Isla de Capri
Bienvenidos, una vez más, a uno de tantos viajes que realizamos por las redes sociales y que nos lleva a diferentes lugares maravillosos, algunos que personalmente conocemos, otros que no.
En mi caso, la llamada "Grotta Azurra", de Capri, la conocí y entré en ella hace muchos años, en un viaje que realicé a Italia, mi primer viaje, a este maravilloso país que es una delicia en todos los sentidos.
Así que sin más, dispuestos para iniciar una nueva travesía, nos dirigimos hacia la costa de la Isla de Capri, en Italia.
No podemos obviar, de antemano, lo que es la belleza de la isla de Capri, que ya era conocida desde la época de los romanos, pues las familias pudientes solían veranear en ella y el emperador Tiberio la convirtió en la capital del reino.
Y como toda historia tiene su parte de leyenda, se dice que el propio fantasma de Tiberio habitaba en ella, por los que los pescadores que solían trabajar por la zona evitaban entrar en la misma. Más un día de 1826 un pescador se la enseñó a un pintor alemán, llamado August Kopisch, convirtiéndose esta maravillosa y singular gruta en una de las atracciones más importantes de la isla.
La Naturaleza ha conseguido lo que, en ocasiones, el ser humano no puede, y es la perfecta conjunción de la belleza de la roca con el tono azul brillante del agua, haciendo de esta gruta un escenario que parece de ensueño.
Con unas dimensiones de 50 metros de largo por 30 metros de ancho, para acceder a la misma sólo se puede hacer a través de una abertura cuadrada de dos metros en lo que es una pared de piedra, si bien parte de esta abertura está sumergida en el mar.
Es por ello que, dependiendo de la corriente y de la altura del oleaje, lo que es la entrada a la gruta es factible o no, y que los viajeros que acceden a la misma en pequeñas barcas se ven obligados a bajar la cabeza e incluso tumbarse.
El interior cavernoso de la Grotta Azzurra, conocido también como duomo (catedral) tiene una altura de unos siete metros, en tanto la profundidad del agua alcanza los trece metros.
Es precisamente el color azul prodigioso que observamos una vez dentro, lo que nos llama la atención, ya que, a través de una abertura en el techo, cerca de la entrada, es por donde entra la luz del sol y produce el efecto de refracción en el mar, creando lo que siendo un hecho científico, se convierte en pura magia, pues a los efectos luz hay que unir el eco y lo que es la sonoridad de la gruta natural, así como el brillo plateado en el suelo de arena.
Hay también diferentes pasajes que, si bien en su día se piensa permitían el acceso a las catacumbas, a día de hoy, permanecen cerrados.
La mitología también ha tomado partido por este magnífico enclave, pues para los antiguos romanos este lugar era un santuario de las ninfas del agua, llamado nymphaeum.
Bueno, queridos amigos, pues después de esta pequeña reseña sobre un lugar tan maravilloso no os queda otra opción que programar una visita, porque bien es cierto que hay lugares en nuestro mundo real, por mucho que el virtual nos ocupe el tiempo, que merecen una visita en persona, siempre saldrán ganando los sentidos, y por supuesto, la emoción y el placer de sabernos poseedores de un entorno que debemos en extremo cuidar y proteger.
Vista panorámica de Capri
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
Maravillas de la Naturaleza. NGV
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