viernes, 15 de abril de 2022

GUIDO RENI.- EL CARRO DE LA AURORA.



Una gran parte de las extraordinarias obras artísticas que hoy podemos contemplar y disfrutar existen como tales gracias a ricos mecenas, muchos de ellos pertenecientes a la curia religiosa que contrataron los servicios tanto de arquitectos, como pintores, escultores o grabadores que vinieron a decorar y adornar sus propiedades, tales como castillos, lugares de culto, etc.
Uno de esos mecenas fue el sobrino del Papa Pablo V, el cardenal sobrino Scipione Borghese, quien hizo construir una extraordinaria joya del barroco romano: el conocido como Casino dell´Aurora y que se encuentra situado en terrenos del Palacio Pallavicini-Rospigliosi.




Más quizá lo más delicioso de esta edificación que también destaca por su decoración en la fachada a base de escenas de la mitología clásica, sea un fresco situado en la sala central del Casino que obedece al nombre de EL CARRO DE LA AURORA, y cuya autoría debemos al pintor italiano GUIDO RENI perteneciente a la Escuela Boloñesa y más que conocido por su característico clasicismo romano-boloñés.



Esta pintura mural fue realizada entre los años 1612 a 1614, con un formato muy alargado en el que Reni y representa a Apolo en su carro precedido por la Aurora que trae la luz a este mundo. La obra puede considerarse de un clasicismo contenido, en la que Reni se acerca más a la tradición serena y grave de pintores como Lanfranco, Cavaliere d´Arpino y Albani; sí que es de reseñar que existe poca concesión a lo que la perspectiva y el estilo en el que destaca su colorido vibrante es del todo opuesto al tenebrismo del caravagismo. 
Sus dimensiones son de 2,8 metros de alto y 7 metros de ancho.



El cuadro está enmarcado en lo que viene a considerarse como in quadri riportari  - pinturas de cielo raso ilusionista compuestas como si fueran enmarcadas como pinturas de caballete, por lo general en el contexto de un diseño de techo más grande-.
Esta exultante obra pictórica nos aporta la visión de Apolo conduciendo el carro dorado del Sol, del que tiran cuatro caballos que se sostienen en el aire. Frente a este conjunto podemos observar la figura de la Aurora, cuya función es la de ahuyentar la oscuridad, en tanto un pequeño alado cercano, el Crespúsculo, sostiene una antorcha cuya llama es de color rojizo. 
Rodeando el carro de Apolo nos encontramos con un grupo de jóvenes bailando, son las Horas.





Realmente hermoso es el estuco dorado que enmarca el gran fresco, en el que destacan las figuras femeninas y diferentes motivos florales, y el mismo marco encierra lo que son dos lunetos simétricos -se denominan lunetos a pinturas con forma de media luna-, en el que vemos pintados sendos céfiros alados siendo su fondo de color azul.
Es del todo necesario reseñar quizá la peculiaridad más característica de la obra y es que el fresco se muestra sobre la bóveda sin tener en cuenta que debe verse desde abajo, y es por ello que hay un gran espejo en el centro de la sala, con la única finalidad de poder disfrutar de la obra detenidamente.





GUIDO RENI fue uno de los más destacados de la ya citada Escuela Boloñesa (Bolonia, siglos XVI y XVII), siendo la suya una biografía un del todo típica: el pequeño que destaca como artista con sólo 9 años y empieza a trabajar como aprendiz en un taller boloñés. Con 20 años entró en la llamada Accademia degli Incamminati (Academia de los recién embarcados) que sería el germen de la posterior Escuela de Bolonia, cuyo principal exponente fue Annibale Carracci.
Evidentemente la obra en conjunto de Guido Reni es clásica, destacando su gusto por la representación de temáticas relacionadas con la Biblia y la mitología, además de retratos de los diferentes mecenas que reclamaron sus servicios.
No obstante, según diferentes fuentes su personalidad era un tanto compleja, un hombre reservado, supersticioso, que llegaba incluso a realizar rituales para evitar males de ojo o brujerías, y sobre todo, misógino, se cree  que en su vida tocó a mujer alguna, viviendo con su madre hasta su muerte. También gustaba tenía un aspecto un tanto contrapuesto a lo dicho, era un jugador empedernido y llegó a acumular deudas para lo cual se veía obligado a pintar para pagarlas.




No obstante, GUIDO RENI fue un pintor admirado en la España del siglo XVIII y es en el Museo del Prado donde podemos admirar un total de 18 obras suyas -precisamente, una versión de Hipómenes y Atalanta -a la que se la considera mejor que la del Museo e Capodimonte), San Sebastián, Muchacha con una rosa y La Virgen de la silla; diferentes obras de su autoría también están representadas en otros grandes museos como El Louvre y la National Gallery de Londres.





Fuentes: https://wikipedia.org
https://historia-arte.com
https://www.museodelprado.es

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