miércoles, 26 de noviembre de 2014

JULIO ROMERO DE TORRES: EL SIMBOLISMO REALISTA.

La MIRADA de JULIO ROMERO DE TORRES

Buen días estimados amigos, es la segunda vez que confecciono un "post" sobre JULIO ROMERO DE TORRES y eso sí, la primera que ve la luz en mi blog, sinceramente, considero que es donde ocupa una mejor ubicación.
Sobre Julio Romero de Torres se han escrito y se han dicho muchos tópicos, el primero de ellos, el de que "era el pintor de la mujer andaluza", delimitándole a una faceta que, evidentemente, superaba con creces, y ampliaba a otros campos de la pintura. 


Es por ello que siempre  hemos escuchado sobre Julio que es el pintor del alma gitana, de la mujer mas sensual, la esencia de la mujer andaluza. No cabe la menor duda de que con ello no estamos faltando a la realidad, pero es ahí donde radica la tragedia que marca y limita su obra como artista, pues son pocos los que conocen a JULIO ROMERO DE TORRES en toda su amplitud artística.

La Chiquita Piconera

Lo primero que recordamos de él es su mas que famosa "Chiquita Piconera", mas estamos olvidando que fue también autor de mas de mil obras que se pueden enmarcar en el simbolismo mas significativo y que alcanzó altas cumbres. 
Es por ello que vamos a entrar de lleno en la vida y la obra de este artista JULIO ROMERO DE TORRES, mas partiendo de cero, y con ello voy a desarrollar este "post" destinándolo, no solo al amante de la pintura de Julio, sino a todo aquél que incluso, al día de hoy, no le conoce, destacando como ya he indicado su mas que excepcional valor simbolista. 

"En la Ribera"


Mas iniciemos la trayectoria de Julio Romero de Torres con su biografía, pues es del todo evidente que tus vivencias personales marcan tu trayectoria en muy diferentes aspectos, sociales, culturales, profesionales. Pues bien, Julio Romero de Torres nació en Córdoba, el 9 de noviembre de 1874, en una familia que conocía bien y mucho del arte, su padre fue el pintor romántico Rafael Romero Barrios, natural de Moguer, y que había llegado a ser conservador del Museo de Pinturas de Córdoba en 1862, instalándose en una vivienda aneja al mismo junto a la que fue su esposa, Rosario de Torres Delgado. 

Museo-Casa familiar


Fueron ocho los hijos del matrimonio que vivieron desde pequeños el ambiente que se respiraba en las salas de los museos y a la vez, en las aulas de la Escuela y Conservatorio de Música, que se encontraba ubicado en el mismo lugar. 
Es gracias a esta tradición familiar como Julio empieza tomando contacto con su vocación artística, y vive el día a día del ambiente cultural de Córdoba. A la vez, también fue aproximándose al ambiente madrileño, gracias a su presentación que de él hizo, Ramon del Valle-Inclán.

"Mira que bonita era"

En los años que conoce Julio Romero de Torres se respiran distintas corrientes artísticas: romanticismo, academicismo, realismo, impresionismo, simbolismo.
En sus inicios vemos una tendencia mas que acertada hacia el romanticismo y el realismo, con un tema muy tratado por entonces: el de la belleza muerta, que pinta en su cuadro "Mira qué bonita era". En este preciso momento se combinan en Julio Romero de Torres la mujer, el erotismo y el drama. Mas tarde, se tiñe de la luz que Sorolla nos mostró en toda su obra, y nos muestra su "Pereza Andaluza", mas a Julio lo que le inspira es su Córdoba natal y milenaria.

"Pereza Andaluza"

Así nos encontramos obras como "Flor de estufa", "El Barrio" o "Rosarillo", gracias a la cual consiguió la tercera medalla en la Exposición Nacional de 1904.
En este momento de su trayectoria es cuando asume un reto: pintar los murales del Circulo de la Amistad de Córdoba, seis en total, todos ellos de grandes dimensiones y en los que el simbolismo de su pintura no deja lugar a dudas. El éxito fue extraordinario. 

"Rosarillo"

Mas es necesario destacar el hecho de que las pinturas de Julio Romero de Torres son de una mas que acertada crítica social. Nunca fue un pintor convencional, como muchos creyeron y han creído a lo largo del tiempo, eso sí fue un gran trabajador, un hombre riguroso y sobre todo, un adelantado para su país y para su tiempo. Ello nos lo afirma claramente en su cuadro "Vividoras del Amor", que retrata a una habitación de prostitutas, y que fue rechazado, evientemente, por su contenido, por la Exposición Nacional de 1906. Mas lejos de que dicho hecho quedara en el olvido, la prensa se hace eco de él, y el cuadro, junto con otros también rechazados por la exposición, es mostrado al público en lugares privados.

"Vividoras del amor"

"Nieves"

Poco a poco, Julio Romero de Torres va acercándose a la capitalidad, centro de tertulias, y en donde puede contactar con la intelectualidad de la época. Es así que es partícipe en varias tertulias, una de ellas en la de Valle Inclán, en el Café Nuevo de Levante, y también en el Candelas; no podía faltar a la tertulia de Ramón Gómez de la Serna, en el Café Pombo; la de Fornos, su presencia es habitual en el conocido como palacio del cuplé, el teatro Romea, donde conoce a una joven, Pastora Imperio. También son habituales sus salidas a las tertulias con Ortega y Gasset y los Quintero, y en La Cacharrería, con Pio Baroja. Es un hombre de una personalidad arrolladora, un talante mas que liberal y una conversación afable y respetuosa. 

"Carmen con clavel rojo"

Su evolución le lleva a participar con "Los Pintores Independientes" en la Exposición del Círculo de Bellas Artes, y su afán por conocer, por saber le lleva a realizar una serie de viajes que serán mas que decisivos en su vida.
Es así que en Francia, sabe de Moreau, Chavannes, Odilon Redon, y toda el grupo artístico que reacciona contra el naturalismo. En Inglaterra, queda prendado de la Ofelia de Millais (¡quien no!), en las mujeres que muestran una sensualidad mas que mística, digamos que espiritual. Los Paises Bajos e Italia le hacen completar su formación.
Es ahora cuando nos encontramos ante el auténtico, el mas cierto JULIO ROMERO DE TORRES, al abordar un estilo que jamás abandonará, mas irá poco a poco perfeccionando. Es ahora cuando se identifica con una forma de vivir y sentir Andalucía, y prueba de ello lo tenemos en "Amor místico y amor profano", "Musa gitana", y "Nuestra Señora de Andalucía".

"Amor sagrado, amor profano"

"La musa gitana"

JULIO ROMERO DE TORRES roza la divinización de lo popular, y hace protagonista de ella a una mas que espléndida mujer que viene a significar el punto que alcanza su pasión -profana y sagrada-. 
Esa perfecta asimilación que consigue Julio Romero de Torres en su estilo personal, en el que podemos observar influencias simbolistas, prerrafaelistas y renacentistas, es lo que le hace único. La mujer la sitúa en un mundo alegórico, todo él lleno de constantes símbolos. 
Mas como ya he indicado anteriormente, Julio Romero de Torres había nacido en una época anterior a la que le hubiera correspondido, sus obras son tachadas de "escandalosas", todo ello, evidentemente, por la misma causa, las formas mas que voluptuosas de sus mujeres y sus desnudos. Dos cuadros suyos "El Retablo del Amor" y "La Consagración de la Copla" son atacados duramente por la sociedad mas hipócrita y, además, inculta, "cualidades" éstas que suelen ir unidas.

"El retablo del amor"

(Este cuadro es sumamente curioso, causó tal polémica que llegó su existencia a discusión en el Congreso; en él vemos una composición de seis paneles, aparecen las seis posibilidades de amor para la mujer andaluza: la Novia, la Anunciación, Leda, La Mistica, la Cortesana y la Casada")

A estas obras se suman otras como "Poema de Córdoba", una alegoría de la historia, la cultura y la mitología cordobesa- o "El Pecado". En este último, una mujer desnuda se mira en un espejo que es sostenido por tres enlutadas "celestinas", en tanto, otra mujer, sonriente, le ofrece una manzana. En su obra brota la alegoría del placer y el pecado, el deseo de lo prohibido, todo lo cual lo plasma en una pintura que cobra vida propia. 

"Mujer desnuda"


Es el momento en que está en la cumbre de su vida profesional; es por ello que por su estudio pasan toda clase de jóvenes que le sirven de modelos, chicas normales y corrientes, mujeres de barrio, y también toreros. Es esta la base del problema que empieza a surgir en Julio Romero de Torres, pues ya se repite. Ciertamente, su obra es toda una evocación mas que sensual de la vida, a la vez que se preocupa de profundizar en el aspecto psicológico del tema. 
Hay un aspecto de Julio Romero de Torres que es de destacar y es su faceta como cartelista, llegando a realizar numerosos encargos.


Feria de Córdoba


Mas su genio brilla y mucho en la pintura, esa pintura que nos muestra cuerpos desnudos o, en todo caso, vestidos con sencillas vestiduras que se deslizan sobre la piel, que marcan el aspecto mas sensual del cuerpo humano. 

"Muerte de Santa Inés"

"Cante Hondo"

Su producción es interminable, y podemos hacernos eco de "Alegrias", "Muerte de Santa Inés", "Arcangel San Rafael, "Cante Hondo", "Diana".....Precisamente la "Muerte de Santa Inés" es mas que una bellísima alegoría en forma de canto de amor, a la belleza, a la belleza muerta. 
JULIO ROMERO DE TORRES nos dejó el 10 de mayo de 1930, con la consideración, tanto por el pueblo como por la intelectualidad y la crítica, de que fue siempre un hombre fiel a sí mismo y a sus convicciones. 

El artista en su taller

Y mucha ha sido la popularidad que entre el pueblo llano ha tenido su figura, no en vano le han sido dedicados numerosos poemas y canciones. Y  el hecho cierto es que JULIO ROMERO DE TORRES es un pintor que ha conseguido lo que muy pocos, llegar a ser un mito, pero un mito "popular", lo que no implica que la calidad de su obra sea menor, sino todo lo contrario, que supo llegar a todo aquél que captó con sus propios ojos la brillantez de una obra dedicada en gran parte a la belleza y, también a la reivindicación histórica de su Andalucía natal.

Casa Natal



Homenaje a Julio Romero de Torres

BUEN DÍA A TODOS

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