lunes, 4 de febrero de 2019

EL RETABLO DE ISENHEIM- MATTHIAS GRÜNEWALD


Siempre han existido lugares que nos han atraído y nos atraen por el simple hecho de admirar una obra de arte, y si somos amantes del Arte con mayúsculas nada mejor que visitar la ciudad de Colmar, en Alsacia (Francia), en cuyo museo, el Musée d´Unterlinden, en el que nos sorprenderá un excepcional retablo, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald y gracias a la exhibición de esta pieza ha dado al museo el reconocimiento mundial.


Esta deliciosa obra fue pintada entre 1512 y 1516 para el monasterio de los antoninos en Isenheim, ubicado en los Vosgos, alejado de lo que son las rutas habituales. Es allí donde permaneció durante cerca de 300 años, hasta que al nacionalizarse las propiedades de la iglesia durante la Revolución Francesa, se llevó a cabo la elaboración de un registro de todos los objetos de valor, en 1794, y para ello se hizo el encargo a un jurista y un pintor, que hicieron lo posible porque las piezas permanecieran en Colmar.




No obstante, ello no evitó que se perdieran la mesa del altar tras la que se ubicaba el retablo, de la misma forma que el marco de madera tallada con diferentes figuras y torrecillas que erigidas hacia arriba doblaba en altura al altar en cuestión.
Lo que hoy podemos contemplar es lo que se conoce como el "retablo móvil", cuyas partes son de una gran dificultad en su realización por lo pesadas que resultan cada una de sus diferentes partes, sino por el engranaje que requiere de un especial conocimiento en su montaje.


El retablo en su conjunto lo componen nueve paneles, siendo el más conocido el de su tabla central, con una Crucifixión, cuyas medidas son 269 cm. de alto y 307 cm. de ancho, pintado al temple y óleo sobre panel de madera de tilo.
Lo que es el políptico abierto mide nada menos que 7,70 metros de altura por 5,90 metros.


La belleza y grandeza del mismo se ve realzada por el hecho de que está expuesto en la capilla, acaparando toda la atención.
En la elaboración de esta bellísima obra de arte colaboraron dos grandes maestros, el ya citado pintor alemán Matthias Grünewald en lo que son los paneles y Nicolás de Haguenau para la parte esculpida, realizada en 1500.
Fue consagrado a San Antonio, orden fundada hacia 1070 en Saint-Antoine-en-Viennois, que se dedicaba a cuidar a enfermos que padecían el llamado Fuego de San Antón, o también conocido como ergotismo, enfermedad causada por el consumo de alimentos contaminados con micotoxinas y que producían la paulatina gangrena de los miembros y necrosis, con la consiguiente amputación.
Este monasterio se convirtió en lugar de peregrinación para las curas que los monjes  realizaban contra dicha enfermedad.

Museo de Unterlinden

Este majestuoso retablo viene a representar un gigantesco libro, y en el que para mostrar todas las tablas a la vez necesita sea desmontado.
El retablo políptico consta de dos conjuntos de alas, mostrando lo que se conoce como tres configuraciones diferentes y todo ello articulado en torno a un altar tallado compuesto de esculturas.



Si por algo destaca esta excepcional obra, en su conjunto, lo por el dramatismo de todas y cada una de las escenas que nos ofrece, incluyendo cierto toque fantástico que nos acerca a la obra de El Bosco; en ella se perciben elementos que pueden calificarse como de violento misticismo; una obra en la que la sobriedad y su fondo negro contrasta con la sobrecargada puesta en escena, a lo que se unen diferentes tonalidades que van desde colores pálidos a otros que se hacen densos para el espectador.

En el Retablo, con sus puertas cerradas, y en lo que es su tabla central, podemos contemplar la crucifixión de Jesucristo, que nos llama la atención por el estado de su cuerpo y la posición del mismo. No aparece en escena el soldado que suele ser habitual en este tipo de pintura y sí dos mujeres y dos hombres, una de ellas es María, la madre que parece desvanecerse, en tanto la otra, María Magdalena, de rodillas, levanta sus brazos. Es el apóstol Juan quien sostiene a María, y Juan El Bautista en el lado opuesto, en tanto señala con el dedo a Jesucristo, sostiene en su otra mano el Evangelio de Juan, quedando impresa una frase: "Él debe ser cada vez más importante; yo, en cambio, menos".



El crucificado no está justamente situado en el eje central de la tabla, pues quedaría atravesado por la rendija central, sino desplazado un poco hacia lo que es la izquierda de la tabla.
El fondo de la escena es del todo oscura lo que añade una especial forma de dolor, aún más intenso.
En la tabla de la izquierda (según vemos la obra) aparece San Sebastián, atravesado por flechas, si bien en su rostro no parece apreciarse dolor alguno, en la de la derecha, San Antonio, cuya imagen nos trasmite serenidad y humanidad.


En lo que es la posición intermedia o primera apertura del políptico contemplamos la representación de escenas de la vida de la Virgen María, entre ellas, la Anunciación, el Concierto de los Ángeles y una Virgen y un Niño en el centro, en tanto en el panel de la derecha se ubica una Resurrección.


En cuanto a sus dimensiones, alcanza 3,36 metros de alto por 5,89 metros de ancho, y destaca el especial colorido, que podríamos calificar como fosforescente, transmitiéndonos una sensación de calidez y dulzura, fundamentalmente, la escena de la Anunciación.


En el Retablo abierto, la segunda apertura del políptico pone de manifiesto el altar original con las estatuas de Nicolás de Haguenau, a cuyos lados se sitúan dos paneles -maravillosos, por cierto- de Grünewald: a la izquierda La visita de San Antonio a San Pablo y a la derecha una escena de Las Tentaciones de San Antonio, en la que vemos gran cantidad de figuras diabólicas, que nos vuelven a recordar a El Boco.
Al abrirse los paneles, las esculturas de Cristo y de los apóstoles forman lo que es el zócalo del panel central esculpido.



Sobre Matthias Grünewald, del que, al parecer, su nombre auténtico fue Mathis Neithart, se sabe bien poco, ni siquiera su aspecto físico, pues no se dibujó a sí mismo, circunstancia que era común en la pintura de la Edad Media. Se sabe que murió en Halle, en 1528, y que entre los años 1525 y 1526 perdió su trabajo como pintor de cámara a raíz de su simpatía por lo que fue la Reforma.



No obstante, el extraordinario valor de este retablo ha hecho de Matthias Grünewald una de las figuras más representativas del Arte de lo que significó el final de la Edad Media y la entrada de una nueva forma de visión del mundo y de las artes: El Renacimiento.

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Directorio Hispano de las Artes

Fuentes: Wikipedia.
Los secretos de las obras de Arte. Taschen



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