PERDEDORES.
En la esencia de todo perdedor existe
la esperanza de cierta ganancia a largo plazo.
Qué sería del amante despreciado
si no concibiera la posibilidad de un nuevo amor,
del poeta sin inspiración, una musa.
del enfermo, la luz de una cura.
Quién vino a decir que rendirse era propio de cobardes
nunca llegó a medir su propia valentía.
Es así como en la duda se concibe cierta verdad,
en la oscuridad de la noche el anhelo del nuevo día.
Nadar contracorriente resulta agotador,
vale tanto dejarse arrastrar por la corriente
y así que el necio atiende a la multitud,
el sabio sólo se escucha a sí mismo.
Las diferencias nos convierten en iguales
en la huida constante de aquello que despreciamos.
RF.
(Imagen: Fotograma "Personas"-Ingmar Bergman)
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