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El mundo del arte ha conocido y conoce de personalidades excepcionales, figuras carismáticas que han sabido mostrarnos sus habilidades, inspiración, técnica e imaginación a través de diferentes manifestaciones, tal es el caso del artista que protagoniza el espacio de hoy HONORÉ DAUMIER.
HONORÉ DAUMIER nació en Marsella, el 26 de febrero de 1808 y falleció en Valmondois, el 10 de febrero de 1879, destacando como caricaturista, pintor, ilustrador, grabador, dibujante y escultor, siendo suyas famosas litografías en las que se servía de la sátira social, política y de costumbres.
Siendo todavía un niño y junto con su familia se trasladó a París, donde su padre llevó su fama de vidriero y poeta ambulante e incluso llegó a publicar alguna que otra obra menor. Más tras quedar sin trabajo, su hijo Honoré tuvo que mantener a la familia, y es así como empezó siendo ujier en un tribunal de justicia y aprendiz en una librería, para a continuación estudiar pintura y dibujo, acudiendo al taller del pintor Lenoir.
Sus innumerables visitas el Museo del Louvre le llevaron a descubrir la obra de grandes maestros como Rubens, Goya y Fragonard, si bien, desde un principio se inclinó por el dibujo, llevando a cabo trabajos de litografía y dedicándose a la ilustración de anuncios publicitarios.
Con sólo 20 años sus primeras litografías vieron la luz en el diario La Silhouette, y diez años más tarde trabajó para la revista humorística La Caricature.
Justamente por entonces la caricatura empezó a conocer un gran florecimiento, con artistas de la categoría de Grandville o Henri Monnier, especialistas en la caricatura cómica, que sirvió para hacer una dura crítica política.
Una de sus más que famosas caricaturas, a la que Daumier denominó Gargantúa, apareció el 18 de diciembre de 1831 y ridiculizaba al rey Luis Felipe con el aspecto del personaje de Rabelais. Ello le valió a Honoré Daumier ir a prisión en 1832.
Otra de sus obras que causó un gran impacto social fue la litografía titulada La rue Transnonain (1834), actualmente en el National Gallery of Art, Washington, en la que Daumier condenó públicamente un suceso ocurrido a raíz de un enfrentamiento obrero, en el que un trabajador disparó desde una ventana contra un oficial, y como represalia, los soldados entraron en la casa y asesinaron a ocho hombres, una mujer y un niño de forma cruenta.
La imagen pública de esta masacre recibió la condena general de la sociedad, al atentar contra los derechos del pueblo.
Entre los años 1841 a 1843, la revista Le Charivari publicó una serie de litografías de Daumier, con el título de Histoire Ancienne, en las que ironizaba sobre la tradición y la modernidad del mundo occidental.
Un hecho destacable es el que toda vez que tanto la ilustración como el grabado eran considerados artes menores, los artistas se permitían desarrollar técnicas más libres.
El objetivo fundamental de la obra caricaturesca de Daumier fue llamar la atención de la sociedad sobre la miseria en la que vivía la clase obrera, si bien la ilustración le sirvió de sátira de la clase política.
Por lo que respecta a la pintura destaca, sobre todo, por su tono un tanto intimista. Sus cuadros, realizados en formato de pequeños lienzos, nos ofrecen a un Daumier con una gran fuerza en el trazo, a la vez que maneja perfectamente el claroscuro, llegando a posicionar su pintura realista cerca de lo que podría considerarse expresionismo.
Es así que podemos contemplar, entre las más destacadas, Scapin y Silvestre (1860), Vagón de tercera (1862) o La Lavandera (1863), para las que la clase obrera le sirve de protagonista, dando paso a lo que se interpreta como tendencia o técnica expresionista.
Scapin y Silvestre
Vagón de tercera
La Lavandera
Y también son de destacar sus muy valoradas esculturas y bustos de yeso y bronce, que realizaba para que le sirvieran de modelo para posteriores ilustraciones.
Honoré Daumier nos legó cerca de 4000 litografías, 300 dibujos y 200 pinturas, así como un buen número de esculturas, ofreciéndonos la oportunidad de contemplar y disfrutar del trabajo de un hombre que quiso y supo expresar, a través del arte y diferentes medios, su crítica, mediante una total mordacidad de las terribles carencia de la sociedad en la que le tocó vivir.
Su ingenio, siempre presente a lo largo de toda su trayectoria, le ha convertido en uno de los grandes expresionistas de lo que ya es arte moderno.
Don Quijote
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Fuentes: Wikipedia.
www.biografiayvidas.com
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