Buen día.
Volvemos, una vez más, y sé que lo es para alegría de muchos de vosotros que leéis con asiduidad este que es "nuestro blog", el tema de la fotografía, y lo hacemos con el protagonismo de una mujer, cuya vida se truncó con tan sólo veintidós años: FRANCESCA WOODMAN.
Francesca Woodman nació el 3 de abril de 1958, en Denver, Colorado, y falleció en Nueva York, el 19 de enero de 1981.
Nacida en el seno de una familia cuyos padres eran artistas plásticos, a la sazón, George y Betty Woodman quienes, al día de hoy, son los que gestionan un archivo que contiene más de 800 imágenes captadas por su hija, y de las que sólo se conocen 120, el resto no han sido publicadas ni expuestas.
La infancia de la pequeña Francesca se desarrolló entre Boulder, un pueblo de Colorado y Antella, una pequeña aldea de la campiña toscana que era popular entre la clase artística, así como la alta sociedad florentina.
Francesca sintió una especial atracción por la fotografía desde que era muy joven, y con tan sólo trece años se inició en dicha disciplina artística, no como juego, sino como necesidad de expresar su intenso mundo interior, para lo que adoptó un estilo muy singular, sirviéndose del blanco y el negro, el formato cuadrado, y cuidando, en especial, la iluminación. Y gran medida, fue su padre quien le impulsó hacia la fotografía, pues le regaló la que sería su primera cámara, una Yashica, la cual mantuvo durante toda su vida como instrumento de captación de su inspiración.
El hecho de que viviera en un ambiente artístico la hizo crecer considerando el arte como una forma de vida y también de pensamiento.
Durante varios años residió en Roma, recogiendo influencias del surrealismo, amén de su interés por la literatura gótica, que se acierta a ver en el estilo fantasmal que envuelven sus obras. También estuvo influenciada por la fotógrafa de moda Deborah Turbeville y por el francés Duane Michals.
Una vez terminados sus estudios en la escuela en Palazzo Cenci en Roma, en 1979, se trasladó a vivir a los EE.UU., buscando el reconocimiento que ya tenía en Europa.
Y aunque por su aspecto podría interpretarse su personalidad como frágil, en puridad era una persona fuerte, ambiciosa y que tenía la terrible urgencia de la juventud como una especie de competición, dentro de los ambientes artísticos, con sus padres.
Su obra comprende retratos, en los que la mujer es mayormente protagonista, como ya he indicado, en blanco y negro, y siendo ella misma la modelo. El cuerpo era temática recurrente en su obra, si bien, de entre las imágenes surgen sombras borrosas, que nos muestran un estilo tenebroso.
Y es curioso que sus fotografías no fueran tanto expuestas como que formaran parte de libros que ella misma diseñaba, aunque sólo llegó a publicarse uno de ellos: Algunas geometrías interiores desordenadas (Some Disordered Interior Geometries) en 1981.
Son de especial interés sus fotos en las que nos muestra como fondo las paredes deterioradas, poniendo especial interés en el elemento arquitectónico, máxime cuando se trataba de casas de estilo victoriano e incluso fábricas abandonadas, siempre y cuando le sirvieran de contexto en el que expresar sus emociones.
A raíz de la ruptura con la que fuera su pareja cayó en una depresión y como consecuencia, un primer intento de suicidio.
Cinco meses más tarde repitió ese intento, y esta vez no falló.
En el invierno de 1981, el 19 de enero, Francesca Woodman se lanzó al vacío desde el tejado de un edificio en el East Side de Nueva York.
Cuando alguien le preguntaba sobre su especial afán en autoretratarse, Woodman siempre respondía: "Es cuestión de conveniencia, siempre estoy disponible". (En total se estiman en 500, el número de autorretratos).
Desgraciadamente, la "disponibilidad" de la que hacía gala Francesca lo fue durante el escaso margen de tiempo que le dio la vida.
Poco después, nacía el mito.
Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
Fotografía. Toda la Historia. Blume.
www.elpais.com
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