Paolo Uccelo
La fascinación por los monstruos, las sirenas, dragones e incluso imágenes perturbadoras han sido una constante a lo largo de la Historia del arte, por lo que numerosas leyendas fueron retratadas por famosos artistas, siendo una de ellas la de SAN JORGE Y EL DRAGÓN, en una conocida tabla que hoy se encuentra en la National Gallery de Londres, óleo sobre lienzo, datada en 1470, y con unas medidas de 55 x 74 cm; si bien se sabe que ésta es la primera de las dos que pintó PAOLO UCELLO, la segunda se exhibe en el Museo Jacquemart-André de París, realizada en temple sobre madera y pintada entre 1456 y 1460, con unas medidas de 52 cm. de alto y 90 cm. de ancho.
San Jorge y el dragón (National Gallery Londres)
San Jorge y el dragón (Museo Jacquemart-André de París)
Esta leyenda fue muy popular durante la Edad Media, dando origen a las más variadas expresiones no sólo en pintura, sino también en literatura, en toda Europa y lo que era el Imperio Bizantino, e ilustra la famosa leyenda dicha, tal y como aparece contada en "La Leyenda dorada", de Jacobo de la Vorágine.
Con el paso del tiempo la leyenda se transformó en un cuento para niños, amén de que el culto a San Jorge llegó incluso a comunidades no cristianas, como los musulmanes de Palestina, donde fue denominado Mar Gines (árabe cristiano), o Al-khader (árabe tanto cristiano como musulmán).
Cuenta la leyenda que el caballero San Jorge rescató a una princesa de un dragón que intentó devorarla, toda vez que la joven doncella había sido entregada por su pueblo como sacrificio. Justo cuando estaba a punto de ser devorada, apareció San Jorge, quien provisto de una lanza hirió al dragón, para a continuación atar su cabeza con un cinturón de piel de cordero, que portaba la princesa, consiguiendo dominarlo.
Ambos marcharon a la ciudad, junto con el dragón, al que San Jorge cortó la cabeza, entregándolo al rey y de esta forma terminó con la terrible amenaza que existía sobre los lugareños. En recompensa, el rey dio a su hija en matrimonio a San Jorge.
En esta obra, Uccello une dos momentos de la historia: San Jorge a caballo atacando al dragón gracias a la ayuda divina -que aparece representada mediante el ojo de la tormenta que figura alineado con su lanza- y a la princesa que pasea al dragón cual animal doméstico. Por lo que respecta a la forma que utiliza Uccello en la representación de sus figuras, éstas parecen de cartón-piedra, es más el caballo aparece como si fuera propio de un carrusel.
Las dos figuras, la de la princesa y la de San Jorge aparecen situadas frente a frente, con el dragón situado en el medio. Podemos observar el contraste que existe en los elementos que forman parte del fondo, toda vez que detrás de San Jorge sobre su caballo se ve un paisaje lleno de luz y claro, realizado con base en un rígida perspectiva cónica, la misma que utiliza para la representación del caballo y en el otro lado, y detrás de la joven princesa, se encuentra una caverna oscura y siniestra, en la que habita el dragón. Y justo atravesando ambas escenas se sitúa la lanza de San Jorge, en línea con el ojo de la tromba que aparece en el cielo, que hace alusión a la intervención divina. Es así como el mensaje que nos hace llegar Uccello es que la luz triunfa sobre las tinieblas gracias a la intervención de Dios.
Partiendo de esta obra, llegamos a la conclusión de que Paolo Uccello se encontraba, como artista, entre el gótico y el Renacimiento.
Para Uccello la perspectiva constituía un auténtico reto, para lo cual se servía de las arquitecturas. En el caso que nos ocupa al no existir edificios de referencia, el pintor se ha decantado por hacer crecer la hierba en el suelo, formando rectángulos del todo perfectos.
Esta digamos obsesión por la perspectiva que observamos en Uccello también la tiene para con estilo gótico internacional, poniendo especial énfasis en lo que es el color y el boato.
Paolo Ucello nació en Florencia en 1397, una de las ciudades más poderosas de la Toscana, siendo su nombre real Paolo di Dono, ya que el apelativo Uccello, significa "pájaro" en la lengua toscana, por su afición a pintar aves.
Existen poco datos biográficos, siendo niño entró como aprendiz en el taller de Lorenzo Ghiberti, el gran escultor florentino que llevó a cabo la puertas del baptisterio de la Catedral. Mantuvo una gran amistad con Donatello, magnífico escultor, si bien Paolo Ucello se inclinó por la pintura, y ello pese a que recibió también formación en orfebrería y arquitectura.
Disfrutad de esta maravillosa tabla.
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https://educacion.ufm.edu
wikipedia.
Historia de la belleza. Umberco Eco.
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