Es más que seguro que todos hayamos escuchado alguna vez hablar de la conocida como lista Forbes, la que refleja año tras año las personas más ricas del mundo (hablo de dinero, que conste), y en ella suelen figurar Elon Musk, Jeff Bezos, Bernard Arnault o Bill Gates, pero a lo largo de la historia de la humanidad y si nos trasladamos en el tiempo al siglo XIV nos encontramos con un hombre, concretamente, un emperador de Mali, que les supera, incluso hoy en día, en riqueza.
Este emperador amasó una inmensa fortuna y es por ello que se le considera la persona más rica de la historia. MANSA MUSA.
El emperador Musa ocupó el trono de Mali entre los años 1312 a 1332, conociéndosele como MANSA MUSA, pues la palabra "Mansa" es un titulo equivalente al de emperador, siendo dueño de prácticamente toda África occidental, tierras en las que se encontraban los mayores yacimiento de oro de todo el continente; tanto es así que una vez analizada la riqueza de Mansa Musa la revista Celebrity Net Worth estimó que ascendía a lo que hoy equivaldría a 400.000 millones de dólares actuales. Su fortuna puede decirse que era infinita.
Más no sólo su fama ha llegado hasta nuestros días por ser el hombre más rico de la historia de la humanidad -hasta el momento-, sino por el hecho de que llevó a cabo una multitudinaria peregrinación a La Meca en 1324, en la que participaron nada menos que sesenta mil personas, con cargamentos de oro, piedras preciosas y objetos para el comercio a fin de financiar el largo viaje, acompañados por doce mil esclavos, y cerca de 100 camellos.
Este viaje tuvo una especial relevancia por la parada que hizo en El Cairo, donde llegó a trabar amistad con el Sultán Al Nasir Muhammad de los Mamelucos, hasta tal punto que el sultanato en cuestión llegó a funcionar como una especie de embajada.
MANSA MUSA, musulmán muy devoto, iba regalando oro a los pobres por las aldeas, y ciudades por las que pasaba en su camino a La Meca, e incluso llegó a construir una mezquita nueva todos y cada uno de los viernes que duró el peregrinaje, tanto es así que en ciudades como El Cairo, Medina y La Meca, el hecho de que "entrara" tal cantidad de oro llegó a producir una devaluación del valor del mismo durante toda una década.
No obstante, para MANSA MUSA su imperio iba creciendo, especialmente con la conquista del reino de Songhai, al que pertenecía la ciudad de Tombuctú; fue en ésta donde fundó la madraza de Sankore, donde florecería el mayor centro intelectual del Islam en África; asimismo, llegó a convertirla en un enclave fundamental en las rutas comerciales transaharianas, lo que contribuyó aún más si cabe a incrementar su ya enorme fortuna.
Esta gran riqueza fue también la fuente de que muchos arquitectos y comerciantes se establecieran en la zona de la orilla norte del Mediterráneo; la riqueza y el imperio de Mansa Musa no paraban de incrementarse, y la fama de este emperador traspasó las fronteras del mundo musulmán lo que hizo posible que a finales del ya citado siglo XIV, Cresques Abraham un judío mallorquín lo representó en su reconocido "Atlas catalán", una colección de mapas en los que se hacía exposición de todos los que venían a conocerse por parte de los europeos de aquella época de la historia.
La Universidad de Sankore de Tombuctú acogió a una gran cantidad de juristas, astrónomos y matemáticos; si bien, en la actualidad, el palacio de Musa ha desaparecido, la universidad y la mezquita construidas gracias a su aportación económica se mantienen en la actual ciudad.
Sobre el fallecimiento de Mansa Musa existen muchas incógnitas, toda vez que existieron varias conspiraciones por parte de sus sucesores, tanto de su hijo Mansa Maghan como de su hermano mayor Mansa Suleyman, si bien se puede datar su muerte en torno al año 1332, aunque también se conjetura sobre la posibilidad de que esa muerte se produjera a su vuelta de La Meca, en 1325.
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