MATEMÁTICAS
En la cuantificación del
amor
conviene no sobrepasarse
con el desconocimiento
de la justa medida
y la ausencia de normas
de conducta.
No hay amor que amor
retorne
ni abandone su desdén,
la ilusión crea dulces
monstruos
que el tiempo traduce en
marionetas.
Dejarse querer tiene sus
riesgos
amar sin razón quizás
sepa de lógica,
pues contar el tiempo de
la felicidad compartida
abunda en la ciencia de
las matemáticas.
Dos amantes observan una
puesta de sol
con la certeza de que el
destino
pone punto y final a una
historia
que es exclusivamente suya.
Es así como el dolor se
minimiza
y el olvido nace y se
mitifica.
Rosa Freyre
Bebo Valdés-Diego El Cigala
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