Buen día, estimados amigos, hoy vamos a centrar nuestro artículo en un escritor de cuentos infantiles, ALAN ALEXANDER MILNE, nacido en Londres en 18 de enero de 1882, y fallecido el 31 de enero de 1956, y que es el autor de las conocidas aventuras de WINNIE THE POOH.
Alan Alexander Milne escribió durante la que fue su vida no solo cuentos infantiles, sino que también obras de teatro de fantasia. Su obra abarca, fundamentalmente, los años 20 y 30 del pasado siglo XX. También cultivó la narrativa, escribiendo varias novelas, una de ellas de marcado caracter policíaco. Como ya os he indicado el teatro estaba dentro de sus ideales dentro del mundo literario e hizo su principal ensayo con una obra que estaba basada en el libro "El viento en los sauces", cuyo autor es Kenneth Grahame, mas con el tiempo se decantó por la poesía y los relatos.
Christopher Robin con su osito
El pequeño con su madre
En su afán por la creacción literaria centrada en los cuentos, tomó como referencia a su hijo Christopher, cuando en el año 1926 inició una serie de aventuras de las que era protagonista un oso, llamado Winnie the Pooh. Este osito no era otro que un peluche de su hijo, al que utilizando a modo de marioneta, le servía para hacerle llegar a aquél mas que deliciosos cuentos en los que el protagonista era el osito, y sus amigos, que formaban parte del universo de Winnie, y que conocemos como Kanga y Roo, Eeyore el burro, el travieso Tigger, Rabbit y Owl, amén del mas que amigo del osito, el lindo cerdito Piglet.
Estas mas que singulares y llenas de fantasía historias fueron llevadas al cine por Walt Disney.
El hijo de Alan Alexander Milne, Christopher Robin Milne, nacido el 21 de agosto de 1920 y fallecido el 20 de abril de 1996, fue el principal personaje de las aventuras del osito Winnie the Pooh.
El pequeño Christopher Robin Milne nació en un ambiente familiar acogedor y sus padres Alan Alenxander Milne y Dorothy Selincourt, vivían en la zona de Chelsea, en Londres.
Cuando Christopher cumplió su primer año recibió un mas que especial regalo, un oso de peluche Alfa Farnell, al que bautizó con el nombre de Edward. Fue este delicioso regalo junto a un oso auténtico, que obedecía al nombre de "Winnie", que el pequeño vio en el zoológico de Londres, el que llegado el momento le sirvió de inspiración a su padre para sus aventuras. El oso de peluche en cuestión medía 60 cm. de altura, su color era claro, siendo el compañero indiscutible durante gran parte de la infancia de Christopher Robin.
Es mas, los compañeros del famoso osito y que aparecen en sus aventuras, eran peluches auténticos que Christopher Robin tenía en su poder y que desde los años ochenta han estado expuestos en el Donnell Library Center, de Nueva York (EE.UU.).
Posteriormente fueron trasladadas a unas salas situadas en la Biblioteca de Ciencias Sociales e Historia (en la Quinta Avenida y la calle 42), y desde 2009, las podemos encontrar expuestas en la Sala de Niños.
La infancia del pequeño Christopher Robin Milne conoció una mas que buena posición económica, pues pertenecía a la clase media y alta de la época, en la que los niños eran criados por niñeras. En el caso de Christopher Robin su niñera se llamaba Olive Brockwell. Era del todo habitual que el contacto con sus padres tuviera lugar en escasos momentos del dia, en el desayuno, a la hora del té, y por la noche, antes de acostarse. Evidentemente, con el paso de los años fue participando mas del ambiante familiar, mas un hecho cierto es que sus padres hacían vidas separadas por lo que el niño en cuestión se veía obligado a turnarse entre papá y mamá.
Padre e hijo
Fue gracias a su padre como Christopher aprendió y mucho sobre matemáticas y cricket, de la misma manera que Alan Alexander supo inculcar en su hijo un espíritu pacifista. Christopher se consideraba a sí mismo un niño que no destacaba entre los demás, mas nada mas lejos de la realidad era mucho mas inteligente; por lo que respecta a su madre, de ella heredó una gran habilidad para desarrollar trabajos manuales, dándose el caso que tenía una pequeña caja de herramientas con las que con tan solo siete años era capaz de desmontar y volver a instalar la cerradura de su cuarto. Con diez años, aprendió a modificar un reloj de péndulo y llegó incluso a alterar el mecanismo de un arma de juguete.
También era frecuente que colaborara en las historias que escribía su padre, en los que él era el protagonista. Mas ese protagonismo en los libros en cuestión, fue el detonante de que los niños, compañeros suyos de colegio, se burlaran de él, especialmente en la Gibbs School, que era una escuela independiente de Londres. Ante esta situación sus padres se decidieron por cambiarle de escuela y entró en la Stowe School, en la que una de las primeras cosas que aprendió fue a boxear, para defenderse de las burlas de sus compañeros. Christopher Robin creció durante toda su infancia y juventud con un resentimiento hacia su padre, por hacerle el protagonista de sus libros y como consecuencia de ello, el objeto de las burlas de sus compañeros de clase.
En 1939, y gracias a una beca empezó a estudiar en el Trinity College de la Universidad de Cambridge.
Mas poco después estalló la II Guerra Mundial y Milne se decidió por abandonar sus estudios y alistarse, mas el examen médico no lo paso.Fue entonces, cuando gracias a las influencias de su padre como consiguió formar parte de los Royal Engineers (ingenieros del rey). En 1942 se convirtió en oficial y marcho a Oriente Medio e Italia.
Christopher Robin Milne
No obstante, el tiempo que permaneció fuera de su país solo le sirvió para que su resentimiento contra su padre fuera creciendo, en la medida en que era conocido, como persona famosa, algo que, en definitiva, nunca pudo superar. Finalizada la guerra, volvió a Cambridge y se graduó en inglés.
Otro hecho vino a empeñar aún mas las relaciones familiares y fue que el 24 de julio de 1948, Christopher Robin contrajo matrimonio con su prima hermana Lesley Sélincourt. Su madre era de todo contraria al matrimonio, no solo por lo que consanguineo existía entre los jóvenes, sino porque la señora tenía sus propios planes para su hijo.
Ello no impidió que la pareja siguiera adelante, y se instalaran en 1951, en Dartmouth, lugar en el que abrieron una librería, la Harbour Bookshop, que fue todo un éxito de público, en tanto en cuanto los clientes conocieron quien era el dueño de la misma, el protagonista de las aventuras de Winnie the Pooh.
Las relaciones con sus padres practicamente fueron nulas a partir del matrimonio de los jóvenes y, cuando Alan Alexander enfermó gravemente, su hijo Christopher lo visitó en alguna ocasión, mas ocurrido su fallecimiento no volvió a visitar a su madre, negándose ésta a verlo antes de fallecer.
El matrimonio Milne-Sélincourt tuvo en 1956 una hija, Clare, que padeció de parálisis cerebral. Esta joven, cuando fue adulta creó una fundación para ayudar a los discapacitados cerebrales, con el nombre de Clare Milne Trust.
Christopher Robin Milne y su esposa
Con el tiempo, Christopher Robin Milne escribió la que sería la primera de sus autobiografías, concretamente, en 1974, a la que tituló "Los lugares encantados", en la que hablaba de su infancia y de los difíciles momentos vividos como consecuencia de la publicidad que le dio los libros de su padre.
Fijaos hasta qué punto nunca pudo superar ello que regaló a su editor los peluches originales que inspiraron los personajes de las aventuras de "Winnie the Pooh". El editor, considerando que los mismos eran una especie de regalo para todos los niños del mundo, los donó a la Biblioteca Pública de Nueva York.
A pesar de su "aversión" al personaje al que su padre hizo popular, en mayo de 1979, Christopher Robin Milne se vio en el dificil trance de asistir a la reinauguración del puente de Posingford (el bosque de Ashdown), cuya construcción databa del año 1907. El puente fue rebautizado con el nombre por el que se conoció desde siempre en los libros de Winnie the Pooh: "Puente de los Poohsticks".
Puente de los Poohsticks
Christopher Robin Milne falleció mientras dormía el 20 de abril de 1996, con 75 años de edad, llevándose con él un resentimiento que nunca supo canalizar, porque es prácticamente seguro que en la mejor de las intenciones de su padre, quiso hacer que su hijo quedara inmortalizado en unos cuentos que están presentes, al día de hoy, en nuestras vidas, y que son parte de nuestra infancia y la de nuestros hijos.
Con su estrella en el Paseo de la Fama
Pero así es la vida, hay personas que no saben o no pueden canalizar determinados sentimientos que afloraron en su niñez, como consecuencia en este caso de la burla de sus compañeros de colegio. Quizás, otra persona, teniendo otra perspectiva de la vida, habría considerado un mas que especial REGALO ser el protagonista de tan deliciosos cuentos. Sencillamente, habría tenido que perdonar, y olvidar.- Mas todos no somos capaces de ello o no estamos por la labor.
Así es como escribimos todos y cada uno de nosotros nuestra propia historia y luego son los que la leen quienes sacan sus acertadas o no conclusiones, porque éstas evidentemente difieren, como difieren los distintos conceptos que de tantas actuaciones, hechos y circunstancias nos ofrece la realidad del día a dia.
BUEN DIA A TODOS
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