miércoles, 22 de febrero de 2017

LUCA DELLA ROBBIA.- LA ESCULTURA DE LA ELEGANCIA.



Buen día.

Como es ya para mí un hábito combinar temáticas dentro de este espacio, hoy nos decantamos por la escultura, y eso sí, nos trasladamos en el tiempo al siglo XV, para compartir un poco de la vida y de la obra de un artista excepcional LUCA DELLA ROBBIA.




LUCA DELLA ROBBIA nació en Florencia en 1400 y murió en 1482. Pero es del todo evidente que entre una y otra fecha vio la luz un magnífico trabajo artístico por el que es considerado como el primer escultor y ceramista del Renacimiento en esmaltar con colores deliciosas piezas de terracota.
La obra de Luca della Robbia se vio continuada con la de sus dos sobrinos, Andrea y Giovanni, esté último sobrino nieto.




Según las crónicas que nos han llegado de Giorgio Vasari, Luca della Robbia nació en la casa en la que vivían sus antepasados, que estaba situada en la parte inferior de la Iglesia de San Bernabé, en Florencia. 
Educado en un ambiente tradicional, aprendió a leer por sí mismo, así como a escribir y contar.
Fue su padre, quien con la intención de que aprendiera el oficio de orfebre, le colocó en el taller de Leonardo, hijo de Giovanni, quien estaba considerado como el más grande de los maestros de Florencia.




Su familia trabajaba en la tintotería, pues su apellido "robbia", significa "granza", en toscano, término con el que se identifica a una planta que se utilizaba para teñir.
Más pese a la tradición familiar, Luca se decidió por esculpir el mármol, para lo cual tuvo que estudiar escultura clásica. 
No obstante, Luca della Robbia disfrutaba trabajando el barro, y llegó a ofrecernos, en terracota, obras que destacan por su elegancia y sentimiento, consiguiendo posicionarse como uno de los mejores artistas del período más temprano del Renacimiento. 




Ciertamente, Luca della Robbia gustaba de imprimir en sus obras un encanto especial, que le diferenciaba y mucho del dramatismo propio de sus contemporáneos.
De esta forma desarrolló un esmalte vidriado, que fue exclusivo en su tiempo, y que contribuyó a dar realce a los más pequeños detalles, con un color delicioso, entre los que dominaban los blancos opacos y los transparentes, densos y cerúleos azules.






Y no sólo Luca era el artista de la familia, sino que junto con su hermano Marco, adquirieron una casa en la que pudiera instalarse un taller y un horno, en el que trabajaron ambos. Desgraciadamente, en 1448 murió Marco, y Luca tuvo que hacerse cargo de sus seis sobrinos, destacando entre ellos Andrea della Robbia, así como Giovanni, a la sazón sobrino-nieto.
De esta forma la saga Della Robbia mantuvo su excelencia entre los siglos XV y XVI.



La técnica que Luca Della Robbia ha permitido que sus obras se mantengan con el mismo brillo y esplendor como cuando fueron creadas y ello fue a raíz del embellecimiento de la terracota a modo de como era utilizada en las culturas milenarias china y mesopotámica, desde el siglo IV a.C., si bien los artistas del renacimiento no la consideraban en sus trabajos, y por ello preferían trabajar el poder crudo de la piedra y el mármol. 
Los Della Robbia se encargaron de llenar de luminosidad los pórticos de las iglesias, así como los altares, sirviéndose para ello de tondos, que son piezas de cerámica decorativa de forma circular o rectangular, plenas de color.



Luca Della Robbia consigue expresar en sus esculturas una especial sobriedad clara, formas simples y una serenidad unida a una luminosidad que nunca perdieron, pese al paso del tiempo, sus diferentes obras. 



En palabras del propio Vasari, Luca Della Robbia se sirvió de una técnica que, como ya he indicado, la continuaron sus sobrinos y nietos, tomando como base el barro, y recubriéndolo con una mezcla de estaño, de antimonio y otros minerales y mixturas cocidas en un horno especial, lo que les confirió un carácter eterno.


Junto a Luca Della Robbia, su familia llevó a cabo una producción que abarca frisos, retablos, emblemas, armas aristocráticas, retratos tanto de la Virgen como de diferentes santos, encargos de grandes familias de la aristocracia.
El estilo DELLA ROBBIA  es fácilmente reconocible por su brillante colorido, a base de deliciosos esmaltes, entre los que destacan los colores blanco y azul, la delicadeza de sus líneas y esa pureza tan característica de lo que es la producción de no solo Luca, sino de Andrea y Giovanni.

Ustedes disfruten de más de cinco siglos de historia que se resumen en obra artística.



BUEN DÍA A TODOS

PURA KASTIGÁ

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Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.
www.20minutos.es



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