CARRUSEL
En mis sueños
un carrusel de
caballitos
apura un viaje
interminable.
Sus pasajeros
aperciben una triste melodía,
monótona y repetitiva
que les anuncia su
única y permanente ocupación.
El ticket de entrada
se paga con la vida
y la muerte asegura
su indefinida
trayectoria.
Hay rostros vestidos
con la expresión de la
serenidad
y en otros se reconoce
la rabia sin contención.
Siempre habrá quien
muera en paz
y quién terminado su
tiempo,
dejó asuntos sin
resolver.
La muerte no distingue
entre los laboriosos
y aquellos –perezosos
o incautos-,
cuyos deberes quedaron
para el ejercicio ajeno.
Y luego dicen, que la
muerte a todos iguala.
Rosa Freyre del Hoyo.
Fotograma: Los santos inocentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario