ENDEMONIADA
Es el peso de mi
conciencia
la que abunda en volver
a intentar
arreglar lo ya imposible
remendar cada agujero
con verdad.
En las sombras se
alimenta
esa cruel burla del
destino
con tu presencia en mi
mente
que altera la percepción
de todo sentido.
Volver a ser yo mismo
sin medidas ni
complejos,
sin estigmas ni falsos amuletos
que enmiende mi
exclusivo infierno.
Busco en mi pasado y no
encuentro
el pecado del que deriva
mi condena
tu presencia son sólo
retazos de carne tierna
y mi delirio es cuestión
de miedos.
Es el peso de mi
conciencia
que me despierta cada
mañana:
tu dulce rostro y el
sabor de tu boca
ambrosía para los ojos de mi alma,
con los que
repetidamente te sueño
divina:
ENDEMONIADA.
Rosa Freyre.
Françoise D´Orleac
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