Buen día.
Después de varios artículos en los que hemos mantenido cita con el arte, y sobre todo con la pintura, hoy me decanto por una historia que sucedió hace exactamente un siglo, y que tuvo como protagonistas a un grupo de jovencísimas trabajadoras que sufrieron envenenamiento por radiación al pintar con radio las esferas de los relojes que fabricaba una empresa, cuya pintura contenía dicho producto, y a las que se conoce como The "Radium Girls".
La empresa en cuestión fue la United States Radium Corporation, en Orange, Nueva Jersey, en el año 1917.
Es ésta una historia que convirtió en heroínas a unas chicas, mujeres anónimas que sufrieron las consecuencias de las radiaciones ionizantes.
Fue el descubrimiento que llevó a cabo en 1898, Marie Curie quien logró aislar el Radio (RA) en estado puro, lo que le confirió su condición de elemento y lo situó en la tabla periódica. La manipulación que de esta sustancia le supuso para Marie Curie dos premios Nobel, y una enfermedad que acabó con su vida, la anemia aplásica.
(Curiosamente, los utensilios y las anotaciones de los que la científica se sirvió durante sus trabajos, no pueden, al día de hoy, manipularse, salvo que se vaya especialmente protegido contra la radiactividad).
Marie y Pierre Curie
Imagen de las jóvenes trabajadoras
El radio un alcalinotérreo que se encuentra a nivel de trazas en minas de uranio. Es extremadamente radiactivo, un millón de veces más que el uranio, y su isótopo mas estable Ra-226 tiene un periodo de semidesintegración de 1.602 años y se transmuta dando radón.
Las propiedades de fosforescencia del radio, mezclado con sulfuro de zinc, fueron utilizadas por la industria militar norteamericana, y para ello depuraron la extracción del radio de un mineral llamado carnotita y de esta forma produjeron la mayor patente de pintura luminosa, radiactiva y venenosa de la historia: Undark.
Durante la que todos conocemos como Primera Guerra Mundial, los soldados estadounidenses que servían en Europa usaban unos relojes de manecillas fosforescentes, con la finalidad de ver exactamente la hora en la oscuridad, al estar atrincherados, y de esta forma podían sincronizar sus relojes consiguiendo así una ventaja frente al enemigo.
Finalizada esta contienda los relojes en cuestión cobraron gran popularidad, tanta como los empleados, mayormente, chicas jóvenes todas ellas que trabajaban en la United States Radium Corporation, una fábrica situada en Orange, Nueva Jersey, que fue la empresa responsable de la producción y distribución del peligroso pigmento y su aplicación mediante pincel, sin protección alguna.
Estas empleadas desconocían totalmente el peligro que conllevaba la manipulación de la sustancia con la que pintaban, mediante un pequeño pincel, que solían afinar con los labios, las esferas de los relojes que emitían esa luz que podía verse en la oscuridad.
Era un trabajo muy delicado, que necesitaba de manos pequeñas, de ahí el que fueran mujeres casi todas las que estaban empleadas en la fábrica y las que cuidadosamente pintaban tanto las manecillas de todos y cada uno de los relojes, que se fabricaban uno a uno, así como las esferas de los mismos.
El pincel utilizado estaba fabricado al efecto y para ello se servía de una mezcla de sales de radium, sulfuro de zinc y goma arábiga.
Una trabajadora podía fabricar en uno solo día alrededor de doscientos relojes, y el hábito o costumbre de chupar los pinceles lo llevaban a cabo con la finalidad de afinar aún más las líneas y los números que tenían que recubrir con la mezcla en cuestión.
Evidentemente, ninguna de ellas llegó a pensar lo que les acarrearía, al poco tiempo esa costumbre, a la que se unía el hecho de que para divertirse se pintaban los labios y las uñas con el compuesto, pues la fosforescencia les resultaba singular y divertida.
El caso fue que estas jóvenes empezaron a enfermar, una tras otra; así se dieron diagnósticos como anemia, neoplasia, necrosis y lo que más tarde vendría a llamarse "Radium jaw", o Mandíbula Radio.
Un dentista que estudió el caso llegó a afirmar que estas patologías se debían a los materiales con los que las jóvenes trabajaban, sin embargo, la prensa, manipulada por el poder económico, en un intento de mancillar a las trabajadores, achacó los síntomas, nada menos que a la sífilis y a diferentes enfermedades de transmisión sexual.
Una de las primeras jóvenes que manifestó las secuelas de este envenenamiento fue Grace Fryer, que había trabajado en la antedicha empresa y con el tema de los relojes fosforescentes. La joven empezó a notar como se le caían los dientes, sin un motivo especial, a la vez que la mandíbula le dolía muchísimo y veía como le iba creciendo de forma desproporcionada.
Fue gracias a la ayuda de un joven abogado Raymond Berry quien inició un procedimiento contra la empresa, la United States Radium Corporation, así como de otras jóvenes también afectadas, que apenas podían caminar, habían perdido todos los dientes y solo podían permanecer acostadas, litigio que se inició en el año 1928, si bien tuvieron que batallar con muchos médicos sobornados por la Compañía. Más nada mas evidente que las secuelas que se observaban en las mujeres, que apenas pudieron asistir a las consiguientes vistas.
El procedimiento finalizó con el acuerdo entre empresa y demandantes, por el que la primera se obligaba a pagar una indemnización de 10.000 $ a cada una de las jóvenes demandantes y una pensión anual y vitalicia de 600 $, cubriendo todos sus gastos médicos.
El caso fue que las cinco jóvenes que habían planteado la demanda fallecieron al poco y se dió incluso el luctuoso hecho de que ni siquiera llegaron a cobrar la primera de las pensiones anuales.
La última de las conocidas como "chicas radiactivas" falleció de cáncer en 1930, más su valentía y su inquebrantable voluntad sentaron las bases para viera la luz el movimiento sindical para la defensa de los derechos del trabajador que fue ratificado en el año 1948, y el Congreso de los EE.UU. votó una resolución a favor de los derechos de los trabajadores afectados por dolencias relacionadas con su profesión.
Hoy en día, se han hecho mediciones de radiactividad en las tumbas en las que reposan los restos de estas decididas mujeres y se puede medir el nivel de radiación que aún emiten.
Evidentemente, la historia de la Humanidad está llena de personas que, a raíz de su sacrificio personal, han llegado a conseguir logros de los que disfrutamos hoy en día todos aquellos trabajadores que, en cualquier momento, podemos vernos afectados por una enfermedad derivada de las condiciones de trabajo.
Un mérito inmenso y un dolor terrible el de estas jóvenes, las "Radium Girls".
BUEN DÍA A TODOS
PURA KASTIGÁ
Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
mujeresconciencia.com
ellanzallamas.com
Cuantas Víctimas han caído durante los avances de la historia, Entre ellas Marie Curie. Pero no olvidemos que seguimos con los mismos riesgos que existieron entonces.
ResponderEliminarEfectivamente, amiga, pero tenemos legislación que nos ampara en el caso de que se produzcan determinadas circunstancias. Eso fue algo que debemos, en gran parte, a este grupo de mujeres. Terrible historia, pero toda veraz.
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