sábado, 8 de noviembre de 2014

LILLIAN BASSMAN Y PAUL HIMMEL: Compartiendo instantes.



Buenos dias, estimados amigos, vamos a tratar hoy, una vez mas, la disciplina artística de la FOTOGRAFIA, la que quizá por ser una de las mas recientes en el tiempo, tiene un gran números de seguidores y admiradores de la obra de artistas que desde finales del siglo XIX al día de hoy, han ido plasmando instantes, unos deliciosos, que nos evocan maravillosos recuerdos, otros terribles, que nos hacen concienciarnos de la brutalidad a la que el ser humano puede llegar.



Mas siempre bajo la perspectiva de la cualidad artística de una fotografía, mi interés es el que hace que os traiga a LILLIAN BASSMAN y a PAUL HIMMEL, como protagonistas del post del día de hoy.-


La pareja en los años 40

Y todo ello es consecuencia de una exposición la que tiene lugar en Viena, y que se inaugura el próximo 10 de este mes, en la Casa del Arte (Kunst Haus), y que nos recuerda la vida y la obra de esta pareja de fotógrafos, que lo fueron nada mas y nada menos que durante setenta y siete años -si, no me equivoco-, y la mayor parte de ellos dedicados a la vocación que les unió: la fotografía.


Lilliam

Si bien Bassman se introdujo en la fotografía estética, explorando terrenos como el de la moda, y creando ambientes especiales a base de técnicas que hacían que las fotos, en blanco y negro, diesen la impresión de que estaban pintadas. Las modelos de las que se servía tenian todas ellas algo en común, nos ofrecían la particular imagen de que eran "cisnes con extremidades largas", lo que creó la base para dar a conocer un ideal de belleza que por aquellos años era del todo desconocido. Baste decir que contando ya con 70 años, John Galiano contó con ella para participar en sus proyectos.




El que fuera su esposo, Paul Himmel, también trabajó para las llamadas revistas de moda, pero su enfoque era distinto, su ideal estaba centrado en el movimiento, y por ello muchas de sus obras nos retratan la compañia de ballet de la ciudad de Nueva York, allá por los míticos años 50.

Esta pareja artística se conoció cuando ella contaba tan solo seis años y él, nueve, pues vivían los mismos ambientes sociales, ambos eran hijos de matrimonios ucranianos emigrados a los EE.UU. y la primera vez que se vieron fue en la playa de Coney Island, que, a su vez era el típico parque de atracciones al que solía acudir la clase obrera. Siendo apenas unos adolescentes empezaron a vivir juntos, para casarse en 1935, por lo que su vida en común llegó, efectivamente, hasta los setenta y siete años, cuando Himmel falleció (2009).
Mas su trayectoria vital transcurrió pareja a su mas que brillante quehacer profesional. 
Lillian Bassman nació en Brooklyn, el 15 de junio de 1917, estudió y trabajó como diseñadora textil e ilustradora de moda antes de que publicaciones como Haper´s Bazaar la hicieran protagonista de sus artículos, a la par que Richard Avedon, Robert Frank o Arnold Newman.
Sus imágenes de moda son del todo originales gracias a la manipulación que hacía de las mismas en el cuerto oscuro.






Por su parte, Paul Himmel nació en New Haven, en 1914, y desde que era un adolescente se interesó por la fotografía. Estudió psicología, consiguió un master y además estudió biología. Sus inicios en la fotografía lo fueron como autodidacta, mas después llegó a convertirse en fotógrafo profesional , gracias a un curso de diseño gráfico que hizo en la New School for Social Research, que tenía como lider a Brodovich. 


Paul



Fue un fotógrafo de talento innato, un trabajador compulsivo de la cámara fotográfica con la que conseguía imágenes que, a veces, parecían tener dos dimensiones. Considerado todo un pionero en su época, su obra sigue estando del todo vigente. Adoraba captar las calles y las señales de su ciudad natal, Nueva York, lo mismo que inolvidables vistas de Manhattan y de Brooklyn, todo ello rodeado de una elegancia mas que atemporal.






Fue precisamente gracias a su maestro Brodovitch quien le llevó a brillar por sus fotos, en las que prima la  captura del movimiento en imágenes inmóviles. Trabajó también para Harper´s Bazaar, siendo uno de sus mas aclamados iconos. Asimismo, también captó imágenes que publicó en Vogue, y posteriormente, se dedicó a una fotografía mas experimental, en la que incluía series de boxeadores, circo y ballet. 






La historia de amor que protagonizaron estos dos grandes fotógrafos nos lleva a considerar que para algunas personas, existe lo que se viene a conocer como "alma gemela". Ambos compartían, en el terreno profesional, el gusto por el contraste y el movimiento y gracias a ello, conseguían unas imágenes que envuelven atmósferas personales. 


Homenaje a ambos artistas

Esta especial retrospectiva que nos presenta la Casa del Arte, en Viena (Kunst Haus) sobre esta pareja que compartió amor y trabajo, bajo el título de "Lillian Bassman and Paul Himmel, Zwei Leben für die Fotografie (Lillian Bassman and Paul Himmel. Dos Vidas para la fotografía), permanecerá en Viena hasta el proximo 8 de febrero.




Evidentemente, la estrella de la pareja era Lillian, que gustaba de experimentar todo tipo de técnica por novedosa que fuera, empleando imágenes de una peculiar elegancia atemporal y haciendo especial uso del blanco y negro, dándole a las fotos una especie de apariencia vidriada por lo que obtenía la impresión de pinturas. 
Nos deleitamos en sus mujeres esbeltas con cuellos interminables, a las que podemos calificar dentro del estilo mas "chic".
Como ya he indicado Himmel dio un nuevo enfoque a su fotografía mediante la experiencia con las imágenes en movimiento, para lo cual nada mejor que expresar la belleza de un cuerpo en el ejercicio, siempre etéreo, del ballet, con todo lo que de dinamismo y fuerza puede captarse en una imagen.










No debemos ni podemos olvidar que, a veces, el talento del fotógrafo queda eclipsado por la fama del o de la modelo, y ese fue el caso de la pareja Bassman-Himmell, quienes terminaron abandonando el mundo profesional de la moda, en revistas de reconocido prestigio.
En 1969, Paul Himmel hizo su último trabajo fotográfico, y se decidió por trabajar como psicoterapeuta, en tanto Lillian hizo otro tanto, abandonando su brillante estatus.
Debieron pasar mas de veinte años para que un diseñador, John Galiano empezara a buscar en archivos de las colecciones de los años 40 y 50, y redescubriera la personalidad de ambos creadores, y haciendo que sus fotos, y con ello, parte de su vida, volviera a ser reconocida en la actualidad.




Para un profesional de la fotografía, como lo fue Lillian Bassman y su marido, Paul Himmel, la importancia de su obra no estaba en la persona que servía de modelo, sino en el mensaje que intentaban transmitir. Si el público se queda, única y exclusivamente, con la belleza de una imagen, pero no transciende mas allá, y consigue, como su autor, explorar mundos reales o imaginarios, la labor del fotógrafo pierde su finalidad. Porque, en definitiva, la FOTOGRAFIA es una forma de denuncia de la FELICIDAD, del AMOR, del SUEÑO, pero también del DOLOR, del SUFRIMIENTO, y del ENGAÑO. Una foto que solo sea una imagen bella es eso una imagen bella, pero no es medio de transmisión del mensaje de su creador, y tanto Lillian como Paul estaban convencidos de que su fotografía era, ante todo, MENSAJE. Y ante un mensaje, solo cabe reaccionar o no.



BUEN DIA A TODOS

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