PAULA MODERSHON-BECKER tuvo una vida artística corta, poco más de diez años, a consecuencia de su pronto fallecimiento, pero ello no impidió que dejara un legado inmenso, más de 700 lienzos y un millar de dibujos, y que haya llegado a ser considerada como una de las más valoradas precursoras del expresionismo alemán.
Nacida en Dresde el 8 de febrero de 1876, falleció en Worpswede, el 21 de noviembre de 1907, destacando desde muy pequeña por su interés por la pintura.
Su infancia transcurrió en Dresde hasta que a los 12 años marchó a Bremen por cuestiones exclusivamente familiares. Con 16 años viajó a Londres, residiendo en la casa de unos familiares, a fin de aprender inglés; y fue gracias a la ayuda de su tío que la joven Paula pudo ingresar en una escuela de bellas artes en Londres, donde comenzó su aprendizaje. Una vez de retorno en Alemania, corría el año 1893, Paula acepta estudiar para maestra, imponiendo una única condición que seguiría formándose en pintura, siendo su maestro Bernhard Wiegandt. Es partir de este momento cuando Paula empieza a realizar sus primeros retratos, siendo determinante su visita a una exposición de cuadros en la Kunsthalle de Bremen, donde "descubrió" la personalidad y la obra del que sería su marido, Otto Modersohn, la que llamó su atención por su colorido y por su temática paisajística.
Terminada su formación como maestra, en 1896, la joven continuó con sus estudios de pintura para lo cual se trasladó a la casa de unos familiares a Berlín, donde amplió su horizonte siguiendo cursos de dibujo y pintura en la Asociación de Artistas Berlineses, en la que las mujeres tenían plena libertad para integrarse, algo del todo imposible en otras academias de Bellas Artes. Es precisamente durante esta etapa cuando Paula realizó numerosos dibujos, de modelos profesionales, con una técnica en la que destacan las líneas marcadas y abundan los claroscuros. También aprovechó el tiempo libre para visitar museos, y se convirtió en 1897 en alumna de Jeanna Bauck, quien influyó mucho en su trayectoria posterior y la convenció para que conociera París y sus ambientes artísticos.
Corre el año 1897, y a razón del veinticinco aniversario de la boda de sus padres, la familia realizó una excursión a un pequeño pueblo y Paula descubrió su personal paraíso: Worpswede, por sus deliciosos paisajes, más también porque en el mismo estaba instalada una colonia de artistas independientes que pasó a ser conocida como "El círculo de Worpswede", y cuya principal intención era la de buscar la inspiración en la naturaleza y en sus gentes sencillas. Es en Worpswede donde Paula llegó a hacer profundas amistades: Clara Westhoff y Heinrich Vogeler.
La colonia de artistas afincada en Worpswede venía a reivindicar la independencia frente a los establecido por las academias artísticas clásicaS, y sus alumnos provenían, mayormente, de la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf; su principal aspiración era la de dar un espacio a la naturaleza y trabajar como lo hiciera la Escuela de Barbizon "au plein air".
El 25 de mayo de 1901 Paula contrae matrimonio con Otto Modershon, integrante de la antedicha colonia de artistas; no obstante, para Paula compaginar la vida de esposa y dar amplitud a su capacidad artística le resultaba algo complicado, máxime teniendo en cuenta que Otto aportaba al matrimonio una hija de una relación anterior; en puridad Otto nunca llegó a valorAR la excelencia de la obra artística de su esposa.
Es así que el 23 de febrero de 1906 Paula abandona a su marido en la colonia y se marcha a París, apostando por su carrera artística, tachada en ocasiones de escandalosa al tratar en abundancia el desnudo, y sobre todo, el suyo, en un autorretrato que realizó estando embarazada de la que sería su única hija -Autorretrato con limón-.
El hecho cierto es que Otto Modershon nunca llegó a aceptar la ruptura de la relación sentimental con Paula, es más la apoyaba económicamente, en tanto ella vivía en un taller de la avenida de Maine, en el distrito XIV de París.
Durante esta nueva etapa Paula vuelve a frecuentar los ambientes vanguardistas de París, las exposiciones; precisamente, en una de ellas, llamó poderosamente su atención una escultura expuesta en el Salón de los Independientes, cuyo autor era Bernhard Hoetger, al que visitó en su taller. Fue gracias a Hoetger que Paula Becker retomó su entusiasmo por la pintura, trabajando en retratos, desnudos y también en naturalezas muertas.
En 1906 Paula decidió divorciarse de su marido Otto, si bien cambió de parecer, después de que éste la visitara en París y ambos regresaron a Worpswede. Fue poco más tarde que la joven quedó embarazada, y el 2 de noviembre de 1907 vino al mundo su hija Mathilde, después de durísimo parto, que la obligó a permanecer en cama. Más su salud se resintió y murió como consecuencia de una embolia pulmonar con tan solo 31 años de vida.
La vida de Paula Modershon Becker fue muy corta, pero también muy intensa, dejando un legado impresionante que podemos admirar en su propio museo en la ciudad de Bremen.
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