AUGUSTE RODIN consiguió con su escultura acabar definitivamente con lo que se consideraba la visión frontal de las estatuas; un artista genial que ha pasado a la historia no ya solo por su trabajo, sino por su especial carácter y temperamento.
Y fue ese carácter el que imprimió en sus obras, y sus excentricidades las que, lejos de marginarle, le encumbraron. A tal punto llegó la demanda de sus obras que tuvo que rodearse de numerosos ayudantes, entre ellos, la joven Camille Claudel, pero esa es otra historia, de amor y pasión desenfrenada.
Auguste Rodin tenía un gran miopía de ahí, según algunos estudios, el hecho de que muchas de sus figuras ofrezcan un aspecto inacabado; más con independencia de ello, tal vez esa circunstancia fue la que propició que fuera el propio espectador el que aportara su imaginación; sus poses se alejan del clasicismo y su esculturas rebosan realismo. Admirador de la obra de Miguel Ángel, evitó la talla del mármol -a raíz de su miopía-, más el tacto de sus manos que moldeaba sus figuras sirviéndose de yeso, arcilla, cera o terracota, fue su mayor don; estás esculturas eran posteriormente convertidas en moldes para revelarse en forma de bronce o mármol.
LAS TRES SOMBRAS es una escultura de Auguste Rodin que forma parte de la conocida Puerta del infierno, datada en 1885.
En la Divina Comedia, de Dante, las sombras, o almas de tres condenados a pena eterna aparecen en la entrada de los Infiernos y señalan la siguiente inscripción: "Vosotros que entráis, abandonad toda esperanza".
Rodin llevó a cabo varios estudios de Sombras, terminando por ensamblar tres figuras idénticas, dando la sensación óptica de que giran alrededor de un mismo punto. Las situó en la cúspide de La Puerta, desde la que dominan al espectador; posteriormente, creó un grupo monumental autónomo. En este trabajo se observa la influencia de Miguel Ángel; es así como la exageración en lo que es la inclinación de cabezas, cuellos y hombros vienen a trazar una única línea. Este fue el gran poder de Rodin: la expresividad absoluta de sus personajes.
El hecho cierto es que Rodin produjo una inicial escultura conocida con el nombre de La Sombra, datada en 1880, representando a un hombre desnudo, con exagerada musculatura y cuyo rostro y brazo izquierdo se dirigen hacia abajo, representando al vencido.
Fue precisamente entre los años 1881 y 1886, cuando Rodin se decidió por repetir la pieza hasta tres veces, acomodándolas de tal manera que tuvieran perfiles diferentes, y que sus brazos remarquen en eje central. Curiosamente, las figuras no tienen la mano derecha, como representación de las almas condenadas al infierno.
A tenor del estudio llevado a cabo por Judith Cladel, La sombra deriva del primer estudio que realizó Rodin para Adán o La creación del Hombre, si bien son evidentes las diferencias entre ambas esculturas.
Sin lugar a dudas, las esculturas del genio Rodin dieron una nueva versión al concepto de la escultura que se concebía hasta entonces, del todo academicista.
La fuerza creadora excepcional de Rodin unida a su genialidad le elevó a la gloria, interesándose por el movimiento, la expresión del cuerpo, el accidente y el fragmento, dando vida a obras que le han valido el reconocimiento universal.
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