Volver a tratar la fotografía en este espacio es para mí todo un placer, máxime cuando su protagonista es el fotógrafo francés, JEANLOUP SIEFF, nacido y fallecido en París, prematuramente, concretamente el 20 de septiembre de 2000, con sólo 67 años y a consecuencia de un cáncer.
Sirviéndome de las palabras de Jeanlouff: "el arte de la fotografía se basa más en la emoción que en el conocimiento", de ahí que el artista no trata de plasmar instantes o momentos que pasan delante de nuestros ojos sino que lo que pretende es expresar la materialización de las emociones que percibe ".... existen emociones puramente formales, forjadas de luces o volúmenes; otras emotivas o sensuales, suscitadas por algunas personas y otras, en fin, puramente intelectuales. La fotografía puede expresarlas y representarlas todas, para después crear con ellas otras emociones absolutamente nuevas".
Jeanloup Sieff nació en el seno de una familia de orígenes polacos y en la que la cultura era fundamental, tanto es así que Jeanloup, después de terminar los estudios de Bachillerato inició diferentes carreras, entre ellas, literatura y periodismo, hasta que finalmente se decidió por estudiar fotografía en la escuela Vaugirard de París, así como en la de Vevey, en Suiza. Si bien sus comienzos lo fueron como fotógrafo independiente, en 1955 fue contratado por la revista "Elle", inicialmente como reportero, y a continuación como fotógrafo de moda. Después de tres años abandonó esta revista y pasó a trabajar para la agencia "Magnum", lo que le permitió viajar y realizar diversos reportajes en países como Grecia, Turquía o Polonia.
Mas Jeanloup Sieff era, ante todo, un autodidacta, amén de que necesitaba espacio para crear y satisfacer su deseo de crecer en el conocimiento de nuevas técnicas, métodos, espacios, por lo que también abandonó Magnum y se trasladó a Nueva York, siendo más que notables sus publicaciones para "Glamour", "Harper´s Bazaar", así como "Vogue" o "Queen".
El reconocimiento a su trabajo le llega gracias al Premio Niépce, lo que le impulsa a trasladarse a París y dedicarse a la fotografía de moda.
Desde el punto de vista de Jeanloup Sieff su trabajo en la fotografía se identifica con el hecho de que una imagen está condenada a ser bella, y todo ello con independencia del objeto retratado, pues la belleza es "perfecta y fin en sí misma", alcanzado la condición de "subversiva", ya que tiene un inmenso poder, el de conmover. Belleza y emoción confluyen en un mismo tiempo, alcanzando una especie de "milagro" sutil.
En consecuencia para Jeanloup Sieff la belleza queda desvirtuada en el caso de exceso de cognición, a la vez que termina con las emociones.
Es así que el desnudo ocupa un espacio fundamental en la obra de este artista, para el que utiliza un gran angular, gracias a lo que consigue un universo del todo particular, en el que se mezcla el sueño con la sensualidad más deseada.
De la misma forma que con el desnudo Jeanloup Sieff muestra a través de sus paisajes esa belleza que surge del lugar, del espacio, del terreno, la arboleda, y todo ello matizado por el uso del blanco y negro.
Esa belleza tan atemporal es el denominador común de la producción de Jeanloup Sieff, lo que a su vez la convierte en una atracción absoluta para el espectador.
Y es que la belleza no necesita nada más que ser contemplada....
Fuentes:
Wikipedia.
https://www.mcnbiografias.com
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