HECHOS CONSUMADOS
No existe camino
adecuado para quien
duda sobre su destino
final,
no hay abrazo que
consuele
cuando el adiós se sabe
definitivo.
Tus manos frías hablan
en pasado
y tus ojos ya no ven, si
no es para mirar.
En mi corazón ha ido
creciendo la ausencia
del cadáver que aún se
siente en casa.
En esperanzas se
consuelan mis miedos
sólo sé que los tiempos
se me estremecen
y ya no permiten hablar
en primera persona,
cuando sólo queda tiempo
para olvidar.
El deseo consumado,
retomamos el dolor
de la soledad que se
vive bajo la sospecha
dulce y cálida de que
todo vuelve a ser,
tal y como siempre
quisimos que fuera.
Es nuestra la tranquilidad
del que sin sentir
muere, brilla el sol, y
nada importante nos une
salvo ese
desvanecimiento común que nos sumerge
en un plácido letargo
para descanso de nuestra mente.
Rosa Freyre
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