El singular MUSEO DE ANTROPOLOGÍA CRIMINAL "CESARE LOMBROSO" fue fundado en 1909, contando con los fondos de la colección privada de Cesare Lombroso, un reconocido antropólogo criminal, fallecido poco antes, si bien la colección privada se abrió al público, por vez primera, en 1884, con motivo de la antropológica organizada en la exposición general de Turín. En 1892 la Facultad de Medicina de la Universidad de Saboya anunció su decisión de establecer un museo de psiquiatría y criminología, aunque por entonces, aún no había elegido esta colección privada para hacerla merecedora de ocupar el espacio de la institución recién creada.
¿Quién fue Cesare Lombroso y qué le llevó a iniciar la colección que se exhibe en el Museo que lleva su nombre?
A continuación....
CESARE LOMBROSO nació en Verona, Italia, el 6 de noviembre de 1835 y falleció en Turín, Italia, el 19 de octubre de 1909. Su trabajo como médico y antropólogo está unido a su consideración como fundador de la Criminología, una persona cuyo afán por aprender y estudiar le llevó a participar de las más variadas temáticas: medicina, historia, antropología, psiquiatría, criminología, demografía e, incluso, política.
Se doctoró en Medicina en Pavía con la tesis Ricerce sul cretinismo in Lombardía; a continuación, enseñó en la universidad local y ejerció como director del manicomio de la misma localidad. Posteriormente, residió en Turín, donde hasta la fecha de su fallecimiento ocupó en la universidad las cátedras de Medicina Legal, Psiquiatría y Antropología Criminal.
De entre las que son sus más significativas publicaciones destaca la que publicada con el nombre L´uomo delinquente (1876), en la que expone su teoría de que la criminalidad giraba en torno a los factores biológicos individuales, y el carácter atávico-regresivo del delito. Fue el fundador de la Escuela de Criminología Positivista, a la que se conoció por su época como la Nueva Escuela (Nuova Scuola).
Un aspecto muy difundido de la obra de Lombroso fue el hecho de que la concepción del delito es el resultado de tendencias innatas, de origen genético, que pueden asimilarse a determinados rasgos físicos o fisionómicos de los delincuentes habituales -así hace especial mención a las asimetrías craneales, determinadas estructuras de mandíbulas, orejas o arcos superciliares, etc..-. No obstante, también apunta la importancia de ciertos factores como lo son el clima, la orografía, el grado de civilización, la alimentación, el alcoholismo, la educación, el estatus económico e, igualmente, la religión.
Cesare Lombroso fue muy explícito y contundente en sus conclusiones derivadas de sus estudios , llegando a plantear que determinadas personas eran más proclives a delinquir que otras y que este tipo de individuos derivaban a su descendencia esa deficiencia genética. A esta inferioridad vino a denominarla "atavismo", siendo considerada como el producto de la regresión a estados primitivos de la humanidad como consecuencia de un paso atrás en la evolución humana.
Es acertado afirmar que las teorías de Cesare Lombroso fueron evolucionando con el paso del tiempo, lo cual se vio reflejado en las diferentes ediciones de su obra fundamental L´uomo delinquente; es así que en la que fuera la cuarta edición de ésta Lombroso clasificó en seis perfiles a los delincuentes: el delincuente nato, delincuente loco moral, delincuente epiléptico, delincuente loco -en sus diferentes variedades: alineado, alcohólico, histérico o mattoide-, delincuente ocasional -como son los pseudocriminales, criminaloides y habituales- y, por último, delincuente pasional.
Con independencia de las críticas recibidas por su trabajo, principalmente a razón de la mayor influencia de los factores biológicos en la delincuencia, Cesare Lombroso aportó a la criminología un aspecto más que importante como fue el aplicar el método científico proveniente de las ciencias naturales al estudio de la criminalidad.
No obstante, muchas de sus teorías, a día de hoy, se encuentran completamente desfasadas.
Centrándonos en lo que es la colección privada de Cesare Lombroso, él mismo nos la describe así: "El primer núcleo de la colección comenzó con el ejército, donde, además de medir craneológicamente a miles de soldados, se había conservado cuidadosamente los cráneos y cerebros de los muertos; esta colección creció gradualmente con el despojo de los antiguos cementerios de Cerdeña, Baltellinesi, Lucchesi, Piamonte, hechos por mí y mis amigos de Turín y Pavía. No pasó un día ante en Pavía primero, luego en Pesaro y Turín que no intenté aumentar la colección con las calaveras de locos y criminales que murieron en asilos y cárceles".
Esta colección particular fue abierta al público en 1884, en Turín, más fue durante el primer congreso internacional de antropología criminal que se celebró en Roma en 1885, cuando Giuseppe Sergi lanzó la propuesta de un museo de antropología criminal; es así como la colección privada de Cesare Lombroso se trasladó a los institutos de anatomía en 1896, más no sería hasta 1906, gracias al yerno de Lombroso, Mario Carrara la exposición tuvo su primera apertura real.
Una circular emitida en 1909 por parte del ministro de Gracia y Justicia vino a ordenar que todos los cuerpos del crimen conservados en las cancillerías del reino y que tenían como destino el ser destruidos fueran derivados al Museo Lombrosiano.
Curiosamente, Cesare Lombroso no llegó a ver la inauguración oficial del museo que lleva su nombre, si bien ordenó que su cuerpo fuera donado a la ciencia para su estudio, y su esqueleto se encuentra en el museo en cuestión.
Siendo ya director del museo Mario Carrara la colección existente en el mismo se fue aumentando, más ante su negativa a ser fiel al movimiento fascista, fue expulsado de la universidad, amén de privado de todas sus cátedras y, por supuesto, de la dirección del museo. Por desgracia, el museo estuvo cerrado durante algunos años, hasta que en 1947 fue trasladado al instituto de medicina forense.
Durante décadas estuvo del todo abandonado más la celebración de una exposición en 1985, cuando se realizó un llamamiento por parte de diferentes intelectuales y científicos para que se salvaguardara el Museo Lombroso.
Después de muchos trámites administrativos y del interés despertado por el público en general, en 2009 la colección se ubicó definitivamente en el Palazzo degli Instituti Anatomici, en la via Pietro Giuria.
Es así como en este singular museo podemos encontrar desde preparaciones anatómicas, dibujos, fotografías, es más, contiene 684 cráneos y 27 restos de esqueletos, 183 cerebros humanos, cuerpos y restos de animales, utensilios que sirvieron para cometer crímenes y máscaras mortuorias; destacan también las miles de todos de criminales, locos y prostitutas, y todo ello distribuido en nueve salas. En la número 8 podemos escuchar la voz de Lombroso en un discurso imaginario sobre sus teorías y experiencias en el plano de la ciencia forense.
Todo un recorrido que merece una visita, no ya solo por lo que tiene de interés científico, sino por aquello de asombrarnos ante tan particular colección.
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