jueves, 10 de enero de 2019

BUDAPEST.- LA CIUDAD DE LOS BALNEARIOS.

Budapest

Todos necesitamos tener un tiempo para nosotros mismos, para relajarnos y desconectar, liberar nuestra mente de lo que supone el estrés diario; en ese sentido, los balnearios han estado presentes en la historia de la humanidad desde la antigua Grecia, ya que los ciudadanos se servían de las conocidas como aguas termales para aliviar sus dolencias.

Termas de Faustina (Mileto)

Fue el emperador Agripa, en el año 25 a.C. quien ordenó el diseño y creación de las primeras grandes termas, que tenían carácter público. Es así como estos primeros baños vinieron a llamarse "balneas termas".
En cierta medida, y al tener un carácter público  -thermae o therma- frente a los espacios privados -balmes o balneum-, vinieron a convertirse en centros de reunión, en los que se trataban desde conversaciones triviales hasta asuntos de carácter social o político.

Termas de Caracalla

Famosas fueron las Termas de Caracalla, en Roma, construidas en el año 216, su capacidad llegaba hasta 1.600 usuarios, y ello con independencia de la belleza de su composición arquitectónica, su forma de abastecimiento del agua, calefacción, así como desagüe.

Budapest-La ciudad balnearia


Budapest, a la que se le concedió el título de ciudad balnearia en 1934, no desmerece en absoluto dicha calificación, gracias a sus 118 manantiales, entre naturales y artificiales con los que cuenta, y de los que brotan nada menos que 70 millones de litros de agua termal a temperaturas que oscilan entre los 20º y los 80º centígrados.

Si bien la balneoterapia empezó a ser considerada como medio de tratamiento para muchas enfermedades a principios del siglo XX, lo cierto que en Budapest han venido a disfrutar de los balnearios y sus beneficios desde la época romana, y precisamente, durante la época turca, fueron muchos los balnearios que se construyeron y que, a día de hoy, continúan en funcionamiento.

Balneario Gellért


Entre los balnearios más importantes de la ciudad de Budapest podemos destacar el conocido como BALNEARIO GELLÉRT, sin lugar a dudas uno de los más hermosos baños termales de dicha ciudad.

Su historia nos lleva al siglo XIII, en plena Edad Media, cuando a los pies del Monte Gellért, se construyó un hospital que posteriormente, durante la que fuera ocupación turca, se convirtió en un baño termal. El actual Balneario y el Hotel Gellért, construído entre los años 1912 a 1918, siguiendo el estilo secesionista. A las iniciales instalaciones se añadieron las olas artificiles y la piscina espumosa, si bien con la Segunda Guerra Mundial fueron muchos los destrozos que padeció, siendo restaurada completamente.


Este bellísimo balnerario nos ofrece la posibilidad de disfrutar de baños termales en piscinas de reducido tamaño que contienen agua mineral de los manantiales cálidos del monte Gellért, y en cuya composición podemos encontrar calcio, magnesio y sulfatos. También existe la opción de acudir a saunas, pocos e incluso una piscina al aire libre que produce olas artificiales cada días minutos y la curiosa y singular piscina espumosa.
Evidentemente, no podían faltar servicios como masajes de todo tipo y numerosos servicios terapéuticos.



El ambiente con el que nos encontramos nada más llegar al balneario es delicioso, pues conserva el mobiliario estilo secesionista, sus coloridos mosaicos de Zsolnay, bellísimas columnas de mármol, y numerosas estatutas. 
Todo un lujo para los sentidos y la salud.

Balneario Széchenyi

Y si queremos seguir nuestro circuito termal en la ciudad de Budapest, cita en los conocidos como Baños Széchenyi, los más grandes de Europa y cuyas aguas provienen de dos manantiales diferentes, con temperaturas que oscilan entre los 74ºC  77 ºC.
Las propiedades de sus aguas se deben a su contenido en sulfato de calcio, magnesio y bicarbonato, amén de flúor y ácido metabórico, lo cual las convierte en recomendables para enfermedades relacionadas con la degeneración de las articulaciones.



En pleno centro de la ciudad de Budapest, los baños fueron construidos en 1913 y con estilo neobarroco, siendo su arquitecto Gyözö Czigler, si bien en un primer momento contaba con una zona de baños separada para hombres y mujeres, y otra pública. En 1927 estos baños fueron ampliados, y en total tiene 3 piscinas al aire libre y nada menos que 15 piscinas cubiertas. Tanta llegó a ser su demanda que el pozo inicial no fue suficiente para abastecer a todo el recinto y tuvo que ser perforado un nuevo pozo, en 1938.



Y si con estos baños termales aún os apetece disfrutar de otro, pues mi recomendación lo es por los Baños Rudas, construidos en el siglo XVI, a orillas del río Danubio. Están abastecidos por tres manantiales que obedecen a los nombres de Juventus, Attila y Hungaria, y quince pequeñas fuentes, con un elevado contenido sulfuroso, por lo que están especialmente recomendados para tratamientos contra el reumatismo y otras afecciones de las articulaciones.



Su piscina más original es una pila con forma octogonal sobre la que se alza una cúpula turca con 10 metros de diámetros. 
En definitiva, pura belleza.

Baños Rudas

Después de esta más que deliciosa y suculenta oferta vacacional, no os podéis perder una experiencia en Budapest de tan singular naturaleza, lo que os aportará no sólo disfrute, sino salud.




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Directorio Hispano de las Artes



Fuentes: www.disfrutabudapest.com
Wikipedia.

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