GOTA DE AGUA
Como triste marioneta a
la que
condenaste a ser infeliz
sobre un escenario a
modo de
teatrillo en un mundo
vacío
que a sonreír me obliga.
Atrapada por un sinfín
de hilos
que unos y otros mueven
por mí
la película de mi vida
es la historia
de un amargo porvenir.
Y el paso del tiempo no
me ayuda
a poner fin a este
estúpido guiño
para vacuos inocentes,
dibujado a base de vivos
colores
que atrapa a todo el que,
por indolente,
se deja seducir.
Es más cómodo ver un
rostro amable
privado de humanidad,
no nos compromete, ni
obliga
a ser testigos de su
destino final.
La evidencia de una
realidad
para la que nuestro
esfuerzo es
una gota de agua que
hacia arriba resbala,
desafiando toda ley de
gravedad.
Rosa Freyre
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