El Duomo-Catedral de Milán
Buen día.
Hoy nos trasladamos hasta Italia y, concretamente, nos quedamos en Milán, para dirigirnos a su monumental catedral gótica, la conocida como Duomo di Milano.
Este iglesia es una iglesia de culto católico y considerada como una de las más bellas y grandes, pues en sus 157 metros de largo puede llegar a albergar a casi 40.000 personas; asimismo, sus ventanas del coro también se conocen como las mayores que existen en este tipo de construcciones.
Muchos de nosotros hemos visitado y conocido esta maravillosa catedral, que consta de cinco naves, una central y cuatro laterales, teniendo la primera una altura de 45 metros. Su construcción es de ladrillo, recubierto por mármol.
Mas lo que hoy nos lleva a Milán y a este emblemático templo es una escultura que se conserva en su interior, y que es la de SAN BARTOLOMÉ DESOLLADO, obra de Marco da Agrate (1562), la más significativa de toda la catedral.
Representa al Apóstol que fue desollado vivo, sin piel, y puede observarse como ésta le cuelga de los hombros y le cae por delante, tal como si de un manto se tratare.
En la base de la estatua en cuestión se lee la siguiente inscripción: "NON ME PRAXITELES SED MARCO FINXIT AGRAT" (No me hizo Praxíletes, sino Marco da Agrate).
En arte, se denomina écorché ("desollado", en francés), a la pintura o escultura de un ser vivo que se nos presenta desprovisto de su piel.
Ya en el siglo XVI, las teorías sobre anatomía de Vesalio y el interés de los grandes artistas del Renacimiento, que gustaban de representar el cuerpo humano en toda su perfección, vinieron a favorecer el llamado "écorché", en quien tiene su representación más significativa esta escultura de Marco da Agrate.
Es así como la tradición nos recuerda que este apóstol fue martirizado, despojándolo de su piel.
Una representación de San Bartolomé desollado la llevó a cabo en pintura, Miguel Ángel en la Capilla Sixtina (1541), y en ella se observa como el apóstol lleva en una mano un cuchillo y en la otra su piel corporal.
San Bartolomé desollado
Miguel Ángel-Capilla Sixtina
En la obra de Marco da Agrate, San Bartolomé está situado en el transepto de la catedral, al lado del mausoleo de la derecha, y mirando hacia el altar.
Observamos como en su mano izquierda lleva un libro y cubre su desnudez con lo que aparenta ser una túnica, si bien eso es pura apariencia, que nos ofrece la visión delantera, pues si miramos en la parte trasera, nos daremos cuenta que lo que nos parecía su ropa es su piel, que le fue arrancada en su totalidad durante su martirio.
Al ser conscientes de la escultura que vio la luz de manos de Marco da Agrate, descubrimos que el aspecto de la figura no es la de un esqueleto, más tampoco es la de una persona con una imagen normal del cuerpo humano, ya que estamos ante la visión de un cuerpo humano sin piel, en la que se pueden ver todos los músculos del cuerpo.
Hasta tal punto es fiel la representación a lo que es la realidad de un cuerpo sin piel, que el detalle se extiende al sistema circulatorio, las manos con sus falanges...
El rostro del apóstol es de una total contención de dolor, el que le produce el martirio: en su mirada se advierte cierta frialdad, más quizá acertaríamos si afirmáramos que San Bartolomé mira más allá, dirige su ojos hacia el infinito.
La composición postural nos muestra como el cuerpo se apoya en una pierna, en tanto la otra adquiere una posición de cierta relajación.
Y bien es cierto la impresión que esta escultura ha tenido sobre sobre todos los visitantes de la Catedral de Milán que se han acercado y detenido para observarla, entre ellos, un famoso escritor Mark Twain, que así nos describió su recuerdo:
"La figura era la de un hombre sin piel; cada vena, artería, músculo, cada fibra y tendón, el tejido del cuerpo humano representado al mínimo detalle.Parecía natural, porque de alguna manera parecía como si sintiera dolor. Un hombre sin piel es probable que mire de esa manera a menos que ocupara su atención con alguna otra cuestión".
"Fue una cosa horrible, y sin embargo había una fascinación sobre él de alguna manera. Siento mucho haberlo visto, porque siempre voy a verlo ahora. Voy a soñar a veces. Voy a soñar que ella está descansando sus brazos en la cabeza de la cama y mirando hacia abajo en mí con sus ojos muertos; voy a soña que se extendía entre las sábanas conmigo y me toca con sus músculos expuestos y sus fibrosas piernas frías. Es difícil de olvidar cosas repulsivas".
(Mark Twain: Innocents Abroad, cap. 18).
BUEN DÍA A TODOS
PURA KASTIGÁ.
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Fuentes: tuitearte.es
wikipedia.org.
www.adictosalosviajes.com
HISTORIA. National Geographic.
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