Karel Capek
Todos los aficionados al mundo de la ciencia-ficción y, especialmente, de la robótica, seguro que conoceréis que el término "Robot" fue utilizado por vez primera por KAREL CAPEK, uno de los escritores en lengua checa más importantes del pasado siglo XX.
No obstante, la palabra ya existía en su idioma, robota, que en checo viene a significar "trabajo", y en especial, hace alusión a "trabajo duro" o "trabajos forzados"
En su obra teatral de ficción R.U.R. (Rossum´s Universal Robots), escrita en 1920 y estrenada en el Teatro Nacional de Praga en 1921 (un año después en Nueva York), aparece en relación con unos seres creados por el ser humano que obedecen al nombre de "robots" y cuya misión es la de realizar trabajos forzados obligados por una sociedad capitalista.
El término tuvo un enorme éxito y de ahí a extenderse a todo lo referente a la ciencia-ficción un sencillo paso.
Si bien en la obra teatral se considera a los robots como hombres artificiales, lo cierto es que están más cerca de lo que hoy en día viene a ser considerado como androide o clon, ya que pueden perfectamente hacerse pasar por humanos e incluso tienen la capacidad de pensar.
Y pese a que fueron creados por seres humanos, entraron en confrontación con la humanidad, provocando el fin de ésta.
El nombre de la obra teatral es el mismo que el que tiene la empresa que fabrica las máquinas, y la palabra Rossum es un juego de palabras, toda vez que rozum en checo se traduce por "razón".
Karel Capek nació en Malé Svatonovice, Bohemia, en el por entonces Imperio austrohúngaro, el 9 de enero de 1890, falleciendo en Praga, Checoslovaquia, el 25 de diciembre de 1938.
Llevó a cabo estudios de filosofía y estética en la Universidad de Carolina, ampliándolos en la Universidad de Humbolt de Berlín y en La Sorbona.
Fue director de un periódico en Praga y creó el teatro de Vinohradsky.
Más también debemos a Karel Capek un relato fantástico con el nombre de La fábrica del absoluto (1922), cuyo argumento podríamos considerar que en nada desmerece al de cualquier historia actual, situándolo en un universo concebido según las teorías panteístas de Baruch Spinoza y las de la relatividad, el invento de un ingeniero vendrá modificar la conducta humana y la social, de forma que desintegrando la materia produce energía, y es así como libera también el llamado místico "Divino Absoluto".
No obstante, su obra más impactante y en parte debido a que en ella se advierte una afinada ironía contra el nazismo, es La guerra de las salamandras, novela distópica, y que podemos situar a la altura de otras grandes novelas distópicas de nuestra historia reciente como 1984, de Orwell, o La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess.
Considerada como obra de culto entre los apasionados por la ciencia-ficción fue escrita en 1936 y publicada un año más tarde, aportando una crítica no sólo al mundo de su tiempo, sino al mundo de todos los tiempos, en los que se vive tanto el capitalismo, el racismo, el tráfico de armas, y todo lo que como constante de horror sufrimos en la actualidad.
Su argumento, en algunos momentos realmente cómico, nos traslada la historia de un capitán de barco que, en el Pacífico e intentando encontrar perlas preciosas, da con una singular especie de salamandras que son capaces de entender y comprender al ser humano. Y por supuesto, andan a dos patas y saben hablar.
De esta forma, el impacto en el mundo es del todo alucinante, pues los seres humanos en lo primero que piensan es en utilizar a las salamandras para aquellos trabajos que les resultan dificultosos, problemáticos y hacer de aquellas esclavos. Hasta tal punto llegan a "delegar" en estos seres diminutos que les enseñan el manejo de las armas y así utilizarlas en conflictos.
Más la inteligencia de las salamandras les sirve también para reaccionar ante las continuas exigencias de la raza humana y comienzan a organizarse para rebelarse contra la Humanidad. Es así que los hombres intentan defenderse, y las salamandras, ante ello, acuden a .....los abogados. De esta forma las salamandras quieren controlar la Tierra, pero tienen un grave problema que al igual que los seres humanos han heredado de éstos no sólo sus virtudes, sino también sus más que numerosos defectos.
En base al argumento de esta novela, Karel Capek ponía a la vista de sus lectores una crítica voraz de lo que estaba sucediendo en Alemania con el ascenso del nazismo, considerando el hecho de que los alemanes estaban por la labor de crear su propia raza de salamandras, -salamandras arias-, y para ello era del todo necesario el exterminio de otras muchas razas o etnias.
No obstante, y ahí nos encontramos con un conflicto del todo actual, también ataca el más salvaje de los capitalismos y también la industria de las armas y su comercio, pues en tanto los Estados vendían armas a las salamandras, éstas las utilizaban para destrozar a la humanidad.
Con La guerra de las salamandras, Karel Capek no sólo creó una obra maestra de lo que es la ciencia-ficción, sino que en la misma utilizó elementos más que actuales como diferentes estilos narrativos (se incluye una carta en chino), no hay personajes protagonistas y abunda el diálogo consigo mismo del propio escritor.
A día de hoy, la república checa mantiene una conocida veneración por este genial escritor y por su premonitoria obra, y es una costumbre muy difundida entre aquellos que visitan el cementerio en el que reposa, en Praga, el depositar un juguete con forma de robot en miniatura en la que es su tumba.
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Fuentes: wikipedia.
www.granadahoy.com
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