martes, 13 de noviembre de 2018

LABERINTOS.- EL VIAJE ABSTRACTO.

Litografía de Escher

El conocido escritor Robert Louis Stevenson nos dejó una más que célebre reflexión: "Yo no viajo para ir a un lugar particular, sino por ir".
En relación con estas palabras podríamos acercarnos a lo que viene a representar la esencia de lo que es un "laberinto", del latín labyrinthus y a su vez del griego labýrinzos, considerado como conjunto caminos y encrucijadas intencionadamente complejos, y cuya finalidad es la de llegar a confundir a todo aquel que se introduzca en ellos.

Laberintos ancestrales

Existen dos clases diferenciadas de laberintos, el llamado clásico o univiario, con un solo camino y en el que no existe la posibilidad de decidir u optar por ir en una u otra dirección y el caminante accede a la salida, por el mismo lugar por el que entró, lo que simbólicamente es una especie de encuentro consigo mismo. Más existe otro tipo de laberinto conocido como multiviario, en el que multitud de senderos interiores nos pueden llevar o no a la salida y es entonces cuando empieza la toma de decisiones para el que se introduce en el mismo, circunstancia que simbólicamente viene a representar el hecho de que penetrar en un laberinto multiviario conlleva el "riesgo" o el deseo de perderse.

Laberinto Catedral de Reims



Los laberintos más antiguos de los que se tiene constancia los encontramos en Egipto, en la Italia etrusca, utilizándose como sellos en las tumbas, así como en monedas aparecidas en Cnosos, a finales del siglo III.

No obstante, son los laberintos multiviarios los que más fueron utilizados con posterioridad, en el diseño de jardines y setos en la Inglaterra del siglo XII, lugares en los que era frecuente el encuentro amoroso y cuya excelencia se trasladó a países como Francia o Italia; recordemos los más que laberínticos jardines de André Le Nôtre en Versalles y el diseñado por Gerolamo Frigimelica para la Villa Pisani, cerca de Venecia.


Villa Pisani

En definitiva el laberinto siempre ha tenido un significado cultural y su simbología es del todo amplia, ya que abunda en las mas variadas culturas, relacionado con el mundo de lo espiritual. Es así que muchos de estos laberintos dibujados en el suelo de lugares religiosos servían, en gran medida, para atrapar a los malos espíritus. Asimismo, en las casas también era habitual encontrar laberintos dibujados en sus puertas de acceso con la misma finalidad: la de proteger a sus habitantes.

Iglesia de San Reparatus-Argelia


Todo ello nos lleva a considerar el concepto de laberinto como una especie de viaje iniciático que implica la superación de diferentes pruebas.

Laberinto de Salomón

Catedral de Bayeux

A día de hoy, el laberinto continua siendo un símbolo del todo presente en los diferentes ámbitos, incluidos los artísticos, en la pintura, escultura, cine, en la publicidad y sobre todo en lo que es el entretenimiento tan habitual en los juegos virtuales de ordenadores o consolas.





El más que insigne escritor argentino Jorge Luis Borges vivió siempre fascinado por el concepto del laberinto y le sirvió como tema para el desarrollo de numerosos de sus deliciosos relatos y cuentos. También Umberto Eco se sirvió de este símbolo en una de sus obras mas conocidas: El nombre de la rosa.




Pues después de esta un tanto extensa introducción conozcamos algunos de los laberintos más famosos y que nos pueden dar una idea de la complejidad que representan, tanta como lo que es la "decisión" en el ser humano.




LABERINTO DE ALTJESSNITZ


Es este laberinto multicursal original el más antiguo de Alemania. Su construcción fue ordenada por el baron Nicolaus Leopold von Ende, quien encargó a su jardinero francés un laberinto acorde a su posición.

La diosa Ceres venía a indicar la puerta de entrada de éste, presentando un diseño un tanto complicado. En el centro del mismo podemos encontrar un mirador construido en madera, que nos facilita el encontrar la salida.



EL LABERINTO DE BORGES.

Su creación la debemos a uno de los más grandes diseñadores de laberintos del mundo moderno Randoll Coate, diplomático durante la Segunda Guerra Mundial y que vivió en Buenos Aires, donde conoció a Jorge Luis Borges.
Y es precisamente una obra de Borges, "El Jardín de senderos que se bifurcan", en el que su personaje principal descifra un laberinto ideado por un antepasado.
El que diseñó Randoll Coate nos ofrece el trazado de un laberinto multicursal con forma de libro abierto.
En homenaje a Borges, ya ciego cuando Coate lo conoció, se colocaron mensajes en braille a lo largo de todo el recorrido del laberinto.
El primero de estos laberintos se ubicó en 2003, en la actual finca Los Álamos, en San Rafael, Argentina.
Existe una reproducción del mismo en la Isla de San Giorgio Maggiore, en Venecia, Italia.

Laberinto de Borges, en San Rafael

LABERINTO DE LA CATEDRAL DE CHARTRES.

Es el que nos ocupa el típico laberinto cristiano que ha servido de base para muchos otros que fueron ubicados en lugares de culto. En el centro nos encontramos con una rosa, rodeada de once círculos concéntricos y de un camino unicursal. El círculo casi entero queda dividido en cuatro y su centro, es cruciforme, viene a representar la ciudad de Jerusalén.
Precisamente este laberinto obedece al nombre de Chemin de Jérusalem (Camino de Jerusalén), si bien también fue conocido como Domi Daedali (Casa de Dédalo).



LABERINTO DE CONÍMBRIGA.

Un más que interesante laberinto este en el que aparece la imagen del Minotauro, que se reproduce en en la ciudad de Conímbriga, situada al norte de Portugal, abundando en suelos de vivos colores y viene a recordarnos la leyenda del Minotauro, en la antigua Grecia, destacando el diseño de un toro en el centro del laberinto.


EL LABERINTO DE DUBÁI.

Singular y único, el laberinto de Dubái es un laberinto vertical, conocido como la Torre de Laberinto de Al Rostamani.
Construido con cincuenta y siete pisos está interconectado por balcones y otro dato más, su aparcamiento es, también, otro rompecabezas.
Para su construcción se utilizó una sola clase granito, eso sí, sometido a diferentes tratamientos con la finalidad de lograr contrastes. Es un auténtico laberinto cuyo diseño debemos a Adrian Fisher. Llegada la noche, todo el edificio se ilumina y destaca la pantalla de vídeo circular de ocho metros de altura, el "ojo del laberinto" que proyecta magníficas imágenes a gran distancia.



Un artículo un poco extenso sobre este tan singular tema de los laberintos, si bien creo que me he quedado con las ganas de continuar admirando y alabando la capacidad del ser humano de crear no sólo imágenes, formas, sino de transmitir mediante las mismas los más variados mensajes.

Pues a descifrar laberintos....y a divertirse.

Para principiantes...


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Directorio Hispano de las Artes

Fuentes:
Wikipedia.
Laberintos. Blume.


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