Los pintores y otros artistas que cultivaron el orientalismo como forma de representación en sus trabajos quedaron seducidos por el mundo oriental, ya que fueron muchos los que viajaron y estudiaron las diferentes culturas de Oriente Medio; el orientalismo puede interpretarse como una oscilación entre la emoción pictórica romántica y la concisión propia del reportaje documental. Fue un estilo que alcanzó una gran popularidad por Europa en el siglo XIX, triunfando en las Exposiciones universales de París, en 1855 y 1867.
Así como la temática se adapta a la representación de harenes y paisajes, como el desierto, destaca la precisión del dibujo y la luz, cálida y transparente; sus colores son tornasolados, lo que producen escenas de una gran majestuosidad.
GEORGES JULES VICTOR CLAIRIN, en adelante, Georges Clairin, nació en París, el 11 de septiembre de 1843 y falleció en Belle-Île-en-Mer, el 2 de septiembre de 1919.
Fue en 1861 cuando inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París, después de trabajar en los talleres de Isidore Pils y François-Édouard Picot. Sus exposiciones pudieron empezar a verse a partir de 1866.
Su formación se complementó con los conocimientos que adquirió en sus viajes a España, junto a Henri Regnault, a Italia, en compañía de François Flameng y Jean-Léon Gerôme; en Marruecos trabó amistad con Mariano Fortuny y en su viaje por Egipto le acompañó el compositor Camille Saint-Saëns.
No cabe la menor duda de que la experiencia vital y artística de Georges Clairin fue de lo más amplia y variada.
No obstante, sus trabajos más conocidos son los retratos que hizo de la actriz Sarah Bernhardt, dando testimonio de sus distintas interpretaciones en diferentes obras de teatro, y dando lugar a una relación de estrecha amistad.
Sus obras las podemos también admirar en los techos de la Ópera Garnier, los teatros de Cherburgo y Épergay, la cúpula de la Bolsa de Comercio de Paris, así como son cerca de veinte las que decoraban el palacio Cosueño en Santiago de Chile (en la actualidad se conservan ocho óleos, de las que cuatro representan las estaciones del año; es de destacar que la pintura con motivos alegóricos del techo del salón principal del palacio Errázuriz, en Brasil. También realizó grandes frescos para La Sorbona, la Bolsa de Comercio y el Hôtel de Ville.
Su temática abarca desde el retrato de festivales venecianos, ballets de ópera, pasando por escenas de género y escenas orientalistas, siendo a éstas últimas a las que debe su mayor fama.
Georges Clairin expuso regularmente en el Salón de Pintores Orientalistas Franceses, 1909, en el Salón de Artistas Argelinos y Orientalistas de Argel, en la Sociedad Colonial de Artistas Franceses, 1910, y en Salón de Artistas Franceses, 1914, siendo premiado en variadas ocasiones, obtuvo una medalla de plata en la Exposición Universal de París de 1889.
En 1897 fue nombrado Caballero de la Legión de Honor y en 1901 la Galeria Georges Petit le dedicó una magnífica exposición en París.
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