domingo, 24 de febrero de 2019

LA COLINA DE FILOPAPOS.- NUESTRA HISTORIA.




Estimados lectores, una vez más, y no será la última, nos vamos de viaje, bueno es desconectar y conocer diferentes países, culturas, y en el ánimo siempre el deseo de disfrutar con lo que de maravilloso y singular nos ofrece el paso de la Historia en cuanto a monumentos que son reflejo de la cultura de todo un pueblo.


Siendo así que, con nuestras maletas virtuales nos dirigimos hacia Atenas, la capital griega, para desde allí ascender y admirar la vista panorámica de toda la ciudad en una colina, la conocida como COLINA DE FILOPAPOS.


Esta colina está situada en el centro de Atenas, próxima a lo que es la popular Acrópolis, y forma parte del conjunto en el que se integran también el Areópago, el Ágora antigua, la llamada colina de las Ninfas o Ninfeon, la colina de Museo y la de Pnyx.
El Filipapos, en cuya cumbre se alza el monumento homónimo, es uno de los lugares mas visibles de la ciudad de Atenas y centro de atracción turística.


Con una altura de 147,5 metros es una de las más altas de Atenas y el punto más elevado al sur de la ciudad, estando destinado, en sus orígenes a formar parte de las fortificaciones de la ciudad antigua. Durante lo que fue el periodo helenístico fue sede de las guarniciones macedonias, siendo la primera tras la conquista de Atenas por Demetrio Poliorcetes, en en el año 294 a.C. Los atenientes tomaron esta colina durante una revuelta ciudadana contra este rey, en el año 287 a.C.

Monumento a Filopapos



Dado su enclave estratégico su finalidad lo fue de carácter militar, bien ofensivo o defensivo -la actuación del duque Francesco Moronisi lo fue como lanzadera para su ataque bombardeando la Acrópolis durante el asedio veneciano a la Atenas otomana-.


No obstante, antes de erigirse el monumento a Filipapos, esta colina era conocida con el nombre de Mouseíon o de las Musas, pues se pensaba que entre las arboledas que la rodeaban estaba la tumba de Museo, un legendario aedo -cantor- relacionado con Orfeo.


Recibe su nombre del monumento conmemorativo que los atenienses levantaron en honor del cónsul romano Cayo Julio Filopapos, entre los años 114 a 116 d.C, construido en mármol blanco del Pentélico y que, a su vez, contiene varios conjuntos escultóricos en buen estado de conservación.
Después de su exilio, Cayo Julio Antichus Philopappos de Comagene (región situada en lo que fue la antigua Armenia) se estableció en Atenas, y se convirtió en ciudadanos ateniense, ocupando cargos relevantes tanto religiosos como civiles. Fue un gran benefactor y un hombre muy apreciado.

Lo que que, a día de hoy, permanece es la fachada de forma cóncava, con una altura de doce metros y en la que podemos admirar las estatuas que adornan sus huecos. Todo ello a una altura que permite ser espectador de la antigua Acrópolís e incluso de las islas del Golfo Sarónico, como fondo.


Una vez hemos alcanzada la cima de la colina de Filopapos nos encontramos con diferentes restos arqueológicos y algunos lugares que son del interés de todo viajero, como la iglesia bizantina de San Demetrio Lumbardiaris, del siglo XVI; la llamada "Prisión de Sócrates", que son dos cuevas excavadas en la roca, y aunque la leyenda, porque toda historia tiene su leyenda, nos habla de que fue donde Sócrates fue retenido, lo cierto es que son meros restos de una vivienda del siglo IV a.C.


El ascenso a la Colina de Filopapos no es difícil, pues los senderos están bien señalados y el camino que nos lleva a la misma resulta entretenido.



Es de reseñar el maravilloso espectáculo que supone el ver una puesta de sol, pues los rayos de luz parecen envolver a la capital griega en un entorno mágico.


Queda, por tanto, una nueva aventura por realizar, o repetir, si es el caso, viajando, el mejor medio de conocer y disfrutar de todo lo que la Naturaleza y la bondad del ser humano nos han legado.

Blog incorporado en el
Directorio Hispano de las Artes



Fuentes: Wikipedia.
www.sobregrecia.com
www.grecotour.com

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