Todos y cada uno de nosotros hemos tenido y seguimos teniendo, en nuestra vida, algún tipo de amuleto u objeto que nos proporciona, o así lo creemos, cierta protección o suerte, tanto es así que los amuletos son uno de los objetos más antiguos que conoce la humanidad, pues el hombre vio en ellos una forma de poder escapar de aquellos problemas para los que le era necesario contar con una "suerte" especial; entre estos amuletos los había de diferente naturaleza, desde piedras, maderas talladas con diferentes formas, así como cristales a los que se les atribuían determinadas virtudes.
Hoy vamos a hacer un pequeño recorrido por los amuletos más conocidos, y otros que no lo son tanto, así como inevitablemente indagar en la raíz del AMULETO.
La palabra AMULETO proviene del latín amuletum, y consta como tal recogido en la obra de Plinio el Viejo, siendo considerado como un objeto que protege a una persona frente a un problema, de ahí el que también pueda asimilarse al concepto que tenemos de lo que es un talismán, si bien en este caso se trata de un objeto que atrae la suerte, así como las energía positivas del dueño del mismo.
Ya se tiene conocimiento de que los amuletos existieron desde periodos muy primitivos, y quienes los usaban tenían por costumbre llevarlos, a modo de colgante, bien en el cuello, o como adorno, en forma de pulsera. El amuleto, eso sí, debe de ser algo del todo personal.
En diferentes pinturas rupestres ha quedado la evidencia de estos amuletos y en el antiguo Egipto, tanto adultos como niños tenían sus propios amuletos, algunos incluso en forma de joya con piedras preciosas y de los que se han encontrado restos en enterramientos asirios, en tumbas egipcias, lo cual viene a demostrar el eterno miedo en el que el hombre ha vivido siempre, y en base a ello el amuleto ofrecía una cierta inmunidad.
Con posterioridad, a partir de la Edad Media a los amuletos se les dio mayor credibilidad en tanto fueran objetos procedentes de personas a las que se les consideraba como santas, dando ello lugar a todo un tráfico de reliquias, entre ellas, las que incluían pelos, uñas e incluso pequeñas partes del susodicho santo o santa, alcanzando precios incalculables que sólo podían ser asequibles para grandes nobles e incluso reyes (el ejemplo más claro, en España lo tenemos en la colección de reliquias del que fuera rey Felipe II, quien llegó a atesorar más de 7.500, que ubicó en el Monasterio de El Escorial).
Entre los amuletos más conocidos y que pueden adquirirse fácilmente está la conocida como MANO DE FÁTIMA, llamada también jamsa, sobre todo en Oriente Medio y África. En el islám, su nombre deriva de la hija de Mahoma, Fátima Zahta; también el CÍRCULO ROJO que se asocia a la cábala mística, siendo los judíos quienes suelen llevar un fino cordel de color carmesí con la finalidad de protegerse de la mala fortuna y el mal de ojo, eso sí, debe de atarse con siete nudos y santificarse con las bendiciones hebreas.
La singular PATA DE CONEJO es un amuleto común de toda las culturas, estando asociado a la buena suerte; en Europa se emplea desde el siglo VII a.C. y los celtas consideraban que sólo funcionaba si el conejo era sacrificado por un hombre con raros atributos o rasgos, como el hecho de que fuera cojo o incluso que bizco.
El CUERNO, indiscutible amuleto rojo italiano, aporta buena suerte y aleja el mal de ojo; su forma es ondulada y su forma se asemeja a la del cuerno del antílope.
También tiene origen italiano el amuleto que se conoce como CIMARUTA que está compuesto por una serie de dijes unidos, representando una rama. Su forma de llevarlo es atado con un pequeño cordón al cuello y se le otorgan propiedades mágicas. En la CIMARUTA podemos encontrar una flor, una mano, una varita mágica o espada, un corazón flameante, un pez y una luna creciente.
Para los judíos el MEZUZÁ es un símbolo protector y que, con forma de estuche, contiene un papel con dos versos de la Torá, siendo habitual colocarlo en las entradas de las viviendas y edificios; de esta forma quien entre en ellos deberá besarlos o tocarlos al pasar. En lo que es el reverso del papel nos encontramos con la palabra "Shaddai", uno de los nombres con los que se viene a denominar a Dios.
Un típico amuleto mexicano es el OJO DE DIOS que es tejido a base de hilos de colores sobre dos palos que forman una cruz; este amuleto tiene la supuesta virtud de conceder el poder de ver y entender cosas que son invisibles al ojo físico. Asimismo se considera que protege de las maldiciones y mal de ojo.
En Japón es frecuente encontrar un amuleto tradicional que es el OMAMORI que consiste en una bolsa pequeña de tela en la que se introducen pequeñas oraciones; para que no pierda su efectividad no debe de abrirse nunca, salvo una ve al año, y con ello nos deshacemos de la mala suerte del año anterior.
En lo que es el suroeste asiático el amuleto más recurrente es el llamado HÁNUMAN, dios hindú con cabeza de mono, considerándose un símbolo protector y que es común llevarlo en forma de colgante.
La población de la antigua Roma también era recurrente acudir a los amuletos y entre ellos destaca el conocido con el nombre de FASCINUS, con forma de falo y con el que se invocaba la protección del dios Fascino; evidentemente, como todo amuleto protegía del mal de ojo, así como de la envidia. Curiosamente los amuletos con formas fálicas era bastante frecuentes en la cultura romana, y mayormente iban provistos de alas, como es el caso del Fascinus.
Un amuleto protector para todos los católicos es la conocida como MEDALLA DE SAN BENITO, y se cree que ejerce protección contra el maligno; en su reverse, desde el siglo XV se puede leer una inscripción que dice así: Vade retro Satana (Apártate, Satanás).
Y entre los más difundidos y que seguro todos hemos portado alguna vez está el TRÉBOL DE CUATRO HOJAS, que son escasísimos, por lo que si nos encontramos con uno de ellos, cada una de sus hojas vienen a significar la felicidad en cuatro aspectos diferentes: salud, dinero, amor y éxito social.
Wikipedia.
https://www.ecured.cu
Los secretos del universo en 100 símbolos. Sarah Bartlett
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