La trayectoria profesional de la pintora danesa de ascendencia alemana BERTHA WEGMANN estuvo marcada no sólo por lo que fue su trabajo sino por una necesidad imperiosa de viajar, conocer y hacer que esa vida la convirtiera en una persona cosmopolita, que se movía entre los más distintos círculos y que la convirtió en una muy solicitada retratista; ello no impidió que el tiempo la llevara al olvido por parte del público.
Bertha Wegmann nació en Soglio, Suiza, el 16 de diciembre de 1847 y falleció en Copenhague, el 22 de febrero de 1926.
Nacida en el seno de una familia acomodada, su padre era comerciante, aprendió de éste el amor por el arte, quien también gustaba de pintar en su tiempo libre. Esa influencia fue decisiva en las inclinaciones profesionales de la joven Bertha, si bien no fue hasta los 19 años cuando empezó a formarse en tal sentido, y para ello contó con maestros como Frederik Ferdinand Helsted, Heinrich Buntzen y Frederik Christian Lund.
Gracias a la ayuda de sus padres que siempre apostaron por el talento de su hija, se traslado a Múnich, residiendo en dicha ciudad hasta 1881. Por entonces sus referentes y maestros fueron el pintor histórico Wilhelm von Lindenschmit el Joven, así como el pintor de escenas de género Eduard Kurzbauer. Más la intención de Bertha Wegmann no quedó del todo satisfecha con el trabajo en el estudio, sino que prefirió pintar en plena naturaleza.
Fue del todo decisiva en su vida la amistad que entabló con la pintora sueca Jeanna Bauck con la que realizó numerosos viajes, sobre todo a Italia, para después instalarse ambas en París.
Por entonces la fama de Bertha Wegmann ya era conocida en Copenhague, donde volvería, pues muchas de sus pinturas fueron expuestas en el Palacio de Charlotteborg desde 1883; todo ello le valió que cuatro años después fuera la primera mujer en obtener un puesto en la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca y también fue miembro de la "Escuela Industrial de Dibujo y Arte para Mujeres".
Sus continuas exposiciones a lo largo de todo el mundo la convirtieron en la primera mujer en conseguir la medalla danesa Ingenio et Arti.
El valor artístico de los trabajos de Bertha Wegmann la convirtieron en una solicitadísima retratista; es más se decía de ella que era capaz de pintar cualquier cosa y "en muchos idiomas": retratos, paisajes, flores, escenas urbanas, todo resultaba sencillamente encantador en su pintura, desde su colorido hasta la minuciosidad que definía sus obras.
Wikipedia.
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