Viajar a Roma exige una vista obligada a la deliciosa Villa Giulia, encargo realizado por el papa Julio III, cuyo diseño inicial del edificio lo fue a Giacomo Barozzi de Vignola, entre 1551-1553; no obstante, lo que son los jardines, así como diferentes elementos decorativos lo fueron por Bartolomeo Ammanati, y con la especial supervisión de Giorgio Vasari.
Fue concebida como lugar de descanso por parte de Julio III, más cuando le sucedió Pablo IV le confiscó todas las propiedades y la villa fue dividida. Lo que es el edificio principal y parte de los bellísimos jardines se convirtieron en propiedad de la Cámara apostólica, en tanto el edificio fue destinado para uso de los sobrinos del nuevo papa.
En 1769 fue restaurado a iniciativa del papa Clemente XIV, y en 1870 fue confiscado por el estado de Italia, pasando a convertirse en el Museo Nacional Etrusco, en pleno siglo XX.
Lo que es la creación de este museo se la debemos a la iniciativa de Felipe Barnabei, quien tenía especial interés en la existencia de un museo estrictamente arqueológico de la región y en el que pudieran ser exhibidas piezas y objetos procedentes de diferentes excavaciones, tanto prerromanas del Lacio, el sur de Etruria y Umbría, de las civilizaciones etrusca y falisca.
Después de las consiguientes remodelaciones el museo fue fundado en 1889, dividido en dos secciones, la urbana y la extra-urbana, en función del origen del material arqueológico exhibido; más lo que es la colección urbana pasó a la Termas de Diocleciano, en tanto la extra-urbana permaneció en la villa Giulia.
Con el paso del tiempo las colecciones que fueron acogidas por este museo se acrecentaron con diferentes descubrimientos del Lacio, Etruria y la Umbría.
De entre los singulares y preciados tesoros que reúne este museo, el más valioso es, sin lugar a dudas, EL SARCÓFAGO DE LOS ESPOSOS.
El conocido bajo la denominación de EL SARCÓFAGO DE LOS ESPOSOS junto con el también llamado Sarcófago Cerveteri son las muestras más representativas de la escultura etrusca.
El SARCÓFAGO DE LOS ESPOSOS es una escultura de carácter figurativo y naturalista, cuyo autor es desconocido y que está data hacia finales del siglo VI a. C., muestra de Arte Etrusco; fue encontrada en la necrópolis de Banditaccia en Cerveteri.
Representa a un matrimonio, escenificando un banquete, ambos aparecen recostados sobre su triclinio, especie de diván; estando modelada en terracota, inicialmente fue policromada.
Siendo el suyo un modelado más bien plano, redunda en que sean pocos los contrastes de luces y sombras, de la misma forma que no aparecen trabajadas ni las texturas de lo que son los cabellos, con la consiguiente falta de espontaneidad y movimiento.
No obstante, su composición resulta equilibrada.
A tenor del lugar en el que fue encontrado, la necrópolis de Banditaccia, su función fue funeraria; su tamaño alcanza los dos metros de largo, más no se encontraron restos en su interior, por lo que, tal vez, pudiera tratarse de una urna cineraria.
Dentro de lo que es la sociedad etrusca la escultura de ambos esposos unidos en una posición que nos inspira confianza y ternura, nos pone de manifiesto el papel que la institución matrimonial tenía en la sociedad etrusca y sobre todo, la importancia del de la mujer que participaba plenamente en ella.
Este tipo de escultura fue frecuente en las regiones centrales de Italia, de Laccio y Umbría, si bien mantuvo una estrecha relación con la cultura griega; pese a ello la cultura etrusca llegó a destacó por unos rasgos característicos, en los que destacaron influencias orientales; justamente en el retrato es donde mejor viene a desarrollar el arte etrusco sus mejores obras.
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