domingo, 14 de marzo de 2021

LA PRIMERA "ESTRELLA" DE LA MÚSICA: FRANZ LISZT.



Todos hemos conocido de qué manera la música ha generado pasión entre quienes empezaron a ser conocidos como "fans" de tal o cual cantante o grupo musical, si bien fue a raíz de la aparición y difusión de The Beatles cuando se acuñó un término "beatlemanía".


Eso sí, lo que muchos probablemente no conoceréis es que ya en el siglo XIX, Heinrich Heine empleó, por vez primera, el término "lisztomanía" para describir el frenesí y la pasión que provocaba entre sus seguidores el músico FRANZ LIST en cada una de sus actuaciones, partiendo de la que tuviera lugar en Berlín, en el año 1841. Pues bien, Heine en un folletín que vio la luz el 25 de abril de 1844, definió la "lisztomanía" a razón del furor que este compositor causaba durante sus presentación, sobre todo, en la ciudad de París.


FRANZ LISZT nació el 22 de octubre de 1811 en el pequeño pueblo de Doborján, hoy perteneciente a Austria bajo el nombre de Raiding.

Con solo seis años empezó a manifestar su interés por la música, por lo que su padre, Adam Liszt, músico aficionado le inició en el estudio del piano. Con ocho años empezó a componer y un año más tarde dio su primera actuación pública en Presburgo (hoy, Bratislava) para nobles húngaros, a quienes tanto llegó a impresionar que se decidieron por pagarle estudios durante los siguientes seis años. Fue así como junto con su padre se estableció en 1822 en Viena.

En 1823 se decidió por viajar a París, más la muerte de su padre le sumió en una grave crisis que le llevó incluso a plantearse abandonar los conciertos y dedicarse a dar clases de piano. Fue precisamente así como se enamoró de una de sus alumnas por lo que fue despedido por el padre de ésta, el conde Saint-Cricq, Ministro de Comercio de Carlos X, siendo despedido de su trabajo. Debido a ello consideró la opción de hacerse sacerdote, más fue disuadido tanto por su madre como por su confesor.


Ciertamente, Franz Liszt no estaba hecho para una vida dedicada a la práctica religiosa, pues tenía una faceta realmente exhibicionista y mundana, a lo que se unía el hecho de que era un hombre muy atractivo para las mujeres.

Una de sus conquistas y madre de tres hijos fue la condesa Marie d´Agoult, quien lo describió con estas palabras: "De altura excesiva y figura delgada, poseía una cara pálida con ojos verde mar que brillaban con movimientos rápidos cual llamarada en hoguera...."; fue ésta una de tantas relaciones tormentosas que mantuvo con diferentes mujeres, como la bailarina Lola Montes o Marie Duplessis, la modelo de La dama de las Camelias.

                                    Marie d´Agoult

                                    Lola Montes

La princesa Carolyne Sayn-Wittgenstein, a la que conoció en Kiev en un concierto, en 1847, sería su segunda y definitiva compañera, si bien ella estaba casada por entonces, y convenció a Liszt de que dejara los conciertos y se dedicara a la composición. En el ánimo de Carolyne estuvo siempre el llegar a casarse con Liszt para lo cual en 1861 ambos marcharon a Roma y pidieron una dispensa al Papa quien no accedió a la misma.


Los siguientes años de Franz Liszt los dedicó, curiosamente, a estudiar teología e incluso su indumentaria, en su juventud deliciosamente llamativa, revistió la forma de hábito de abate. Con el paso del tiempo su interés por la composición no se detuvo y siempre mantuvo una curiosidad sin límites por aprender. 

Franz Liszt falleció en la más absoluta soledad el 31 de julio de 1886, a raíz de una neumonía.

Después de esta exposición del todo necesaria a fin de conocer su biografía, pasemos a estudiar el fenómeno de la "lisztomanía".

En pleno siglo XXI todos somos conscientes de lo que supone el furor que causa la actuación de un cantante o un grupo de música, pero no nos imaginamos lo que pudo haber supuesto dos siglos atrás. Y es que en el caso de Franz Liszt la atracción que causaba sobre las masas enfervorecidas, sobre todo de mujeres, era algo del todo extraordinario, es más se llegó a considerar la "lisztomanía" como una enfermedad, una patología más, a tenor de sus síntomas.


Las "fans" de Franz Liszt durante sus conciertos llegaban incluso a enfrentarse entre ellas a fin de conseguir el pañuelo que portaba o incluso uno de sus guantes; es mas se abalanzaban hacia el músico con la finalidad de arrancarle parte de sus ropas.

Curiosamente, la actitud de Franz Liszt ante tanto despropósito y peticiones por parte de sus admiradoras de poseer un mechón de sus cabellos, fue la de hacerse con un perro y enviarles pelos del animalito en cuestión con tal de aplacar tal entusiasmo.



No obstante, el éxito de Liszt entre las mujeres se debía en gran medida a su forma de interpretar, siempre en solitario, lo que le hacía sujeto exclusivo de las miradas de los espectadores, no teniendo que compartir protagonismo con ningún otro músico. Además, fue el primer concertista en situar el piano lateral al público y con la tapa abierta; de esta forma se conseguía que el sonido se escuchara mejor en  el salón y el público pudiera verle de perfil -su apostura quedaba al descubierto-.


Nada más cierto el hecho de la magia que ciertas personas provocan en las multitudes...ese magnetismo que las hace y las hará especiales siempre..... "cool".


Fuentes:
Wikipedia.
https://mihistoriauniversal.com
https://hipertextual.com

 



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