Sin lugar a dudas uno de mis movimientos favoritos dentro de lo que es la pintura es el que vino a denominarse "La Escuela de Barbizon", que se desarrolló en Francia, entre los años 1830 y 1860 y que fue consecuencia del deseo de muchos artistas de alejarse de la vida de las ciudades y encontrar la calma y el sosiego en las pequeñas aldeas, los bosques, en definitiva, la Naturaleza; es así que este grupo de pintores entre los que se encuentra nuestro protagonista de hoy -CONSTANT TROYON- rompieron la tradición paisajística francesa, de carácter marcadamente histórica, por otra vinculada a la exaltación del paisaje, al estilo de la tradición holandesa del siglo XVII.
Destaca la temática común de todos los que se adhirieron a este movimiento, así como su acierto en describirnos las emociones y la riqueza visual que eran consecuencia del trabajo al aire libre.
Es así como esa vida campestre toma un especial protagonismo, y la luz del día, la que nos aporta el sol, fue especialmente plasmada en todas y cada una de sus obras.
CONSTANT TROYON nació en Sèvres (Francia) el 28 de agosto de 1810 y desde los inicios de su trayectoria artística se interesó por la que se conoce como pintura de paisajes; no obstante, comenzó pintando sobre porcelana en la más que famosa fábrica de su ciudad natal.
Sí que fue decisivo para su aprendizaje en el aspecto artístico un largo viaje que llevó a cabo por su país de origen, que aprovechó para dibujar y pintar cuánto llamaba su atención, abundando en escenas paisajísticas y costumbristas.
Con anterioridad sus primeras obras muestran una influencia neoclásica, tal y como puso en evidencia en su exposición llevada a cabo en el Salón de París, en 1933, si bien como consecuencia de su relación con Camille Roqueplan se siente animado a profundizar en lo que es el estudio de la Naturaleza, convirtiéndose en un excelente "mentor" de ésta.
Otra de sus más que notables influencias nacieron a razón de un viaje que realizó por los Países Bajos, ya que por su amistad con Paulus Potter decidió incluir en sus bellos paisajes las figuras de animales, todo ello en un entorno lleno de armonía tanto en formas como color.
Este aspecto de su pintura de paisajes convirtió a Constant Troyon en el primer pintor animalista de su siglo, paisajes los suyos de una deliciosa sencillez, lo que no resta, en absoluto, belleza. Abundantes animales, tales como vacas, ovejas, caballos sorprenden al espectador, y sus cuadros rebosan de un colorismo excepcional. También son abundantes sus escenas en las que aparecen perros, muchas de ellas son escenas de caza.
Era habitual por entonces la participación de los artistas en el Salón de París, y en 1833 Constant Troyon lo hizo con dos obras, la primera de ellas El parque de Saint Cloud, y la segunda, La fiesta de Sèvres.
Su trayectoria artística se vio premiada al ser elegido miembro de la Academia de Amsterdam; asimismo, fue condecorado con la Legión de Honor y por cinco veces fue premiado en el Salón de París.
Tristemente, Constant Troyon murió, después de dos años en los que su mente fue deteriorándose paulatinamente, el 21 de febrero de 1865, siendo enterrado en el cementerio de Montmartre, en París.
Su legado está repartido por diferentes museos, como el Museo del Louvre, que es el que cuenta con un mayor número de obras suyas.
Disfrutad la belleza del legado de este pintor, un hombre que gozaba y plasmaba la Naturaleza.
Wikipedia.
https://ecured.cu
https://www.musee-orsay.fr
Movimientos de la Pintura.Larousse.
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