CARONTE CRUZANDO LA LAGUNA ESTIGIA
Buen día, estimados amigos, hoy nos vamos a detener, una vez mas, en el estudio de una única obra, lo cual no impide, sino que incluso llega a reforzar la orientación del trabajo de, en este caso, un pintor flamenco: Joachim Patinir.
Me estoy refieriendo a una de sus obras, quizás la mas conocida, que se conoce como El paso de la laguna Estigia o Caronte cruzando la laguna Estigia, datada hacia el año 1520, y que se encuentra en el Museo del Prado.
Una obra en la que el autor ha mezclado lo que es propio de la religión cristiana con la mitología clásica
Es la suya la técnica del óleo sobre tabla con un tamaño de 64 cm x 103 cm.
Destaca, fundamentalmente, por su originalidad, si bien representa un tema clásico de la Eneida -libro 6, verso 369- (Virgilio) y el Infierno -libro 3, verso 78- (Dante), en el que Caronte (que aparece como figura central en la pintura), transporta un alma humana que debe decidir entre el cielo, a su derecha (que se corresponde con la izquierda del espectador) y el infierno, a su izquierda..
Significativa es la diferencia de tamaño entre Caronte, cuya labor era pasar las almas de los muertos a través de las puertas del Hades, y el del alma, cuyo tamaño es tan pequeño que no nos permite distinguir sus expresiones o rasgos.
Sendos detales de Caronte
El barquero Caronte aparece como un señor con una poblada barba y con una expresión mas que adusta, cuyo trabajo era remunerado con una moneda.
La laguna Estigia divide la pintura justamente por el centro, y Caronte aparece situado en el punto en el que el rio se bifurca en dos canales.
Pues bien, el canal de la izquierda se nos representa mas rocoso y difícil, y lleva al paraíso cristiano, y en él los ángeles pasean junto a almas humanas. Es su labor el conducirlas al cielo, que identificamos como el paisaje azul claro que vemos al fondo.
Detalle del cielo
Detalle de La fuente de la Vida
Si nos detenemos en el canal de la derecha, en el que aparecen reflejadas praderas bien cuidadas y árboles frutales, su visión es mucho mas tentadora, pero lleva directo al infierno, en el que las almas sufren tortura eternamente. Junta a la puerta de la muralla de entrada al infierno espera, casi escondido, el Can Cerbero, un perro provisto de tres cabezas, cuya misión era la vigilancia de El Hades.
Detalles del Infierno
Del contenido del cuadro podemos extraer un mas que claro mensaje moral, pues el camino al infierno será siempre mas corto, resultará mas fácil y gozoso, en tanto que el camino que conduce al cielo supone un recorrido mas largo y difícil -si bien podemos dejarnos guiar por los ángeles-.
Si bien la obra se desarrolla en un único panel, ciertamente es la suya una composición tríptica que nos muestra muchos rasgos en común con el "Tríptico del Jardín de las Delicias", de El Bosco. De igual forma que en la obra de El Bosco, el espectador puede detenerse en el paisaje del Edén en la parte izquierda (en la que aparece la fuente del Paraiso) y el mas que horrendo aspecto del infierno, en su parte derecha, al que se accede, igualmente, por una puerta que protege Can Cerbero.
Es una obra que llama la atención por su abundancia en detalles. De esta forma, en el Paraiso aparecen cisnes, pavos reales, ciervos e incluso figuras de ángeles, -fijémonos que una de ellas intenta llamar la atención del alma que transporta la barca-. En el Infierno nos podemos encontrar figuras que se definen por su aspecto grotesco, tal y como El Bosco empleó en sus obras.
Por lo que respecta a los colores empleados por Patinir, nos llama la atención sus tonos -variados y abundantes- de verdes y turquesas.
EL AUTOR.-
JOACHIM PATINIR, llamado también Patinier o Patenier, nació en 1480 y falleció en Amberes, el 5 de octubre de 1524. Su obra, como pintor flamenco, abunda en temas de paisajes y religiosos.
Es fundamental en su producción La Naturaleza, en tanto el tema, se convierte en un simple pretexto, y, por supuesto, su pasión por el color verde, en sus mas que diferentes gamas, amén de las composiciones en las que se aprecia un horizonte alto.
No se tienen exactas noticias sobre la biografía de Patinir, si bien casó con Francine Buyst, hija del también pintor Jan Buyst, de cuyo matrimonio nacieron dos hijas, Brigitte y Anna.
También se sabe que casó por segunda vez, con Juana Noyst.
Si bien se le ha atribuido una producción abundante, el hecho cierto es que solo cinco cuadros fueron firmados por Patinir, dos obras de su primera época, "San Jerónimo", de Karlsruhe, y "La Huida a Egipto", de Amberes. En las otras tres obras lo único que se puede observar es una inscripción -como el sello de un taller-, y son "El Bautismo de Cristo", en el Museo de Arte de Viena, y "Paisaje con San Jerónimo", y "Las Tentaciones de San Antonio Abad", ambas en El Prado.
Incluyamos también la citada "Caronte cruzando la laguna Estigia", en el Museo del Prado, y "San Cristóbal con el Niño Jesús", en el Monasterio de El Escorial.
A Patinir se le considera el padre del paisaje por el mas que singular protagonismo que le da en sus cuadros.
Sus vistas son portentosas y, sin embargo, en ellas combina la observación por el detalle naturalista con la fantasía lírica. El paisaje sirve de apoyo para temas fundamentalmente religiosos.
En sus cuadros los colores tienen un protagonismo especial, pues el uso progresivo de los distintos colores producen la sensación de aumentar la sensación de distancia. De esta forma, los primeros planos, vienen marcados por tonos como marrones y pardos, y a medida que se va alejando el paisaje éste va inclinándose por el color verde, para terminar con los tonos azules, en lo que se conoce como "horizonte alto". De esta forma nos encontramos con la representación de un espacio que, a simple vista, resulta mas que amplio. Y es por encima de esta línea donde Patinir pinta una porción de cielo mediante un blanco brillante que nos hace pensar que dicho espacio continua detrás y nos sugiere la curvatura de la tierra.
También es habitual en su obra cierta evocación de tendencia fantástica, para lo que acude a la utilización de formaciones de tipo rocoso, evocación de aquéllas que conoció en su juventud, como el "rocher Bayard", en las orillas del Mosa, en Dinant; la "roche-a-Chandelle" en las cercanías de Furfooz y Hulsonniaux (lo que es la actual Valonia).
Las mas que variadas innovaciones que introdujo dentro de la pintura flamenca Joachim Patinir crearon una serie de escuelas de seguidores que trabajaron y ejercieron en ciudades como Amberes o Bruselas.
El Museo del Prado le dedicó su primera exposición antológica en el año 2007.
BUEN DÍA A TODOS
Blog incorporado al Directorio Hispano de las Artes
http://directoriohispanodelasartes.com/pura-kastiga/
Fuentes: WIKIPEDIA.
HISTORIA DE TIERRAS Y LUGARES LEGENDARIOS.
UMBERCO ECO.
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