viernes, 24 de marzo de 2017

SCUOLA DE I BAMBOCCIANTI.- LA VITA È BELLA.



Buen día.

Hoy volvemos a retomar la temática de la pintura y siguiendo la excelencia de un grupo de pintores del siglo XVII, al que se les conoce con el apodo de BAMBOCCIANTI o BAMBOCHANTES, y que tenían en común un género pictórico que reproducía escenas y anécdotas de la vida cotidiana, sirviéndose mayormente del pequeño formato.



Sin lugar a dudas, el más fiel exponente de esta "Scuola" fue el pintor holandés PIETER VAN LAER cuyo apodo "Il Bamboccio" ("El fantoche") derivó en el adjetivo con el que se conoce a todo una serie de pintores que llegados a Roma, procedentes del norte de Europa, al igual que van Laer (éste, concretamente, de Haarlem, en 1625) se sintieron identificados con su forma de entender y plasmar la vida del día a día de los habitantes de los pueblos y las ciudades.


Pieter van Laer "Il Bamboccio"

PIETER VAN LAER, conocido como "Il Bamboccio" nació en Haarlem, hacia 1599, falleciendo hacia 1642. Ejerció de pintor y grabador, y sus obras nos representan escenas de género o cotidianas. Su apodo "bamboccio" se le debe a su físico, un tanto grotesco, y no a lo que, en esencia, es su obra artística.
En su pintura podemos observar una influencia de la italiana, por lo que respecta a la utilización de paisajes y fondos, si bien en la temática se mantuvo más cerca de lo que es la tradición holandesa.
Abunda en la representación de escenas del campo, mercados, fiestas populares, escenas de caza, destacando por un estilo un tanto tosco y con personajes poco agraciados.





Gracias al auge que experimentó el naturalismo costumbrista derivado de Caravaggio, van Laer conoció de cierto reconocimiento, y su estilo fue copiado por diferentes pintores, en su mayoría holandeses, que residían en la ciudad de Roma, de ahí el nombre de los "bambochantes".
Hacia 1639 regresó a su ciudad natal, donde falleció tres años más tarde.
No obstante no debemos quitar mérito a la obra de van Laer, pues la misma destaca por la calidad de su dibujo y su buena perspectiva. Se deleita con la utilización de colores cálidos, incluyendo ocres, contrastando tonos luminosos con oscuros.



Pese a que fueron varios los artistas que desdeñaron su trabajo, lo cierto es que alcanzó una gran aceptación en el mercado libre del arte, siendo diferentes aficionados ilustres los que coleccionaron su obra.

Jan van Bike Miel

JAN VAN BIKE MIEL, al que se le conoce por el apodo de "Il Cavaliere Gioo", nació en la ciudad de Amberes, hacia 1599, falleciendo en 1664, cultivó también la pintura y el grabado.
Se sabe de su estancia en Roma sobre 1633 y que formó parte del grupo de los bamboccianti, su obra se decanta más, eso sí dentro del género, como pintor de figuras.
Con el tiempo fue evolucionando hacia un clasicismo gracias al cual colaboró en algunas obras con Andrea Sanchi.
Ingresó en la Academia de San Lucas de Roma, tratando la temática de la pintura religiosa, colaborando en la decoración del Palacio del Quirinal, en 1656, donde pintó el fresco Paso del Mar Rojo. Dos años más tarde se trasladó a Turín, donde trabajó al servicio del duque de Saboya, y fue en esta ciudad en la que falleció.




En el Museo del Prado podemos encontrar diferentes obras de este pintor, como La merienda, El Barbero del lugar, Escenas populares, Cabaña con sus habitantes, Parada de cazadores, todas ellas procedentes de la colección real, e igualmente, el Museo del Ermitage y la Royal Collectión de Inglaterra es depositaria de algunos de sus trabajos.



Con JAN DIRKSZOON BOTH, nacido en Utrecht, en 1618 nos encontramos con la esencia del paisaje holandés, en el que predomina el gusto clasicista, si bien se le reconoce una influencia italiana.
Formado junto con su hermano Andries, en el taller de Abraham Bloemaert, se traslada a Roma, sobre el año 1638, participando en uno de los impresionantes proyectos decorativos del siglo: el nuevo Palacio del Buen Retiro de Madrid, para el que realizó una serie de paisajes en gran formato, algunos de los cuales se conservan en el Museo del Prado.
En su pintura se observa el predominio del volumen que le otorga un aspecto más monumental, decantandose por el predominio de la luz dorada, influencia, sin duda, de Claudio de Lorena.




Si bien en principio se creyó que ambos hermanos trabajaban a dúo, en el sentido de que Jan pintaba los paisajes y Andries las figuras, al día de hoy no podemos afirmar dicha colaboración.
Con la muerte accidental de  Andries, en 1641, cuando de regreso a su país, y de paso por Venecia, cae en un canal y se ahoga, Jan volvió solo a Utrecht, falleciendo en 1652.




Jan Both llevó a cabo una producción más que notable, y ello pese a su corta vida, estando considerado como un enlace entre los pintores italianos de paisajes clasicistas y los pintores holandeses que le consideran su maestro.
En sus paisajes nos encontramos con abundantes figuras, campesinos, artesanos, incluyendo escenas mitológicas o bíblicas.
Su aportación dentro de la faceta del grabado es también meritoria.


Michelangelo Cerquozzi

Y para terminar con esta reseña de la "Scuola de i Bamboccianti", no podemos olvidar a MICHELANGELO CERQUOZZI, apodado Michelangelo delle Battaglie (Miguel Angel de las Batallas), nacido en Roma, en 1602, y cuya obra se nutre de escenas paisajísticas; su formación pasa por artistas de la  talla de Pietro Paolo Bonzi o Vincent Leckerbetien, especializado en escenas de batallas, y al que debió Cerquozzi su sobrenombre.
En 1634 ingresó en la Accademia di San Luca, y sin perjuicio de que, como en otros de los antes citados pintores, su labor no era bien considerada desde el punto de vista artístico por otros autores de la época, lo cierto es que recibió encargos de numerosos miembros de la curia romana, así como de la aristocracia.





Una de sus obras más significativas la pintó en 1648, por encargo de Virgilio Spada, la conocida como La  revuelta de Masaniello (actualmente en la Galería Borghese, en Roma), y en la que asistimos al momento en el que el lider popular se dirige a la muchedumbre en la plaza del Mercado de Nápoles.

La revuelta de Massaniello

El Museo del Prado tiene entre sus fondos su obra Niños cogiendo fruta, un delicioso óleo sobre lienzo

Niños cogiendo fruta

A lo largo de la historia de la pintura han sido muchos los artistas que han marcado una señal de identidad para otros que iniciándose en sus principios continuaron ese camino o siguieron otros diferentes, pero siempre es motivo de orgullo saber y conocer que tu obra es objeto de admiración no solo por los que somos espectadores única y exclusivamente, sino por los que también fueron creadores de bellísimas obras.



Ustedes disfruten del visionado del trabajo de I BAMBOCCIANTI.

BUEN DÍA A TODOS

PURA KASTIGÁ


Fuentes: Wikipedia.

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