MÁSCARA
Debes prestar especial
atención
cuando escojas tu
máscara definitiva,
la que verán los que te
buscan,
te observan y te miran,
acechando como lobos
un resquicio de “oveja”
perdida.
Procurar que no destaque
ni por fealdad o
belleza,
ni por estulticia o
sabiduría,
para pasar inadvertido
y no ser objeto de
admiración o ira.
Abundar en lo que de
común
nos confunde con la
multitud
que se repite para lugares
y tiempos,
a fin de no correr la
mala suerte
de ser considerado “en
rebeldía”.
Actuar con la
naturalidad
de quien llora en la
desdicha
y comparte la alegría,
siendo incluso tú el desdichado
a cobijo de la máscara
más vulgar
hasta llenar de oscuridad
tu propia vida.
Rosa Freyre.
Fotograma: Las amistades peligrosas
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