RAFAELLO SANTI O SANZIO, genio del Renacimiento, debe su gloria universal gracias a la pintura vinculada con el dibujo, a la vez que desarrolla toda una revolución colorista; ello afianza la renovación del considerado como "arte clásico" de todos los que fueron sus contemporáneos.
Abunda en su trabajo el retrato, y especialmente, las conocidas como madonas, llegando a ser todo un perfeccionista en la composición, la armonía y la medida; de la misma forma que Leonardo Da Vinci, protagonista de nuestro artículo anterior, Rafael Sanzio consigue la belleza sublime en sus rostros femeninos.
Unos retratos femeninos que adoramos en función de la gracia sensual en las actitudes, consiguiendo una elegancia única y exclusiva.
Más como todo creador, artista, siempre existe una obra que tiene un especial significado, hacia la que siente una emoción única, y Rafael Sanzio también la tuvo, por su retrato conocido como LA DONNA VELATA o LA VELADA.
En la conocida Galleria Palatina del Palacio Pitti (Florencia), una de las mas extraordinarias pinacotecas del mundo, se conservan una colección de las obras más excelsas del siglo XVI y, entre ellas, algunas de Rafael Sanzio; Giorgio Vasari, biógrafo de Rafael Sanzio narra en "La vida de Rafael" (1668) que en la casa de un rico mercader de Florencia se conservaba un retrato "de la joven que el artista amó hasta su muerte"; la identificación exacta de esta bella mujer no está asegurada aún hoy en día, si bien se cree que se trata de la hija de un panadero de Siena, Francesco Luti, llamada Margherita y que fue durante años amante Rafael, amén de su modelo preferida.
Es significativo reseñar que la mujer retratada como LA VELATA aparece en otro retrato, LA FORNARINA -de fornaio, panadero, profesión de su padre; asimismo, también encontramos este rostro en la Madona Sixtina o La Virgen de la silla, lo que viene a darnos la razón en el sentido del apasionado amor de Rafael por esta joven, y que fuere el motivo por el que llegó a desinteresarse totalmente de su boda con María, sobrina del cardenal Bibbiena.
La obra fue realizada hacia el año 1515, y en ella Rafael Sanzio nos da una extraordinaria lección del dominio del color y de la luz, destacando los medios tonos y la sutileza en lo que es el empleo de las gamas oscuras de las composiciones. La pintura refleja una total austeridad, y si algo atrae la mirada del espectador es precisamente la también mirada de la retratada, compartiendo igualdad.
Otro aspecto más que interesante es que frente a esa serenidad que podemos observar en el rostro, el ropaje de la joven destaca por sus agitadas ondulaciones, para lo cual Rafael emplea gruesas pinceladas que hacen resaltar la incidencia de la luz sobre las telas.
Un rostro hermoso que aún resplandece más gracias a la volumetría del conjunto, un ejemplo de maestría en la realización, contrastando el brillo de la seda con la textura más densa del velo que cubre la cabeza de la mujer y que da nombre al cuadro: LA VELATA, llamando nuestra atención sobre el broche de la cabeza, el delicado collar de ámbar o el rizado cabello que sobresale de su frente; aún más la estilizada mano que la joven sitúa cerca de su pecho aporta tono general a la composición que nos recuerda a las obras del maestro Tiziano.
Es por ello que "LA VELADA" viene a representar todo lo que suponía para Rafael Sanzio el ideal de belleza femenina, plasmado en los indicados principios de armonía, perfección y equilibrio; tanto es así que con esta obra alcanza el punto culminante de su carrera.
por
Jean Auguste Dominique Ingres
Florencia lo más destacable. Scala.
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Wikipedia
www.artehistoria.com
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