admirar en diferentes iglesias florentinas.
Sin lugar a dudas, una de las mayores cualidades de BRONZINO fue la de captar la personalidad del retratado para lo que se basó en el intelecto más que en la observación de la realidad fisionómica, y todo ello unido a la asombrosa capacidad técnica del artista.
El que se conoce como "manierismo" dentro del arte tendió a mostrarnos una elegancia un tanto antinatural, así como artificiosa, para lo cual recurrió a la llamada línea serpentinata o lo que es lo mismo, cuerpos cuya estructura se corresponde con la ondulación de la letra S. Destaca también por el trabajo en fuertes primeros planos que llaman poderosamente la atención por la violencia e incluso por su carga erótica, incluso tratándose de temática religiosa.
El hecho de que a AGNOLO DI COSIMO se le conociera artísticamente como BRONZINO se debe a que en su técnica apostaba por las iluminaciones artificiales, metalizadas, abundando los blancos y brillantes. En sus más que exquisitos retratos destaca la mirada fría que el retratado dirige al espectador.
Dentro del grupo de pintores manieristas italianos -Parmigianino, Pontormo y Rosso Fiorentino-, BRONZINO marca cierta tendencia a abrir el camino hacia el Barroco, para lo cual se empleó en la utilización de diferentes texturas así como interiores en los que el detalle y la grandeza eran protagonistas.
Nombrado por el duque COSME I como retratista oficial de la familia Médicis, suta técnica se basó en el retrato de tres cuartos (a medio camino entre la postura de perfil y la frontal), como podemos apreciar en el RETRATO DE UN JOVEN CON LIBRO, amén de proporcionar a sus cuadros un efecto brillante de acabado esmaltado.
Es así que BRONZINO llegó a retratar a muchos integrantes de la élite intelectual de Florencia, es más, el joven del retrato se creyó durante cierto tiempo que era el duque Guidobaldo II de Urbino; no obstante, posteriormente se rectificó al considerar dicho retrato el de un amigo del círculo literario de Bronzino.
Esta pintura al óleo sobre tabla tiene unas dimensiones de 5,6 cm x 74,6 cm, y actualmente se conserva en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York desde el año 1929; más que significativa es la pose erguida del joven que nos mira y lo hace con un solo ojo, pues es estrábico; no obstante, ello no impide el hecho de que destaque su porte y la seguridad en sí mismo que transmite, y ello con independencia de su juventud.
Más si hay un detalle que destaque especialmente son las manos del joven, tanto la que sujeta el libro, uno de sus dedos lo tiene insertado entre sus páginas, como el que aparece apoyado sobre su cintura, con los dos dedos centrales unidos y los de los extremos separados, lo que permite obtener una luz especial al destacar sobre el fondo negro del traje.
Pese a que en el cuadro predominan los tonos fríos, nada en esta obra da esa sensación de frialdad, sino que todo nos lleva a descubrir exquisitez y delicadeza, lo que aumenta la precisión del traje que porta el joven, con un corte impecable y una fila de botones negros, todo ello complementado con un sombrero en el que destacan cintas de color dorado que aportan aún más elegancia al conjunto.
Por lo que respecta al mobiliario que aparece en el cuadro, dos máscaras, una en la mesa y otra en el brazo de la silla que introducen un toque de humor grotesco; y por último, la perspectiva que concluye alargando la estancia en diagonal.
Toda una maravillosa obra de arte, en la que no ya sólo la capacidad artística de BRONZINO la convierte en tal, sino la más que extraordinaria aproximación a la persona retratada, cuya vida parece latente.
Wikipedia.
https://historia-arte.com
https://elcuadrodeldia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario