CADÁVERES
Llegará el día en el que no serás capaz
de mirarte tres veces en un espejo,
negando la transparente evidencia:
sabe el tiempo de la verdad
y algunos que descubrimos tu
reverso.
La suerte se ausenta para quien no apuesta
al amor, sea par, impar, sea rojo o negro,
a la amistad, traicionada por el desprecio,
en tanto la humildad viste el
corazón soberbio.
El afecto no se mide por palabras en voz alta,
sólo respira si le acompaña el silencio,
no se exhibe en ferias de caridad para gozo
de hipócritas de puertas para adentro.
Se abraza en el seno más cálido de la emoción
del alma generosa, que perdona y revive
la reconciliación de los tiempos.
Por más que intentes creer lo que no eres,
tu sombra -que ocultas- fundirá con tu cuerpo
y tus recuerdos se habrán forjado
armaduras de cadáveres de afectos.
Tal vez afectos, en su asombro
que abandonados fueron
y murieron en la ingenuidad,
agotados por el mudo desconcierto.
Rosa Freyre
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