miércoles, 1 de noviembre de 2017

JACQUES-ÉMILE BLANCHE: EL ALMA EN EL RETRATO.


Jacques-Émile Blanche

Buen día.

Dedicamos el espacio de hoy a la obra de un pintor de origen francés: JACQUES-ÉMILE BLANCHE, nacido en París, el 31 de enero de 1861, y fallecido en Alta Normandía, el 30 de septiembre de 1942, cuya obra destaca por el hecho de que está prácticamente centrada en el retrato.




Hacia el retrato sentimos una especie de interés inagotable, toda vez que obedece a un impulso natural del ser humano: mirar un rostro y tratar de descubrir que se esconde, que oculta detrás de unos rasgos, una expresión, un gesto.

Desirée Manfred

Desirée Manfred

Cuando nos detenemos a observar un rostro hacemos una parada en lo que de individualidad existe en una persona, destacamos si va maquillada, si tiene bigote, u otro rasgo característico, o si mira fijamente al espectador.
Un retrato bien ejecutado nos permite captar la esencia interior del sujeto, eso sí, desde el punto de vista del artista y no sólo la apariencia externa.
Ya Aristóteles se pronunció al respecto: "El objetivo del arte no es representar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interno; pues esto, y no la apariencia y el detalle externos, constituye la auténtica realidad".



Reina Marie de Rumania

Jacques-Émile Blanche creció en el rico barrio de Passy, recibiendo una más que cuidada educación, en una mansión que perteneció en el pasado a la Princese de Lamballe, y que destacaba por su refinamiento y elegancia, propias del siglo XVIII, lo cual marcó la trayectoria de nuestro protagonista.
Y ello debido a la buena situación económica de su familia, pues su padre era psiquiatra y tenía un afamada clínica.
Si bien recibió cierta formación pictórica de Henri Gervé, el hecho es que Blanche fue en gran parte un autodidacta. En él encontramos reminiscencias de Gainsborough, así como de Edouard Manet y John Sirgent Sargent.
Su trabajo le llevó a residir en ciudades como Londres o París, y fue en esta última ciudad donde expuso en el Salón y en la Société Nationale de Beaux Arts.
Uno de sus más cercanos amigos fue Marcel Proust.

James Joyce

Mademoiselle Camille Georgette

La popularidad de Blanche le llevó a ser nombrado director, en 1902 de la Académie La Palette, hasta 1911, y desde 1903 enseñó en la Académie Vitti.
Su reputación más que importante como pintor de retratos es notable, estando influido por corrientes inglesas y francesas, lo que le llevó al refinamiento en todas y cada una de sus obras.
La elegancia era una constante en su trabajo, sin perjuicio de que esa elegancia no restaba ni carácter ni fuerza al mismo.

Jeune Fille

Thomas Hardy
Son muchos los deliciosos retratos que nos legó, de los que podéis contemplar algunos, si bien, me centraré en dos de ellos: el retrato de Marcel Proust, y El pintor Thaulow y sus hijos.

Marcel Proust

Jacques-Émile Blanche retrató a Marcel Proust con tan solo 21 años, cuando aún no era popular. En este bello retrato Blanche nos muestra la brillantez de su técnica.
Proust aparece representado de frente, en una actitud hierática, siendo destacable el contraste entre el traje y el fondo del cuadro con el color del rostro y del cuello, así como la flor, una orquídea blanca, en la solapa. 
El retrato resulta del todo intimista, y nos sorprende con un joven Proust, de ojos grandes y rostro ovalado, destacando la palidez del mismo, lo que le da un cierto porte grave, pese a la juventud del escritor.
Marcel Proust se sintió muy identificado con el retrato que le realizó su amigo Blanche, y conservó el mismo hasta el final de sus días en 1922.

El pintor Thaulow y sus hijos

Frist Thaulow era una figura habitual de los círculos artísticos parisinos, y en esta obra Blanche le inmortalizó junto a sus hijos, lo que demuestra, en gran medida, la cercanía entre Blanche y la familia de Thaulow.
No obstante, esta obra tiene su historia, pues fue iniciada por Blanche cuando su madre estaba gravemente enferma y necesitó de la ayuda de Thaulow para que le hiciera un boceto preparatorio, que fue terminado por Blanche.
Es una deliciosa obra que pone de manifiesto el sentimiento y la emoción que desprende una familia feliz. 
Las personas que aparecen retratadas son la pequeña Ingrid, Harald, ambos hijos del segundo matrimonio de Thaulow con Alexandra Lasson, y en el extremo derecho, Else, nacida de su primer matrimonio con Ingeborg Gad, a la sazón cuñada de Paul Gaughin.
El cuadro fue presentado en el año 1896 en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, y aunque parece que ofrece una visión espontánea, lo cierto es que necesitó de una estructura muy rigurosa.
Fue unánimemente alabado y según Blanche, esta obra le "consagró como pintor".

Disfruten con la encantadora obra de Jacques-Émile Blanche.



Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.
www.musee-orsay.fr/es.

1 comentario:

  1. Mil gracias por tu gran detalle. Me gusta la obra de este pintor, conocía algo de él, pero poco. Acabo de ver esa escena familiar, y me ha encantado, esa obra no la conocía.
    Mil gracias.

    ResponderEliminar