domingo, 14 de diciembre de 2014

MUJER CON UN PERRO BLANCO- LUCIEN FREUD

Autorretrato

Buenos dias, estimados lectores, si ayer tomamos "clase de chino mandarín", hoy vamos a dedicar unos momentos, porque eso es lo que puede y debe abarcar un "post", en el sentido de hacer una reseña lo mas acertada, mas al mismo tiempo no lo suficientemente extensa de una tema, que permita al lector hacerse una idea del tema propuesto por quien lo escribe.
Pues basándome en esa idea fundamental, es en la que os presento, cada día, una exposición de un tema, de ámbito cultural y artístico, eso sí.
Hoy, como bien dice el título de la entrada nos centraremos en el estudio de un óleo sobre lienzo, que se encuentra expuesto en la Tate Britain, de Londres, y cuyo autor es LUCIEN FREUD, pintor británico, nacido en Alemania, en 1922. Fue nieto de Sigmung Freud, llegando a Inglaterra junto con sus padres, en el año 1931, adoptando posteriormente la nacionalidad británica en el año 1939.
Desde su infancia mostró su gran aficion por el dibujo, dedicándose decididamente al arte como consecuencia de que fue dado de baja por invalidez, en la Marina Mercante, en 1942.


Su primera exposición tuvo lugar en el año 1944. Fue con su pintura Interior cerca de Paddington, datada en 1951, en la que representó a su amigo fotógrafo Harry Diamond, por la que fue seleccionado para exponer en el pabellón de Gran Bretaña de la Bienal de Venecia de 1954, ganándose una mas que magnífica reputación por su condición de pintor figurativo contemporáneo.

Interior cerca de Paddington

Mujer sonriente

Su obra Mujer sonriente (1969) es uno de sus cuadros mas representativos de sus inicios dentro del mundo pictórico. 
Lucien Freud se especializó, fundamentalmente, en retratos y desnudos, todos ellos en primeros planos. En sus primeras obras se observa una gran meticulosidad por lo que su estilo fue catalogado como "realista". Entre los modelos que le sirvieron para llevar a cabo sus retratos, amigos íntimos e incluso miembros de su mas que amplia familia, destaca su hija Annie.

Annie Leyendo
En los retratos de Lucien Freud no se aprecia el estatus social de la modelo, pues lo que el artista prefiere es centrarse en la tensión psicológica y en la relación física entre el cuerpo y su ubicafción. Lucien Freud encontró la belleza, muchas veces, en los exhuberantes pliegues de la CARNE.




Lucien Freud compartía con su gran amigo Francis Bacon una visión mas que patética de la condición humana: personas a las que la ansiedad, el aislamiento y la soledad "llenaban" sus vidas. Si en algo destaca Lucien Freud es en su capacidad, especialmente hábil, de representar la carne. 



La obra MUJER CON UN PERRO BLANCO, fue el último de los retratos que realizó a su primera esposa, Kitty Garman, que era hija del escultor Jacob Epstein. El matrimonio se disolvió poco tiempo después de que la pintura fuera terminada, y en ésta destacan aspectos de la obra de FREUD que son muy significativos en su pintura.
En primer lugar, fijémonos en los ojos de la modelo, su esposa, especialmente grandes y separados, brillantes, si bien miran fijamente, la mirada es del todo introvertida, sencillamente parece mirarse a sí misma. Una mirada en la que la ansiedad se palma especialmente.
Otro de los elementos que llama nuestra atención es el pecho, deliciosamente caído y blanco -en esta época, Kitty estaba embarazada-.
Por lo que respecta al perro que reposa sobre las piernas de la modelo fue un regalo de bodas que le hicieron a la pareja. No obstante, la mirada del perro no nos sugiere una actitud relajada de este, así como tampoco la colocación de sus orejas, que nos dan la impresión de que el animal, en cuestión, permanece en guardia.
Lucien Freud siempre intentó hacer llegar al espectador el alma del/de la protagonista de sus lienzos, mediante una mas que minuciosa observación del cuerpo humano. En este retrato el mas que exacto dibujo del pie es cómplice de la mas que exacta definición del rostro de la modelo y de sus manos, ambas concebidas con todo detalle.



La mirada instrospectiva que Lucien Freud nos ofrece de la que por entonces era su esposa, Kitty Garman resulta un tanto inquietante, a lo que contribuyen los tonos grises y marrones; nos invitan a estudiar no solo la imagen en su conjunto de la modelo, sino qué hay mas allá escondido en su interior, y no me refiero a su cuerpo, hasta cierto punto, desnudo, sino al mundo que Kitty sentía en el momento de ser retratada. Si como se suele decir "los ojos son el espejo del alma", los ojos de Kitty son todo un mundo por explorar, y el resto de su cuerpo son las claves que Freud nos muestra para intentar resolver ese enigma: el del sentimiento humano.

Kitty Freud
(Observad la mirada que se repite)


BUEN DÍA A TODOS

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